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Un comentario

  1. Me encanta ese cine tan personal que hace Cavestany (en mi blog tengo un par de cosillas suyas comentadas), y especialmente me gusta la forma en la que, con cada nuevo proyecto, demuestra que para hacer cine no es necesario un despliegue técnico del copón ni un presupuesto millonario; basta con echarle imaginación y tener ganas y cariño.

    Eso sí, El Señor no me terminó de gustar, aunque tengo que darle una segunda oportunidad. Con la que sí me lo pasé en grande fue con Gente en Sitios y Dispongo de Barcos.

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