Con el cuerpo aun vibrando por las emociones que ha conseguido despertar en mi este capítulo, me propongo a hablaros rápidamente sobre un episodio que a pesar de estar plagados de fallos sobre estrategias y distancias, consigue encaminarnos de forma realmente emotiva hacia el final que nos aguarda en esta serie a la que le quedan dos episodios para su conclusión.
Utilizando de forma bastante clara el titulo «Separate Paths» (Caminos Separados), este octavo capítulo de la «Guerra de los Condenados» (War of the Damned) utiliza un amplio abanico de recursos visuales, sonoros e interpretativos para narrar la separación del bando rebelde en dos grupos con fines bien distintos a pesar de que ambos se encuentran acosados por la terrible mano de Crassus.
Por un lado tenemos a Spartacus, que tras liderar una última batalla en una ciudad solitaria afincada en un valle, empieza a recapitular sobre sus objetivos, planteándose que su prioridad ya no es la venganza, sino la supervivencia de los más débiles que están a su lado. En contra, y sin grandes conflictos que empañen estos últimos momentos, se encuentra Crixus, quien lejos de seguir huyendo, desea asaltar la mismísima capital romana, en un asalto que volverá a sus casillas a un Marcus Crassus que tras la partida de su esclava de confianza, Kore, parecía haber perdido el juicio.
Así pues, con el bando rebelde dividido, la trama en el campamento romano recae sobre Caessar (Cesar) y Tiberius (Tiberius), los dos generales de Crassus, que emprenden un juego para ver quien ostenta más poder, en el que sorprendentemente, pierde el general romano destinado a tener su propio spin-off.
«Separathe Paths» será recordado como un capitulo memorable, ya que además de seguir demostrando su poderío visual en batallas (creo que las coreografías, planos y escenas de este capítulo son las mejores que se han visto en toda la serie), nos otorga momentos dramáticos e inesperados que se mezclan con otros de camaradería y ternura entre los protagonistas de esta grandiosa serie.
Como no quiero entrar en territorio SPOILER, me reservare los datos sobre quienes viven y mueren en este capítulo, o cuáles son las formas con las que Tiberius somete a Cesar (y que nos ofrecen un momento de humor que no hará ninguna gracia al personaje), contando simplemente que se produce el esperado encuentro entre Spartacus y Laeta, y que tras una fiesta/orgia de despedida, el grupo de Crixus incluirá a Naevia (of course!!) y sorprendentemente, también a Agron, dejando al resto de personajes relevantes acompañando a Spartacus en una misión que de momento (y la clave es “de momento”), se prevé menos belicosa.
Sin duda un espectáculo digno de disfrutarse, y vaticina un final dantesco para una serie que echaremos mucho de menos en la parrilla televisiva.
Resumen del capítulo 8 – Caminos separados / Separate Paths
(Spartacus – War of the Damned 1×08 / Spartacus 3×08)
Una vez superada la barrera que constituía el muro que Crassus había construido para frenar el avance de las tropas de Spartacus, el bando rebelde sigue huyendo, acosado por las legiones romanas, con vistas a recuperar fuerzas que les permitan repeler tal amenaza.Tras ver como los esclavos mas débiles son víctimas de esta guerra, Spartacus decidirá abandonar el conflicto y encaminarse a un objetivo belicoso, que permita que algunos de los que los acompañan tengan la posibilidad de disfrutar de la libertad por la que tanto han luchado y sufrido, algo que hará que el bando rebelde se divida entre los que abogan por la salvación, y quienes aun tienen sed de venganza contra los romanos que tanto le oprimieron.En cuanto al bando romano, Crassus empieza a verse afectado por el conflicto, y sobre todo por el deshonor provocado por el abandono de su esclava, algo que hará que pierda los estribos (hasta el momento no ha ocurrido) y que esté a punto de tomar decisiones, que a no ser por las conjuras entre Tiberius y Caesar, hubieran llevado a Roma hasta su final.
