El pasado miércoles 16 de abril tuvo lugar en el Teatro Guimerá de Santa Cruz de Tenerife, el segundo de los Encuentros con el Cine, una actividad cultural con vocación de estabilidad, promovida desde el Organismo Autónomo de Cultura del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, cuya programación coordina la empresa Digital 104, compuesta por cuatro jóvenes realizadores canarios: Jairo López, Domingo J. González, Eugenia Arteaga y Jonay García.
En un ambiente sin duda cálido y cargado de cinefilia, despedimos la parte laboral de la Semana Santa. Pese a los ecos entusiastas que provenían desde la calle con ocasión al partido de fútbol, tuvo lugar una sesión muy intensa, ante una audiencia respetable, que como muy bien se dijo, se resistió al fútbol y a las vacaciones, dos de las grandes religiones de este país.
La idea que preside a las proyecciones de Encuentros con el Cine es cuádruple, según explicó el realizador Jairo López en la presentación inicial de la velada. De un lado, ver las películas a la escala de la “pantalla grande”, es decir, como sus creadores las han concebido al filmarlas. Por otro lado, poder ver y disfrutar de aquellas películas “invisibles”, es decir, las que por las extrañas políticas de la distribución y exhibición españolas, no llegan a nuestros cines, y por tanto no pueden verse de otro modo. En tercer lugar, preside la idea de ver obras cinematográficas producidas en Canarias y en el resto de España. Finalmente, se trata de tener encuentros con los cineastas, de poder hablar con los realizadores después de cada una de las proyecciones, con un moderador diferente cada vez.
Mar Coll y Dailo Barco |
Pues bien, el miércoles estuvo presente la directora catalana Mar Coll, siendo el moderador el documentalista y teórico de cine Dailo Barco. A la proyección, en versión original en catalán, con subtítulos en castellano, siguió un estupendo y muy participativo debate, donde quedó patente la sólida formación de la cineasta y su claridad de ideas a la hora de afrontar el timón de dirigir una película. Mar Coll es una realizadora formada en la ESCAC, la Escola Superior de Cinema i Audiovisuals de Catalunya, cuyas dos películas filmadas hasta la fecha, “Tres días con la familia” (España, 2009), con la que consiguió el premio Goya a la mejor directora novel, y “Todos queremos lo mejor para ella”, han sido producidas por Escándalo Films, la productora de la ESCAC. Como muy bien afirmó el moderador Dailo Barco, “Del riesgo surgen obras interesantes”. La directora debutó con el cortometraje “La última Polaroid”, su carta de presentación y proyecto de fin de carrera.
El visionado de “Todos queremos lo mejor para ella” permite concluir que la cineasta persigue con su cine la captura de detalles casi microscópicos de la vida cotidiana de sus personajes. Le interesa un cine marcadamente intimista, centrado en los personajes, cuyas historias se crean con los suficientes huecos como para que los espectadores podamos rellenarlas y de algún modo contribuir a construirlas. En ese sentido, Mar Coll trata al espectador “como un cómplice, no como un consumidor”, nuevamente en palabras del moderador.
Fotograma de “Todos queremos lo mejor para ella” |
Geni (Nora Navas) es una mujer de 38 años. Hace un año sufrió un terrible accidente de coche, del que trata de recuperarse, con ayuda de la fisioterapia y acudiendo a un psiquiatra. Emocionalmente no termina de remontar. Estuvo trabajando durante 15 años como abogada en un prestigioso bufete de Barcelona, “Montes & Cía” y todos le dicen que es hora de volver a trabajar. Su marido Dani (Pau Durá), arquitecto de profesión, ha pasado a ocupar un rol más de padre que de esposo en la vida de la mujer. Al comienzo de la película, vemos que, sin dinero en la cartera, Geni le deja su alianza de compromiso al taxista que la ha traído a su casa, en lo que va a su piso a buscar dinero para pagarle la carrera. Una vez en su sofá, Geni no regresa a por su anillo, lo que nos da una pista inequívoca de lo mal que va su matrimonio. La mujer, en definitiva se halla en un punto de inflexión en su vida: retomar su gris existencia antes del accidente, o vivir la vida que realmente le apetece vivir. El reencuentro en una entrevista de trabajo con su amiga argentina Mariana Zilcano (Valeria Bertuccelli), un espíritu libre (“Lo lindo de la vida es lo impredecible que es”, dirá en un momento determinado), supondrá un replanteo de muchas cosas.
Mar Coll acude a los pequeños detalles, a los subterfugios, a los rodeos que damos las personas para comunicarnos, para ir construyendo la historia de esta mujer que, en palabras de la propia realizadora, “…de alguna forma murió en el accidente”. Es poco habitual que expresemos directamente los sentimientos, y sustituimos esas formas directas de expresión, por complejos mecanismos de comunicación, que muestran lo retorcidos que podemos llegar a ser, y lo desconocidos que somos muchas veces, incluso para nosotros mismos. Su sensibilidad a la hora de dirigir a Nora Navas es mayúscula. La actriz, finalista al premio Goya por su papel, regala una honesta interpretación, construida más desde la mirada y los silencios (desde la introspección en definitiva) que desde la palabra.
Protagonistas de “Todos queremos lo mejor para ella” |
La realizadora, en plena complicidad con su guionista, Valentina Viso, construye una historia sobre la identidad y esa triple fragmentación de nuestra personalidad: lo que queremos ser, cómo somos y cómo nos mostramos. Tales inquietudes, emparentan el cine de Mar Coll con el de cineastas de la introspección tan influyentes como John Cassavetes, Atom Egoyan o Isabel Coixet.
La propia cineasta reconoció su interés en el retrato de la clase media catalana. Acierta plenamente en la mirada sobre ese padre viudo, patriarca de la familia, implacable, muy rígido, que no termina de entender lo que sucede respecto a su hijas, o sobre la hermana de la protagonista, Gloria (excelente Ágata Roca, la pareja del realizador Cesc Gay), un tanto disfuncional, que padece de insomnio y que era el centro de atención familiar hasta el accidente de la protagonista. A Mar Coll le interesa igualmente proponer una tangencial reflexión acerca del desconcierto general que vivimos, ante la coyuntura política y económica actual en nuestro país.
Contribuye de un modo muy eficaz a ese carácter melancólico que preside a la narración, el empleo de tonos de luz nada cálidos tanto en los interiores como en las secuencias rodadas en exteriores. La fotografía y la dirección artística van al unísono, en consonancia con la desazón existencial de la protagonista. En palabras de la realizadora, la Barcelona de la película “…parece una Barcelona sueca”.
Un excelente largometraje, que reafirma en el panorama cinematográfico español a una directora, que sin duda parece tener mucho que decir.
La próxima cita de Encuentros con el Cine (tenéis alguna foto mas de la última edición bajo el cartel mismo y junto a algunas de las muchas frases destacables de la realizadora)será el 27 de mayo, con la película “La senda”, del director canario Miguel Ángel Toledo.
Cartel del evento |
Lo mejor de ir a una escuela de cine es encontrar tu propia generación de cineastas |
Los actores suelen ser las personas que mejor leen los guiones |
Para mí la honestidad en el cine es la del cineasta implicado en lo que cuenta, el que se reconoce en lo que ve |