Hay películas que no se merecen más que algunas palabras. Algunas por su escasa calidad y otras porque si descubrimos algo más de ellas, se fastidia el pastel. Así que, ahí vamos con el análisis breve de algunas de las cintas proyectadas durante el recien clausurado Festival de Cine Europeo de Sevilla.
Recoletos Arriba y Abajo (Pablo Llorca)
¿Decepción? ¿Incomprensión? No tenemos muy claro aún cuál es el propósito del director con esta película, lo que si podemos decir es que no dejo a nadie indiferente. Recoletos cuenta la historia de un hombre que lleva una doble vida. Paralelamente nos da una breve descripción del crisol de personalidades que albergan el edificio. La historia está mal contada y mal filmada. La película tiene un montaje y una post-producción que roza el ridículo. En resumidas cuentas, gafapastas e iluminados aparte, la mera inclusión de esta cinta en el festival es un insulto para el cine y los cineastas que están apostando por hacer obras de calidad.
Hors les murs (David Lambert)
Film íntimo que describe las relaciones de parejas y los caprichos del amor. La atmósfera gris sumerge perfectamente al espectador en la trama que tiene delante. El director ha escogido describir la historia desde la bisexualidad, aunque es equiparable a cualquier elección sexual que tengamos. Sin duda una de las mejores apuestas del festival. No aburre, no se hace pesada y cuenta una historia realmente desgarradora (Abstenerse chistes sexuales).
L (Babis Makridis)
Delirante, absurda, genial, brillante, estúpida, incoherente, sensacional, divertida, hilarante, incomprensible… Sí, todo eso y más cabe dentro de las descripciones de este metraje. La historia en sí es bastante sencilla, de hecho podríamos catalogarla de simple y excesivamente cruda. Es el absurdo diario elevado a la parodia extrema con unos personajes que rozan el surrealismo. Para mí fue uno de los descubrimientos del festival. Entré porque no había otra que me interesase y sinceramente salí con una sonrisa de oreja a oreja mientras entonaba el estribillo de la canción con la que concluye la película. Una proyección absurdamente cómica.
The Shine of Day (Tizza Covi/ Rainer Frimmel)
Sus directores informaron al público que ellos venían del documental y no engañaron a nadie. La sensación mientras está teniendo lugar la proyección es la de estar ante el televisor cualquier día en la sobremesa con la 2 de TVE. El peor aspecto de la película es que termina justo cuando empieza a ponerse interesante. Para que os hagáis una idea es como si nos contasen la construcción del DeLorean y justo cuando van a probarlo, aparecen los títulos de crédito. El ritmo se hace excesivamente lento y los personajes son demasiado planos. No van más allá de la historia que nos cuenta la cámara. Poca profundidad en ellos. El quid de la cuestión viene cuando la misma directora nos comenta que no están interpretando un papel, sino siendo ellos mismos. Ahí comprendimos muchas cosas.
