Crítica de Lebanese Rocket Society: Líbano soñó tocar el cielo.
Durante muchos años hemos creído que sólo los estadounidenses y los rusos competían por la conquista del espacio. De hecho, hasta unos segundos antes de la proyección de esta cinta, yo era uno más de los que pensaban eso, pero a medida que avanza este documental vas descubriendo que había otros competidores. En concreto un pequeño país de oriente próximo: Líbano.
La película cuenta las aventuras y desventuras de un grupo de investigación universitario comandado por su profesor: Manoug Manuogian. Mezcla imágenes reales con entrevistas a los protagonistas del proyecto. En ellas se puede observar como los intereses eran distintos, mientras unos se empeñaban en seguir mejorando la investigando, otros – el ejército libanés – sólo tenía fines militares en sus avances. El documental termina con el polémico transporte y colocación de un cohete en el lugar donde empezó todo: Haigazian Highschool en Líbano.
Tras la parte documental, viene un pequeño metraje de animación en el que muestran como sería el país si los estudios hubieran continuados en vez de ser cortados de raíz por culpa de la manipulación militar y gubernamental.
Sin duda una de las apuestas más entretenidas y educativas del Festival de Cine Europeo de Sevilla. Hay veces que se agradece algo así dentro de tanta decadencia y oscuridad europea.