Crítica de Venom: Habrá Matanza [SIN SPOILERS]

Crítica de Venom: Habrá Matanza
Crítica de Venom: Habrá Matanza
Con esta nueva entrega de Venom, el Spiderverso de Sony y Marvel nos presentan una divertida y esquizofrénica gamberrada cinéfila.

Andy Serkis, a quien todos conocemos por haber interpretado a Gollum en la saga de El Señor de los Anillos, lleva ya unos años ejerciendo no solo de actor; también se ha puesto tras la cámara en otras ocasiones, como director y productor (destaca especialmente su trabajo en Netflix con una personal adaptación de El libro de la selva de Rudyard Kipling). Ahora, Serkis se une a Sony y Marvel para contribuir con una pieza más al engranaje que compone esta franquicia del Spiderverso: la nueva entrega del villano más gamberro del cómic, Venom.

Esta nueva película nos sitúa un tiempo después de los acontecimientos de la entrega precedente. Eddie Brock (Tom Hardy) sigue manteniendo una relación muy especial con Venom, el simbionte extraterrestre que le poseyó en la anterior cinta. Poco a poco van desarrollando una convivencia que resulta ser algo parecido a un periodo de entreguerras, donde las tensiones se van acumulando hasta que se pone un punto y final. Solo que esta “ruptura” llega en el momento más inoportuno, pues un terrible asesino en serie se ha escapado de la cárcel; Cletus Kassady (Woody Harrelson), un psicópata sanguinario al que iban a ejecutar y que, en su cámara de la muerte, revela estar poseído también por otro simbionte, que lleva el nombre de Matanza (en clara referencia al título del film).

Woody Harrelson Matanza

El guion escrito a dos manos por Tom Hardy y Kelly Marcel (aunque solo aparece esta como firmante del mismo) nos lleva unos peldaños más arriba en la evolución de los personajes principales, cohesionando mucho mejor lo que hemos visto en la cinta precedente y logrando también un relato más sencillo, lo cual, facilita bastante la labor del director a la hora de crear un dispositivo de entretenimiento ameno. Sin duda, ver esa complicada y esquizofrénica convivencia de Eddie y Venom no es el único atractivo de la película, porque hay que destacar especialmente los personajes de los villanos de la función, por un lado un gran Harrelson que, parece sentirse como en casa en este tipo de personajes, y una sorprendente Naomie Harris a la que hemos podido ver de Moneypenny en la saga Craig de 007; forman ambos dos una pareja muy del estilo Bonny y Clide aderezado con toques de monstruos góticos salidos de un cuento fantasmal.

De hecho, la cámara manejada por Andy Serkis no duda en jugar con la narrativa de dos géneros muy apropiados para este tipo de relato: el terror y la ciencia ficción de serie B. La ambientación oscura con escenarios como un palacio o una catedral que parecen salidos de un relato de Poe (recientemente esto lo hemos podido ver en la cinta Maligno de James Wan), y la propia concepción de todos los personajes como unos auténticos freaks de la parada de los monstruos, declaran lo que estamos viendo, una cinta que se calificará automáticamente de superhéroes por ser de unos personajes de Marvel, pero que en su forma responde a otros códigos más tradicionales, dándole unos atractivos fuertes.

Tom Hardy en Venom: Habrá Matanza

Esta nueva aventura de Venom triunfa donde su producto precedente sufrió un estrepitoso fracaso, ya que, hay que recordad que la anterior película sufrió una brutal mutilación de cuarenta minutos de montaje para quitarle las partes más sangrientas. Aquí directamente se apuesta por un tono gamberro y macarra, dirigiéndose no tanto al público infantil como al adolescente y más adulto, cohesionando mejor la historia y, desde luego, haciéndolo en un metraje mucho más llevadero. En definitiva, Venom: Habrá Matanza es una grata sorpresa del Spiderverso y cuenta con altas dosis de diversión.

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