Halloween: El final de un mito
Se han escrito en estos días las críticas habituales sobre Halloween Ends, la película que pone punto y final a la saga de Michael Myers pero, desde mi punto de vista, no se puede abordar esta última entrega sin ponerla en común con todo lo realizado anteriormente, pues forma parte de un legado que componen 13 films (dejando al margen las versiones personales de Rob Zombi).
Dicho esto, entenderás que este “ensayo”, no va a ser una crítica normal. Mi valoración de esta nueva cinta estará presente a lo largo del mismo, para otorgarle un contexto a los acontecimientos y que estos puedan ser mejor comprendidos. Tampoco es que me vaya a retomar al pasado necesariamente. La historia la conoces de sobra, y en el articulo, juntos, la recordaremos a grandes rasgos.
Michael Myers, un niño de 6 años del pueblo de Haddonfield en Illinois, mató a su hermana Judith la noche de Halloween de 1963, causando una terrible conmoción en el pueblo. Fue llevado a un psiquiátrico donde se hizo cargo de él Sam Loomis (Donald Pleasence), quien tras quince años de estudio, dictaminó que Michael es incapaz de distinguir el bien del mal. Que cuando le miras a los ojos, lo que ves es oscuridad. Son los ojos del diablo, de un auténtico psicópata, y que lo mejor que se puede hacer con él es ponerle una inyección letal. Michael tenía que morir. Pero nadie le hizo caso. En 1978 se escapó, precisamente un 31 de Octubre, en el aniversario del crimen de su hermana. Regresó a Haddonfield, donde volvió a sembrar el pánico, y casi logra matar a una joven canguro llamada Laurie Strode (Jamie Lee Curtis).
Una vez hecho el resumen de la trama principal, debemos irnos a la cuestión puramente formal, al aspecto cinematográfico de cómo se ha desarrollado esta saga. John Carpenter, el creador de esta historia, quería en un principio hacer una colección de cintas de terror ambientadas en este día de Todos los Santos, pero con diferentes personajes. Lo que el creador no vio es el éxito que supuso su personaje, y la productora desechó el proyecto original, encargándole la vuelta de Michael. El público quería más sangre, más morbo, más dulces de carnicería”, como diría Randy el friki de Scream. Y entonces además de las dos primeras películas con Jamie Lee Curtis realizadas en 1978 y 1984, pasaron unos años (con una fracasada Halloween 3 sin Michael) para que el psicópata regresara en Halloween 4, donde se nos presenta a una nueva víctima, una niña llamada Jamie Lloyd, sobrina de Michael (recordemos: Michael y Laurie eran hermanos en estas primeras películas de la saga).
Halloween 4, Halloween 5 y Halloween 6: la Maldición de Michael Myers componen un tríptico importante a tener en cuenta, que nos permitirá entender el planteamiento de Halloween El Final. Pero vamos por partes… nunca mejor dicho.
Lo que se narra en estas tres películas es la búsqueda de una razón, del motivo por el que Michael Myers enloqueció aquella lejana noche de Halloween. Y entonces nos hablan de que escuchó voces en su cabeza, de que alguien le habló. Y nos encontramos con una secta que se hizo con el dominio mental de Michael, obligándole a que matara a su familia. Pero además, nos proponen algo, lo fundamental: el Mal se contagia, es como un virus que se extiende y posee a otras personas. Esto se ve en Halloween 4, cuando la pequeña Jamie apuñala a su madrastra, y además, va disfrazada con el mismo traje de payaso que llevaba el pequeño Michael. Quedaros con este punto que es muy importante para comprender mejor lo que viene después, cuando hablemos de la nueva Halloween El Final.
Después de estas películas, se hizo en 1998 un homenaje a la saga titulado “20 años después”, donde regresaba Jamie Lee Curtis como Laurie, para enfrentarse de nuevo a su hermano psicópata. Unos años después, hicieron una continuación directa de este homenaje titulado Resurrección, que fue un fracaso absoluto, dejando la saga en el limbo para una temporada. Como suele pasar con las franquicias que ya no dan mucho más de sí, Halloween tenía que darse un necesario lavado de cara. No se podía hacer la enésima entrega de Myers cazando jóvenes estúpidos en la que estos le machacaran con bates, cuchillos, le dispararan, lo quemaran y al tipo no le suceda nada.
