Harley Quinn: Cristales Rotos, de Mariko Tamaki y Steve Pugh [RESEÑA]
Desde que en 1992 apareciera por primera vez en la serie animada de Batman, Harley Quinn ha ido ganando notoriedad dentro del Universo DC. Con el tiempo, ha pasado de ser la novia tontorrona y peligrosa del Joker para convertirse en un personaje con entidad propia, y aunque para muchos el boom del personaje vino de la mano de Margot Robbie al interpretar la actriz al famoso personaje, en los cómics Harley ya llevaba tiempo caminando sola.
Personalmente, no es un personaje del que tenga muchas historias en mi biblioteca, pero nunca es tarde para corregir ese problema. En este post, os hablaré de Harley Quinn: Cristales Rotos, una obra publicada recientemente por Editorial Hidra y enfocada para el público conocido como “jóvenes adultos” que nos presenta a Harley y a otros personajes de DC de una forma diferente y original.
Si bien es cierto que aún es pronto para incluir este volumen entre los típicos listados de “Mejores historias de Harley Quinn” que cualquier blog de cómic tendrá en su haber, hay que admitir que Cristales Rotos tiene todas las papeletas para convertirse en un clásico del personaje.
¿De qué trata Harley Quinn: Cristales Rotos?
La historia de Harley Quinn está claramente relacionada con el Joker. No en valde, el nacimiento de esta villana o anti heroína va de la mano de la némesis de Batman, pero en este cómic, la guionista Mariko Tamaki ha decidido darle un origen diferente y radicalmente opuesto al que conocemos.
Así pues, este Cristales Rotos podría englobarse en ese tipo de historias que conocemos como Elseworlds, y como tal, es completamente independiente a la continuidad de DC.
En esta ocasión, se nos presenta a Harley como una chica problemática a la que su madre manda a vivir con su abuela. Al llegar al que será su nuevo hogar, se encuentra con que su abuela ha muerto y que en la casa de esta vive una drag Queen que la acogerá y le ofrecerá una oportunidad de encontrarse a sí misma en un entorno muy diferente al hogar disfuncional del que viene.
Feliz como una perdiz en su nueva vida, esta historia de Harley, poco a poco, nos va dando a conocer versiones diferentes de Poison Ivy o el Joker y lo haremos a través de una historia que denuncia la gentrificación en las ciudades, o lo que es lo mismo, la destrucción, homogenización y reconstrucción de barrios que pasan de manos de ciudadanos humildes a las manos de grandes corporaciones con la consecuente subida de precios.
Con esa amenaza sobre la cabeza de sus más allegados, y siguiendo el activismo pacifista que le contagia la nueva Ivy, Harley se irá revelando como una activista un tanto peligrosa y más, cuando se cruce de lleno con la contrapartida supuestamente anarquista del Joker que vemos en esta realidad.
Valoración de Harley Quinn: Cristales Rotos
Ciertamente, Cristales Rotos es una historia muy diferente a la que nos tiene acostumbrado el personaje. Mariko Tamaki es conocida por sus historias que ponen sobre la mesa asuntos sociales y ofrecen visibilidad a diferentes colectivos (en este caso una comunidad de Drags) y sin duda, su interpretación de Harley y compañía supone un contrapunto para tanta versión gamberra de Harley Quinn que nos ha llegado a consecuencia de la llegada del personaje a los cines.
Si a esa visión social le sumamos el genial arte de Steve Pugh, tenemos entre manos una obra muy a tener en cuenta. El trabajo que Pugh hace aquí es realmente llamativo y nos muestra a Harley y el resto de personajes con un realismo muy particular que, con un uso del color que puede parecer sencillo, se ajusta a la perfección a los diferentes momentos que nos ofrece la trama.
Como ya he repetido varias veces, Cristales Rotos es diferente a lo que esperaríamos de una historia de Harley, pero no por ello es menos valida. Sinceramente, creo que es un buen acercamiento a los cómics para aquellos que creen que los superhéroes o similares son solo tortas y batallas cósmicas. La historia es realmente interesante y muy actual y aunque habrá quien se sienta defraudado por no encontrar a los personajes de siempre, no puedo hacer otra cosa que recomendar su lectura, más en estos tiempos convulsos que vivimos y en los que hacer visibles diferentes problemas es indispensable para las “nuevas generaciones”.