Este fin de semana llega a las pantallas de cine la esperada adaptación del videojuego Uncharted, que dio lugar a una conocida saga de aventuras hace unos años, creado por el estudio Naughty Dog, responsable de grandes títulos como Crash Bandicoot o The Last of Us. Una producción que está llamada a convocar al público masivo en las butacas, protagonizada por una de las estrellas del momento, Tom Holland, y que sin duda promete ser una cinta de aventuras entretenida. Bien, si nos quedamos (siendo generosos) con el entretenimiento, la película puede tener cierto atractivo como blockbuster palomitero; pero si vamos un poco más allá de la superficie, entonces nos adentramos en un territorio donde la conclusión sobre el film ya no sería tan amable por desgracia. Pero hay que hacer crítica, y eso supone no decir solo lo bueno, sino también hablar de los fallos.
Lo bueno que tiene Uncharted es precisamente que da lo que promete en su publicidad: un producto destinado al público masivo (específicamente el joven adolescente que, se supone, es el principal aficionado a los videojuegos) y que además no tiene grandes complicaciones argumentales. Una cinta sencilla, amena y amable en su planteamiento. A esto le añadimos la presencia carismática y divertida de Mark Whalberg y entonces tenemos lo que sin duda es el alma de la película. Alguno pensará: Pero Whalberg no es el protagonista, sino Tom Holland. Bien, aquí queridos lectores nos adentramos ya, por desgracia, en los tremendos fallos que tiene la película y en lo que la convierten en un producto de marketing más, enlatado, facilón y realizado siguiendo seguramente criterios de mercado; es decir, si Tom Holland ahora está de moda, pues hay que ponerle, ignorando criterios artísticos que indiquen la posibilidad de que haya otros intérpretes que encajen mejor en el rol de Nathan Drake. Porque hay una cosa evidente: Nathan Drake no tiene nada que ver con Spider-Man. ¡Ah! Pero es que esta cinta pone el foco en el típico relato de orígenes del personaje, porque claro, el público medio es corto de entendederas y entonces hay que explicar de dónde viene el protagonista.
En el primer videojuego, Drake se nos presenta en un barco pegando tiros a unos piratas que le quieren robar un tesoro que ha encontrado en el fondo marino. ¿No es posible presentar quien es el personaje de esta manera? ¿No basta con saber que es un arqueólogo, ladrón, un tanto truhán? No, hay que machacarlo todo y además entrar en el terreno sentimentaloide más banal. Por otra parte ¿Desde cuando Nathan Drake se disculpa por dar un puñetazo? ¿Es que ya no se puede concebir un personaje principal que machaque sin piedad a los malos? ¿Por qué es necesario que el pobre Tom siempre ponga la misma cara de pánfilo?
¿De qué trata Uncharted?
Pasamos ahora al argumento. Respiremos hondo porque entramos en un pequeño ejercicio un tanto rocambolesco de leyenda negra. Ahora resulta que la expedición de Magallanes y ElCano está financiada por una familia de banqueros que hasta financiaron las Cruzadas, y a la que pone rostro Antonio Banderas como Santiago Moncada, que aquí nos da una de sus interpretaciones más flojas, también porque la concepción del villano es bastante plana y manida (un hombre enfadado con su padre millonetis que no le comprende). Una película que tiene más o menos ocho guionistas ¿No puede haber entre ellos alguno que se haya leído un libro de Historia? Mejor todavía ¿Por qué hay que hacer los argumentos tan barrocos?
Queridos lectores / espectadores, si sois capaces de aislaros de todos los puntos negativos, creo que sin duda disfrutaréis de la película, poco más puedo decir de una cinta que tiene ingredientes para ser algo muy parecido a Indiana Jones y que, sin embargo, opta por la vacuidad y la repetición de estereotipos y clichés del género.