¿Estaba el género ya agotado?
Lo cierto es que tenemos que trasladarnos al 2007 para que llegue el cantante Rob Zombie, que ya era una estrella del hard rock consolidado y que comenzaba a dar sus pasos en el cine de terror con los Renegados del Diablo. Zombie cogió la idea de Halloween y realizó un remake titulado El Origen, con una estrella del cine en sus últimos momentos actorales, el gran Malcolm Mcdowell a quien todos conocemos por la Naranja Mecánica. Mcdowell coge aquí el relevo del fallecido Donald Pleasence como el doctor Loomis.
Halloween el Origen se centra en los comienzos de Michael Myers. En ella contemplamos su infancia en un hogar completamente destruido, rodeado de violencia psíquica y física. A esto se le añade el bullying que le hacen en el colegio y vamos observando los primeros rasgos de esa terrible psicopatía, de ese odio que genera hacia el resto del mundo. Una vuelta de tuerca a la creación de John Carpenter, buscando el comienzo de ese mal absoluto donde se ha dado una perspectiva más humana a Michael, y también al propio Loomis. Desde mi punto de vista, el mérito que tienen las dos películas de Rob Zombie es precisamente el potente tono psicológico que tienen; podrían interpretarse como obras un tanto freudianas (especialmente la segunda parte) donde nos sumergimos en la mente de Michael y encontramos visiones de su madre fallecida a la que busca rescatar de todo el dolor que ha sufrido. Si no las habéis visto, desde aquí las recomendamos. Como anécdota, añadir que la segunda Halloween de Rob Zombie es bastante difícil de encontrar en España, de hecho creo recordar que ni siquiera pasó por el cine. Sería un caso curioso de estudio, porque podríamos hablar de uno de los primeros momentos de censura contemporánea antes del surgimiento de la perniciosa ideología woke.
El caso es que después de esta bilogía particular, que podríamos definir como obra de un autor concreto, habrá que esperar otros pocos años para que Michael regrese, y esta vez lo hará retomando sus orígenes, es decir, bebiendo de la entrega primigenia, la creada y dirigida por John Carpenter en 1978. Ahora nos situamos en la época más actual, en el 2018, justo cuando se cumplen 40 años desde el estreno de la peli original. Y la productora Blumhouse, de la que hemos hablado aquí en varias ocasiones, especializada en terror y thriller, en asociación con Miramax, ponen en marcha un proyecto con el que traer de vuelta el mito de Michael Myers, y lo hacen trayendo de nuevo a Jamie Lee Curtis, no solo como actriz protagonista sino como productora también. El proyecto es una nueva trilogía ya planificada con el casi debutante David Gordon Green a la cabeza como guionista y director.
Ahora hay que hacer un pequeño inciso para profundizar en el contexto en el que regresa esta saga a las salas de cine. El género de terror ha cambiado en los últimos años. El slasher, es decir, las películas de psicópatas que destripan y provocan masacres ya no se llevan, porque parece ser que el público ya no tiene los mismos miedos que antes. En cierto modo es lógico, la sociedad va cambiando. Tanto Halloween como Scream surgieron en épocas muy concretas con unas características sociológicas específicas (recientemente Iker Jiménez hizo un programa dedicado a Scream muy interesante donde se explica la génesis de dicha franquicia). Ahora lo que dan miedo son los casos escalofriantes del matrimonio Warren, la muñeca Annabelle, así en cuanto a pelis de terror más de estudio. Pero por otro lado, la sociedad por sí misma crea una nueva categoría dentro del terror, denominada Elevated Horror o Terror elevado. Es decir, se intenta borrar todo lo que se ha hecho anteriormente en el género. Freddy Krueger, Michael Myers, Jason Vorhees y toda la galería de monstruos habitual son algo así como cutres y no merecen la pena ni siquiera su estudio. ¿Y esto de dónde viene? Os preguntaréis. Pues esto viene, como decía antes, de la evolución social. Ahora mismo, hay dos generaciones de jóvenes, los Z y los Alpha, que han crecido con Hereditary, con Midsommar, con el Faro, han crecido o están creciendo con un nuevo estilo de películas, y encima, algunos supuestos profesionales de los medios de adoctrinamiento de masas les dicen que eso es lo que mola, que efectivamente es mucho mejor que nada de lo anterior. A esto le añadimos unas cuantas dosis de pretenciosidad e ignorancia y lo que tenemos es el supuesto Terror Elevado.
