La música cinematográfica de la era clásica de Hollywood no sería lo mismo sin las canciones. No esas canciones preexistentes que empezaron a inundar las bandas sonoras a partir de los setenta, y que actualmente se han convertido en temas inspirados en las películas en cuestión, que ni siquiera a parecen en ella y existen con fines exclusivamente comerciales. Aquellas canciones, cuyo potencial comercial era de sobra conocida por los estudios, no eran solo eso. Eran el mismo título de sus películas y el germen de la música entera que las acompañaba. Eran la propia historia y la psicología del personaje protagonista. Escucharlas era ver las imágenes, que a la vez sugieran su melodía y sus letras. Algunos compositores estaban en contra de este sistema. Otros triunfaron gracias a él. Pero detrás de ellos había hombres sin los cuales nada habría sido lo mismo: los letristas.
Uno de los más famosos y reconocidos letristas de Hollywood fue Sammy Cahn (1913-1993), asiduo colaborador del compositor Jimmy Van Heusen, junto con el cual obtuvo once de sus veintiséis nominaciones y tres de sus cuatro Oscar: “All The Way” de La máscara del dolor (Charles Vidor, 1957), “High Hopes” de Millonario de ilusiones (Frank Capra, 1959) y “Call Me Irresponsible” de Papa’s Delicate Condition (George Marshall, 1963). El cuarto lo consiguió junto con Jule Styne por “Three Coins in the Fountain” de Creemos en el amor (Jean Negulesco, 1954).
Fallecido en 1993, su nombre y su obra se siguen recordando gracias a los Sammy Film Music Awards, premios anuales concedidos a las mejores ediciones discográficas de música de cine, en varias categorías: mejor nueva banda sonora, mejor nueva canción, mejor banda sonora vintaje, mejor reedición, mejor compilación, mejor compilación vintaje, mejor banda sonora remasterizada… A ello se añade un premio especial en honor a la carrera y logros de un compositor, ya sea por su música en general o por sus canciones en particular, cuyo máximo galardonado es John Williams con 13 Sammy Awards entre 1988 y 2015, es decir, entre El turista accidental y El despertar de la fuerza. Los ganadores son elegidos por Robert Hall, miembro de la Asociación Internacional de Críticos de Música de Cine y autor del libro “A guide to film music”.
Un premio poco conocido que desde ahora deberían seguir todos los coleccionistas de música de cine y melómanos cinéfilos en general para estar al día de las mejores ediciones de bandas sonoras.
Puedes encontrar más información sobre los premiados en las distintas ediciones en el siguiente enlace: Sammy Awards
Y para acabar, nada mejor que unas cancioncillas escritas (no solo para el cine) por Sammy Cahn. Seguro que te suenan…
“¿Cuál es la diferencia entre un poema y un canción? Un poema está destinado a los ojos, mientras que una canción está destinada al corazón”. Sammy Cahn.