Crítica de «Infierno Azul»: Blake Lively se enfrenta a la bestia del paraíso

INFIERNO AZUL (The Shallows) llega a nuestros cines de la mano de Sony Pictures Spain. Se trata del nuevo film del cineasta español Jaume Collet-Serra (Non-Stop, La huérfana) con libreto de Anthony Jaswinski. Este thriller tiene a la cabeza del reparto a la actriz estadounidense Blake Lively que alcanzó la cúspide de la fama con su papel principal de Serena Van der Woodsen en la serie de la CW “Gossip Girl”. El resto del elenco lo completan, en perfiles secundarios, el actor catalán Óscar Janeada (Cantinflas), Angelo Jose, Lozano Corzo, Brett Cullen (El Caballero Oscuro: La Leyenda Renace) y Sedona Legge.

Nancy Adams (Blake Lively) está haciendo surf en una playa solitaria cuando es atacada de repente por un enorme tiburón blanco. Aunque se encuentra atrapada cerca de la costa, para su propia subsistencia y bajo un nivel de estrés enorme deberá ejercitar su ingenio, sus conocimientos y sacar toda su fortaleza física y psíquica.

“Infierno azul” es una novedad muy adecuada para proyectar en esta fecha estival. Contiene un paraíso natural, un lugar idílico y tranquilo, de azul intenso, luminoso y muy soleado para hacernos viajar y surfear, mientras que, paulatinamente, nos va introduciendo en la historia de Nancy. El personaje de Lively viene a este apacible lugar para encontrarse consigo misma y con uno de sus antepasados, una persona muy relevante en su vida. La estudiante de enfermería, a la que le apasiona el surf, se encuentra en las arenas como una gladiadora en la antigua Roma, solo que aquí es en el mar donde se verá la cara con el temible y famoso Tiburón, animal con el que ya nos hizo sudar la gota gorda en el cine, el Rey Midas de Hollywood con su clásico “Tiburón” (Jaws, 1975)

Entrando en materia interpretativa, Blake Lively soporta prácticamente todo el peso del film. Es la dueña y señora del espectáculo que presenta “Infierno Azul”, y sin duda y de manera positiva, desarrolla solventemente y convincentemente su rol. Físicamente, Lively es un mujerón de extensas y largas piernas, y su belleza natural hace juego con el magnífico paisaje y la deslumbrante fotografía que tiene el film.

Sin duda, ha sido una muy buena elección ponerla al frente de esta cinta que la acerca un poco más a su marido, ya que como dato curioso, y como seguramente ya sabéis, Ryan Reynolds (Deadpool), con el que compartió protagonismo en “Linterna Verde” (2011), también trabajó a las órdenes de un director español en la claustrofóbica “Buried” (2010).

Respecto al resto de intérpretes, que se limitan a secundar a la protagonista, solo cabría destacar al actor Óscar Janeada que, en la piel de un mexicano, y como ya ocurriera en Cantinflas, demuestra que domina a la perfección el acento del país vecino de Estados Unidos.

En cuanto al guion de “Infierno Azul”, hay que admitir que tiene pasajes algo forzados y metidos con calzador, pero no son nada reprochables porque estamos ante una cinta de aventura y suspense en la que toda la acción se desarrolla prácticamente en un primer plano continuo. Debido a ello, todo el peso cae en el personaje principal, y el director, debe resolver con habilidad, dinamismo y destreza todas la situaciones que muestra en pantalla sin aburrir al espectador, algo, que bajo mi opinión, lo consigue de sobra.

Sin duda, “Infierno Azul” es un film recomendadísimo, y como ejercicio supervivencia fílmica, te mantiene en tensión hasta el final, algo que no es nada fácil.