Recientemente a John Carpenter le preguntaban en una entrevista al respecto del Terror Elevado, y él afirmaba no tener ni idea de a lo que se refieren. Aquí puede llegar un Z o un Alpha y decir que Carpenter es un boomer obsoleto, pero el caso es que quien esto escribe es un millenial que lleva viendo cine de terror toda su vida y no puede estar más de acuerdo con John Carpenter. Lo del Terror Elevado no es más que otra excusa pedante y elitista cutre con la que unos niñatos iletrados necesitan sentirse menos analfabetos de lo que son. Pero lo cierto es que, al final, son víctimas del propio sistema. Estos chavales lo mejor que podrían hacer es abrir su mente y acercarse a estos mitos de los que hablamos, así comprenderían que no existe el terror elevado. Solo existe el buen terror y el mal terror. Igual que con el debate de la cultura, cuando se crea esa división entre Alta Cultura y Baja Cultura (es muy recomendable escuchar la intervención del poeta Luis Alberto de Cuenca en el programa Cautivos del Mal al respecto). Puedo coincidir con César Antonio Molina en su ensayo ¡Qué bello será vivir sin Cultura! En que ahora mismo todo está confundido al respecto; pero es perfectamente combinable disfrutar con una buena dosis de sangre y vísceras en un momento dado, y después verte un clásico de Ingmar Bergman. Me sitúo en dos extremos aposta para que se entienda lo importante: el resurgir del slasher dentro del terror actual.
Cerramos este inciso y regresamos al asunto. Se estrena la Noche de Halloween (2018), donde volvemos al origen de todo. Desde el estudio nos dicen que tenemos que ignorar las secuelas anteriores, que esta nueva película es la continuación “oficial” de la cinta original. Han pasado 40 años. Michael Myers está encerrado en el psiquiátrico y dos periodistas acuden a hablar con él, pues se dedican a hablar de crímenes reales en su podcast. Dos periodistas que responden perfectamente al perfil actual de los trabajadores de este medio, salvo honrosas excepciones. Uno de ellos saca de su cartera la máscara blanca delante de Michael, quien parece tener una leve reacción ante ella. Y aquí empieza de nuevo el lío. Más adelante, estos periodistas visitan a Laurie Strode, la famosa canguro que sobrevivió a la matanza de Michael. Laurie vive traumatizada, alcoholizada y llena de rabia. Desea que Michael se escape y vaya a buscarla para matarle. Y sus deseos se hacen realidad.
Muchos se quejaron de que esta cinta no aportaba nada nuevo respecto del remake más original de Rob Zombie. Bueno, esto es debido a que cuando analizas una franquicia, se han de tener en cuenta todas las entregas de la misma, y quizás compararla con la de Zombie no sea lo mejor. Esta nueva Noche de Halloween tendría que ser analizada y puesta en común con la titulada 20 Años Después de la que hemos hablado anteriormente. Porque el personaje de Laurie es el fundamental en ambas cintas. En el homenaje del 20 aniversario, Laurie es una víctima que vive atemorizada, huyendo de un sitio a otro con un hijo adolescente y que se ha cambiado la identidad para estar escondida ya que Michael siempre la está buscando. Pero en esta nueva trilogía, Laurie es muy diferente. Es una víctima sí, pero lo que la consume en esta ocasión es la rabia. Se ha pasado 40 años aprendiendo a disparar y a manejar diferentes armas, se ha fortalecido físicamente para poder hacer frente a Michael en el caso de que escape de nuevo del psiquiátrico. Y además, se ha encargado de que su hija y su nieta sepan disparar, aunque su hija Karen la odia por haberle transmitido esa obsesión y una visión pesimista del mundo.
El objeto principal de esta primera parte es precisamente romper esa visión buenista que se ha ido implantando en el tejido social; que ahora mismo es imposible que exista un psicópata desalmado como Michael Myers, ya que estamos en la era tecno-económica y todo ahora, hasta el crimen, es únicamente digital, y todo el mundo es “güeno”. Pues Michael se escapa y empieza a hacer de las suyas y Laurie, su hija Karen y su nieta Alison, le tienden una pequeña trampa al monstruo. La cuestión es que, una vez más, Michael se libra de la trampa y logra sobrevivir mientras que Laurie debe acudir al hospital para curarse de las heridas del enfrentamiento con su némesis.
