BATES MOTEL, REGRESO A LOS ORÍGENES DE NORMAN [Crítica 1ª temporada]

¿Qué fue lo que dio origen a la locura de Norman Bates? ¿Cómo se convirtió en uno de los psicópatas más famosos de la literatura y del cine? En los créditos finales de cada episodio se menciona que la semilla de esta serie nace tanto de la novela de Robert Bloch como de la posterior adaptación que hizo Hitchcock para el cine, y que se convirtió en su película de mayor éxito.

Carlton Cuse, al que todos conoceremos por ser productor de Perdidos junto con J.J. Abrams, y de otras series como Fringe, ha intentado responder a las dos preguntas mencionadas al comienzo, proponiéndonos una visión modernizada del personaje al que todos conocíamos, pero en su adolescencia. Y habíamos escuchado siempre hablar de la madre de Norman, siempre supimos que era una mujer absorbente, inestable emocionalmente, autoritaria, pero tampoco la habíamos visto nunca ni la conocíamos directamente.

Vera Farmiga, una actriz conocida por haberse mantenido siempre en el apartado de secundaria, se ha consolidado en los últimos tiempos gracias a su personaje de vidente en la terrorífica Expediente Warren, aunque puede decirse que el personaje que la ha terminado de lanzar al estrellato ha sido el de Norma Bates, la madre del tímido Norman, al que en la serie vemos interpretado por Freddie Highmore. A algunos les sonará este nombre, por ejemplo, por ser Charlie y haber visitado la Fábrica de chocolate de Willy Wonka en la maravillosa cinta de Tim Burton. Pero ese niño tierno se ha hecho mayor, y ahora nos regala una excelente interpretación, logrando convertirse bajo mi punto de vista en el mejor intérprete adolescente que hay en el cine actual. Tanto él como Farmiga forman una pareja extraordinaria, llevando todo el peso de la serie y logrando elevar la calidad y el interés de la misma.

Digo esto porque siempre que vemos a alguien de los amigos de Abrams realizando una serie o una película esperamos cierta emoción, un ritmo normalmente vertiginoso combinado con giros sorprendentes en la trama, pero de momento en esta primera temporada de Bates Motel vemos unos primeros episodios en los que hay intriga, hay emociones fuertes, momentos en los que vamos conociendo a esos personajes y comprobamos cómo es esa relación entre madre e hijo, y ya vislumbramos que algo comienza a pasarle a Norman. Pero hacia la mitad es como si la serie pegase un pequeño bajón, que tampoco es que la convierta en mala ni mucho menos, pero te deja con la sensación de que parece que la historia no avanza. Además de que vemos cómo es la vida de adolescente de Norman, cómo son sus sentimientos, el querer salir y vivir experiencias de todo tipo, cómo va conociendo el amor y el desamor y cómo este le afecta profundamente.

Todo esto enmarcado por el pueblo «supuestamente idílico» (y lo digo porque el pueblo tiene miga) en el que viven. Sabemos tanto por el libro como por la película original que los acontecimientos tenían lugar en Arizona, pero en la serie se hacen dos cambios: la época en la que todo tiene lugar es en el presente, en la era de los adolescentes tecnológicos y de la falta de valores, y por otro lado el escenario, pues los hechos tienen lugar en un pueblo inventado de Oregón, rodeado por bosques enormes, que ocultan numerosos secretos a los habitantes del mismo. Además, en la serie vemos dos atmósferas diferentes; por un lado, la mansión y el motel en el que viven los Bates, la decoración de la casa, el coche de la madre, muy antiguo, y escuchamos a Norman llamarla Madre. Como si la casa y el motel fuesen un mundo aparte dentro del normal en el que vivimos. El conjunto es una serie realmente estupenda y diferente aunque la idea ya la conozcamos. En EEUU ya está en marcha la segunda temporada. De momento, y tras su emisión en el canal TNT, ya podemos comprar la primera en dvd y así disfrutarla en casa. Sin duda, es un producto recomendable y también un buen homenaje a un clásico imperecedero.