Crítica de ‘Matrix Resurrections’: Un blockbuster inteligente

Crítica de Matrix Resurrections
Crítica de Matrix Resurrections

Parece que en los tiempos actuales, la inteligencia se ha convertido en algo arcaico y pasado de moda. Ahora mismo se le ocurre a alguien decir que es posible gozar con productos que además de entretenerte te hagan pensar, y como diría el Joker, se arma el caos más absoluto.

Ahora lo que está de moda son los remakes, reboots, secuelas, spin-offs, secuelas de los spin-offs, reboots de los spin-offs mezclados con remakes, y así un suma y sigue de locuras caracterizadas por dos cosas fundamentalmente: la falta de creatividad y, en la mayor parte de las ocasiones, una ausencia total de esfuerzo por narrar algo con interés más allá del mero homenaje o guiño visual.

Y con esta situación sobre la mesa, ahora llega Lana Wachowski para darle al Hollywood actual una patada en sus partes con todos estos conceptos, pasárselos por el arco del triunfo y al mismo tiempo usarlos para traer de nuevo una de las trilogías míticas del séptimo arte. Porque si algo supuso Matrix, fue precisamente un cambio de paradigma en el fondo y la forma de las películas de acción a principios de los 2000.

Ha llovido mucho desde entonces, pero Keanu Reeves sigue estando en plena forma, no solo física, sino también orgulloso de hacer lo que más le gusta: pelis de acción con muchos tiros y unas cuantas patadas de kung fu, para deleite de todos nosotros. Y una vez más, nos lleva a Matrix, para demostrar que se puede hacer cine de acción con el que pasarlo bien y, al mismo tiempo, darnos unas cuantas cosillas en las que pensar. Recupera su doble rol de Thomas Anderson/Neo acompañado de una bellísima Carrie Anne Moss de nuevo siendo Trinity en un claro intento de enganchar a nuevas generaciones a esta historia, pero sin necesidad de abrir una franquicia nueva, que es quizás el mayor acierto de la película.

Keanu Reeves en Matrix Resurrections

Las Wachowski demuestran en Matrix Resurrections que saben, desde el guion, actualizar su creación, dándole un nuevo aire y que al mismo tiempo sirve de ejemplo de cómo captar de forma excelente el zeitgeist contemporáneo. En la forma, hay constantes momentos que nos van a recordar a lo que hemos visto anteriormente, de hecho, la película conecta todo el rato el presente con el pasado, buscando que Neo recuerde quién fue en otro tiempo. Al igual que el guión lo que quiere es reflejar una dolorosa verdad sobre el ser humano: nuestra necesidad de control y ese miedo a la libertad del que hablaron autores como Erik Fromm.

A nivel de puesta en escena y respecto de las escenas de acción, están bastante bien hechas pero se añora algo de aquellos primeros efectos digitales que adornaban las películas precedentes, ese cuidado en las secuencias que las hacían más lentas y que dejaban disfrutar algo mejor la acción, pero esto no impide decir que esta nueva Matrix Resurrections sigue estando mucho mejor realizada que muchos blockbuster actuales. De hecho, una víctima en el relato es precisamente este concepto marketiniano del cine actual, porque aquí hay una clara llamada a recuperar el cine de entretenimiento inteligente y a dejar de tratar al espectador como si fuera idiota.

¿Escucharán los jefazos de los estudios esta cuestión o será necesario volver a Matrix para seguir encontrando atisbos de racionalidad? El tiempo y los espectadores lo dirán porque aquí sin duda hay una pregunta clave: ¿Está el espectador medio actual dispuesto a utilizar la materia gris para responder a la pregunta de qué es Matrix? Por parte de quien esto escribe, si quieren hacer más pelis así… ¡bienvenidas sean!

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