En su paso por ellos, han surgido voces que cuestionan el hecho de que un filme como éste (y el cine en general) se pueda hacer sin un guión entero, sin pensar que así las actuaciones y el rodaje puedan tener más naturalidad que con un “guión de hierro”, y aunque a mi parecer, en este caso se consigue hacer cine de verdad sin contar con todos “los elementos clásicos”, entenderé que a muchos les parezca erróneo ensalzar un film de estas características.
Al margen de la historia y su producción, la cinta tiene una estética muy propia, totalmente basada en la “actual cultura pop underground” y que nos puede recordar muy levemente a series como “Sexo en Nueva York”. Uno de los puntos que más destaca es su banda sonora, que pese a la “rápida concepción del film, esta repleta de sonidos “electropop”, a cargo de grupos como Crime don’t pay.
Para muchos, esta será “una película para modernas“, y en esta ocasión, hay que darles la razón, ya que precisamente por todos esos elementos que revisten al filme de cierto exotismo y sofisticación, son los que la dotan de una personalidad bastante marcada que, sin embargo, y como punto negativo, y tras un comienzo apabullante, hacen que su narración caiga en una cierta irregularidad, abusando de de planos excesivamente largos que tan comunes son en muchas producciones de corte “indie”.
De todas maneras, la película es bastante entretenida e interesante por esa reflexión sobre los objetivos y motivaciones de la vida de alguien, así que por mi parte, la considero bastante recomendable.