Tras una larga espera, por fin he podido disfrutar de Devour, el cómic de Sergio Carrera (Toxic Detective, Alma) del que os hablé por aquí hace ya un tiempo.
En su crowfounding, Carrera ya mostraba que Devour, su cómic sobre zombis, sería una historia subida de tono, y la verdad, una vez leído, he de decir que el cómic cumple con lo que esperaba.
Para el prólogo/epilogo de Devour, Sergio Carrera menciona que llevaba mucho tiempo queriendo hacer un cómic de zombis y que quería hacerlo de una forma diferente. Aportando algo único a este género que, como ya hemos visto otras veces, supone un marco perfecto para contar historias de todo tipo. Hemos visto comedias de zombis, películas de robos con zombis, películas de Zombis Stripers (o de ovejas y castores) y con Devour, nos encontramos con un relato erótico ambientado en pleno apocalipsis zombi.
Lejos de ser un reclamo (¿todavía hay quien se sorprende viendo tetas o sexo en la tele o en un cómic?), Devour nos vuelve a mostrar que los impulsos humanos se mantienen pese a las circunstancias en las que se encuentren las personas y que, aunque el mundo se vaya a la mierda, la gente seguirá necesitando dar rienda suelta a sus instintos básicos.
¿De qué trata Devour?
En Devour, nos encontramos con una exitosa escritora de literatura “apocalíptica” que se encontraba en un retiro en el bosque cuando explotó el apocalipsis zombie. Aficionada a hacer estos retiros para desconectar y encontrarse a sí misma, se ha visto sorprendida por la llegada del fin del mundo y teniendo a su mano una buena cantidad de provisiones, y porque no decirlo, por miedo, se ha resguardado en su propia fortaleza de la soledad sin contacto con el mundo exterior o lo que allí haya pasado.
Tal es su aislamiento que prácticamente no ha visto a los “caníbales” de la plaga que ha asolado al mundo y de la que ha tenido conocimiento por internet o la tele (al menos hasta que estas funcionaban), pero todo cambia cuando una mujer en apuros se da de bruces contra los ventanales blindados de su apartado hogar.
Venciendo el miedo inicial, salva la vida de dicha persona y se arriesga a introducir en su casa un elemento extraño que puede desequilibrar su, hasta ahora, tranquilo mundo.
Así pues, la desde este punto, el cómic llega a sus momentos más excitantes viendo como ambas mujeres disfrutan de su compañía y apuran los suministros existentes bajo la amenaza bien clara de que estos terminarán acabándose y tendrán que enfrentarse al mundo exterior.
Devour: Más que sexo y zombis
Como digo, además de sexo y zombis, Devour ofrece un relato intimo sobre como cada persona afronta el fin del mundo y que, como en la vida diaria, hay que intentar salir de nuestra zona de confort para avanzar o no en el mundo que tenemos por delante.
Si bien es cierto que Devour se me ha hecho corto, no puedo decir que me haya decepcionado como aficionado al género zombi. Su historia es sencilla, pero con muchas lecturas y el dibujo de Sergio Carrera es perfecto tanto para mostrar zombis como para dibujar mujeres preciosas.
Sin duda, es una de esas historias sencillas (pero arriesgada) que se visitan cada cierto tiempo y que, si bien, debido a su temática y el sambenito que muchos podrán colgarle, no será objeto de cientos de reseñas o no estará en las listas de lo más destacado de 2023, resulta un cómic estupendo para disfrutar de su lectura y hacerle un hueco en la biblioteca de todos aquellos aficionados que tengan predilección especial por las historias de zombis.
Devour
Autor: Sergio Carrera
Publica: Aleta
Sinopsis oficial: Dos mujeres atrapadas en una casa rodeada por una horda zombi deben encontrar nuevos motivos para no rendirse, para no caer en la desesperación y seguir luchando, con el deseo como motivador principal para elegir la vida. Sergio Carrera, autor detrás de ALMA y TOXIC DETECTIVE, nos trae ahora DEVOUR, un thriller erótico que busca borrar los límites entre el horror y los más bajos instintos de la naturaleza humana. Sergio Carrera, autor detrás de ALMA y TOXIC DETECTIVE, nos trae ahora DEVOUR, un thriller erótico que busca borrar los límites entre el horror y los más bajos instintos de la naturaleza humana.
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