Ahora pasamos a la continuación de esta nueva Noche de Halloween y de la que ya hablamos largo y tendido aquí por lo que tampoco nos vamos a detener demasiado en ella. Solo diremos que el protagonista absoluto de esta segunda parte, titulada Halloween Kills, es Michael. La cámara de David Gordon Green le sigue por las calles del pueblo, causando un terrible caos. Un caos que genera miedo y transforma al pueblo de Haddonfield en una masa enfurecida digna de un ensayo de Douglas Murray. Con estas dos entregas ya vamos viendo qué subyace en la composición del fondo de ambas cintas, y es el retrato de la sociedad actual, de cómo somos tan fáciles de manejar a través del miedo. Y tras una masacre, Michael de pronto, desaparece.
HALLOWEEN: EL FINAL
Han pasado 4 años desde que Michael Myers desapareciera sin dejar rastro. Después de matar a Karen, la hija de Laurie, se desvaneció. Pero el terror que causó dejó unas terribles secuelas en la población. Un alto índice de suicidios, depresiones, y huidas de familias hacia otros lugares. Y en la noche de Halloween de 2020 se produce una terrible tragedia. El joven Rory Cunningham está de canguro de un niño. Y durante un juego un poco peligroso se produce la muerte accidental del pequeño. Rory queda mancillado de por vida para buena parte del pueblo. Sufre maltrato verbal, psicológico y físico constantemente. La única persona que le ayuda, que entiende por lo que está pasando es Alison, la nieta de Laurie. Ambas viven juntas ahora. Laurie está escribiendo sus memorias, ha decidido dar un paso adelante y dejar de lado la rabia que la consumía para poder cuidar de su nieta. Pero el Mal no tarda en hacer acto de presencia.
Una noche, Rory sufre una nueva agresión por parte de un grupo de niñatos. Cae hacia una zona de alcantarillado. Una figura le coge y lo mete dentro de un túnel. Rory se despierta en un sitio oscuro que apesta y está rodeado de ratas. Solo se escucha el fluir de los deshechos del pueblo. De un rincón de esa alcantarilla, surge una figura del pasado reciente. Un Michael destrozado físicamente, al borde del agotamiento, incluso de la muerte. Pero entonces, se produce un hecho insólito. Michael y Rory se miran fijamente a los ojos un instante. Se da entre ellos una especie de conexión espiritual, algo que podríamos definir también como empatía compartida. Michael no mata a Rory porque encuentra a otra persona que ha sufrido.
Y es en este punto donde conectamos con las ideas principales de Halloween 4 y lo expuesto por Rob Zombie en su bilogía. ¿Recordáis cuando la pequeña Jamie apuñala a su madrastra? Ese punto importante a tener en cuenta tiene su eco en esta nueva película en la figura de Rory. El Mal se “contagia” y, al mismo tiempo, es una consecuencia de un entorno social viciado, como expone Rob Zombie. Es decir, esta idea que algunos críticos venden como nueva, en el fondo, está presente en la saga desde sus inicios, solo que ahora David Gordon Green la ha rescatado de otra forma, llevándola por un camino nuevo a nivel narrativo.
Esto hace precisamente que Halloween el Final sea efectivamente la conclusión natural de toda esta saga. Y precisamente lo que la convierte en blanco de críticas de sus detractores, que quizás esperaban una nueva masacre de Michael. Aquí, las intenciones son otras, es poner punto y final a una historia, a unos personajes, que han ido evolucionando y que necesitaban encontrar una meta a la que dirigirse. Y el director lo hace saliéndose un poco del habitual terror para meterse de lleno en el melodrama, aderezado con más suspense. Es aquí donde reside la originalidad de todo el planteamiento desarrollado en esta nueva trilogía, partir del origen para ir a algo novedoso.
¿Habrá más Halloween en el futuro? Solo si llega un nuevo Rob Zombie que le pueda dar una visión nueva. Mientras tanto, disfrutad de la saga tal y como está ahora. El futuro ya dirá.