El pasado lunes 2 de septiembre, el canal Fox estrenaba en nuestro país «Jaque Mate» (End Game) una serie de «detectives» que data del año 2011 y que llega a España con bastante retraso frente a su estreno en USA.
Protagoniza por Arkady Balagan (Shawn Doyle), un genio del ajedrez afincado en un lujoso hotel de Vancouver, nos cuenta como su vida se ha truncado tras el asesinato de su prometida, suceso que lo ha traumatizado tan fuertemente que le ha generado una agorafobia feroz que no le permite salir del hotel donde reside actualmente.
Sin poder competir, y limitado a los ingresos que le proporcionan los aficionados a este «deporte«, Balagan acabara convirtiéndose en una especie de detective, que sin salir del hotel, y con la colaboración de ciertos «amigos» ira resolviendo casos en esta serie procedimental que bebe bastante de Sherlock y Elementary, tanto al presentarnos a un tipo bastante odioso (y repleto de vicios), como por la forma en la que resuelve los crímenes imaginando de forma desaforada lo que pudo ocurrir.
La serie esta cancelada actualmente en los USA, y en España emitirá rápidamente los 13 episodios que hay filmados ya que Fox los presenta cada lunes en sesión doble.
En cuanto a la calidad de la serie, he de decir que no es precisamente una maravilla, y aunque aporta unos perfiles diferentes a los habituales en los procedimentales y tiene buenos acabados, la forma en que se resuelven los casos, resulta poco o nada creíble, y es que por muy torpe que sea la policía, es imprescindible ir a las escenas de los crímenes para resolver un caso, algo que el «prota» se pasa por el forro con la excusa de que al ser un gran jugador de ajedrez y barajar muchas posibilidades, puede ver cosas donde otros no ven, o casi, porque tendrá que apoyarse en el jefe de seguridad del hotel, un aficionado a la ajedrez que sueña con ganarle, una camarera y una limpiadora.
El primer caso (el segundo aun no me he animado a verlo) gira en torno a un chico secuestrado, y tanto el secuestrador, como el secuestrado y el resto de implicados resultan sosos, y exageradamente inverosímiles, algo que puede mosquear, pero que para ser una serie de saldo que ocupa el hueco de los lunes hasta que llegue «The Walking Dead», puede resultar suficiente para quienes no quieran probar otros productos más apetecibles.
