Crítica de Way Down: Una de ladrones made in Spain
Jaume Balagueró cumple junto con Paco Plaza las condiciones de outsiders, de directores que normalmente se salen de lo habitual en nuestro cine. Lo demostraron dirigiendo juntos y creando la saga [REC] centrada en el género zombi. Con el paso de los años, ambos han ido forjando su propio rumbo en el séptimo arte (Paco Plaza no se ha salido en ningún momento del thriller o el terror, buena prueba de ello son Verónica o Quien a hierro mata); pero aquí, Balagueró se sale del guion y nos trae una cinta de acción pura, muy fiel al estilo hollywoodiense y que puede convertirse en un importante éxito de taquilla, compitiendo o superando a productos repetitivos.
¿De qué trata Way Down?
La premisa de Way Down (The Vault, en el original.. curioso ¿verdad?) va a resultar un tanto familiar a todos los espectadores que se hayan sumergido en la serie de Alejandro Amenábar en Movistar, La Fortuna. Un cazatesoros que busca unas reliquias muy valiosas del pasado de su país. Hasta aquí el parecido, y de forma muy inteligente, el guion toma un rumbo diferente. Walter Moreland (Liam Cunningham) recibe un varapalo jurídico por la obtención del tesoro, pero no se resigna: decide que va a robarlo del lugar más seguro del mundo. La cámara acorazada del Banco de España. Y para eso necesita la ayuda de alguien que pueda pensar de forma creativa y diferente. En este punto, entra en juego el protagonista de la función, Thom (Freddie Highmore) un joven ingeniero que carece de un horizonte vital. Él quiere ayudar a la gente, pero las empresas que acuden en su búsqueda solo buscan beneficios.
Es el encuentro de dos personas apasionadas y que quieren cambiar las cosas. Walter y Thom comparten esa esencia, y juntos harán posible el robo del siglo. O no. Esta pareja protagonista se encuentra acompañada de grandes astros del cine español como Jose Coronado, Luis Tosar y Emilio Gutierrez Caba.
Impresiones y crítica de Way Down
Way Down sin duda cumple con las expectativas. Un producto de entretenimiento sencillo y emocionante. Sus dos horas de duración se pasan volando y sin duda es una película que llamará bastante la atención por su propuesta, que se sale de lo habitual. Balagueró demuestra que se le da bien dirigir la acción y plantea una especie de franquicia al estilo Ocean. Posiblemente no esté presente en las ceremonias de premios, pero no lo necesita, porque tiene todos los ingredientes para triunfar por encima de las más “premiadas”.