INT. CINE SUR NERVIÓN – DÍA
Medio Día. Casi justo. Toca sección oficial.
VOZ DE MI CONCIENCIA
(Cabizbaja. Se dirige a la sala a pasitos pequeños y cansinos)
¿Fútbol? ¿De verdad tenemos que ver una película sobre fútbol?
OJOS
(Intentando ser positivo)
Según el director no va sobre fútbol, va sobre: “la imposibilidad de rescatar el momento de felicidad de la infancia”.
VOZ DE MI CONCIENCIA
No sé yo que pensar. A mí todo ésto me huele a chamusquina…
Nunca olvides que hoy puede ser el peor día de tu vida y que puede pillarte en el cine. No es viernes ni martes trece. No es el día de los inocentes. Alguien ha colado una cosa llamada O Futebol en la sección oficial de un festival de cine europeo y se ha quedado tan tranquilo. Hay dos opciones: prepararse para sufrir hora y media, o ir bien entrenado para huir lo más rápido posible de la sala.
De nada me valen las explicaciones de Sergio Oksman de que “el fútbol se inventó para evitar los silencios”. El silencio incómodo prolongado, acompañado por la inacción y por rostros perennemente cansados como si no quisieran estar ahí, no se lleva bien con el cine. Peor con los espectadores.
De nada me vale que nos cuente la relación con su padre: (nota: se supone que la película no es autobiográfica) “cuando nos reencontramos hablábamos muchísimo de fútbol, sobre todo de fútbol de los setenta, tanto que lo jugadores parecían nuestros parientes más que nuestros propios familiares”. No me enternece lo más mínimo. Hay historias que no sirven para ser contadas en el cine. O al menos de esta forma.
No me convencen las largas escenas en el coche a modo de videojuego de simulación de conducción. Absolutamente nada. No soporto a los que, como el protagonista, se creen que saben de fútbol más que nadie. Me parece ridícula la división en partidos del metraje. Ni los tics escupideros ni los supuestos chistes del padre tienen la más mínima gracia. El propio Oskman, que hace de él mismo (Perdón, que no era una película autobiográfica), es más tieso que un futbolista sin balón. Y no hablo más porque me sancionan.
He dicho.
OJO IZQUIERDO
¡Qué alguien le saque tarjeta roja!
OJO DERECHO
¡Tongo!, ¡Árbitro!
VOZ DE MI CONCIENCIA
Hoy he sentido como se esfumaban 45 minutos de mi vida. Abandono en el segundo tiempo ¡Ni prórrogas ni leches!
(CONTINÚA)