¿Os acordáis de esos episodios de la segunda temporada en la que los 43 minutos que dura el capitulo transcurrían entre conversaciones e introspección de los personajes? Pues parece que dicha dinámica ha vuelto, y tras el flojo capítulo de “The Walking Dead” de la semana pasada (mas absurdo que flojo), hoy volvemos a tener un episodio de esos que al margen de ofrecernos algún detalle extra sobre los personajes, no hace avanzar la trama ni un solo milímetro debido a su concepción como “episodio de relleno 100%”.
Centrado exclusivamente en Daryl y Beth, el episodio comienza curiosamente con una escena realmente angustiosa que nos muestra como estos dos supervivientes del asalto a la cárcel tienen que echar mano de todo su ingenio para seguir con vida en campo abierto, algo que ya vimos en los avances y que pese a no estar bien rodado del todo (el paso del tiempo está muy mal expuesto y se han ahorrado mostrar la manada de zombis rodeando el coche), se convierte probablemente, junto a los momentos posteriores (en los que hay zombis y acucia la claustrofobia dentro de un lugar cerrado) en lo más destacado del capítulo, algo realmente triste teniendo en cuenta que estas escenas que cuento consisten básicamente en esconderse en el maletero de un coche e inspeccionar un club de golf en donde Beth se esfuerza por encontrar algo de alcohol que le permita tomar su primera copa, y Daryl, además de buscar provisiones, recoge joyas y dinero que no le servirá para nada mas allá de usarlas (me refiero a los billetes) para prender fuego como veremos en cierto momento.
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Parece que a Beth y a Daryl les ha tocado la peor parte de los alrededores de la prisión y lo están pasando realmente mal |
Mas allá de eso, este decimo segundo capitulo de la cuarta temporada de “The Walking Dead” transcurre en una casa perteneciente a ese grupo social conocido como rednecks (la cual, al haber visto el capitulo sin subtítulos en español no me ha quedado claro si pertenecía a la familia de Daryl, algo que dudo) en la que Beth acaba “degustando” un tipo de “mejunje” casero que encuentran junto al alambique (Still) en el que lo han destilado, mostrándonos multitud de estereotipos sobre estos habitantes sureños que se nos presentan como una especie muy particular de “paletos”.
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Qué bonito (IRONIA) sitio para tomarse una copa y sentarse a descansar ¿tan lejos están estas casas de las que ocupan Rick y Michonne? y ¿de verdad vendían ese cenicero rosa en forma de sujetador XXXXL? Si es así, se merecen que vengan los zombis y se los coman a todos… |
Curiosamente, el nombre del capítulo, Still, tiene muchos más significados que “Alambique”, y al igual que este capítulo pausado e interminable, hacen alusión a conceptos relacionados con “estar quieto”, “inmóviles”, “parados”, “en calma” o “en silencio”, algo que parece que ha inspirado a los directores y guionistas del capítulo.
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La ambientación (como el club repleto de cadáveres y con zombis colgando del techo) y los momentos de acción claustrofóbicas, lo mejor del capítulo con diferencia. |
Por lo demás, en el episodio descubrimos detalles sobre la vida anterior de Daryl, el cual, tras unas copas, y tras ver la cara de Beth al descubrir que paso un tiempo en la carcel, coge un mosqueo enorme y narra de forma bastante agresiva como era su vida junto a Merle, dejándonos caer que quizás este mundo le ha otorgado más oportunidades de las que tenía antes de que los muertos volvieran a la vida, un mensaje que da que pensar, pero que sinceramente, y viendo cómo eran los hermanos Dixon, tampoco justifica 43 minutos tirados básicamente a la basura (con canción de fondo justo antes del final, repitiendo una fórmula habitual del show) que esperemos que se compensen con el resto de capítulos que quedan por llegar. ¡Cruzad los dedos!
La verdad es que esta segunda parte de la temporada ha pegado un bajón brutal respecto a la primera parte. ¡Con lo felices que éramos con la acción y vuelven al momento de no pasar nada! Y, por cierto, Beth nos parece más pesada que una vaca en brazos.
Al rico Libro: si que ha bajado, y no por falta de zombis, sino por el empeño de hacer todo "tan profundo".
A ver como acaban…