Tras los geniales papeles realizados en “Enemy” y “Prisioneros” (ambos films de Denis Villeneuve), Jake Gyllenhaal vuelve a la pantalla en plena forma para interpretar al protagonista de “Nightcrawler”, un personaje que no dejará indiferente a nadie.
La crisis actual en la estamos inmersos, y de la que parece que no vemos salida posible, tiene una vertiente muy importante. ¿Cuál es? Pues un asunto del que pocos se atreven a hablar, pero cuando hay alguien que alza la voz para decirlo, enseguida, los oídos de unos cuantos podrían ponerse a pitar con entusiasmo. Hablo de la vertiente de los medios de comunicación. Una realidad que, por ejemplo, se ha denunciado hace poco en la maravillosa Birdman de Alejandro González Iñarritu, y me remito a las palabras que le dirige Emma Stone a Michael Keaton: “Papá, no estás en Twitter, ni en Facebook. Tú no existes”. A esto hemos llegado desgraciadamente, y es que, si una noticia no aparece en ninguna de estas redes, parece que no existe.
También podría citar una película que casi todo el mundo ha olvidado, hablo de “El Quinto Poder” esa cinta que versaba sobre el controvertido Julian Assange, interpretado por Benedict Cumberbatch. Recuerdo especialmente un fragmento de la misma en que el director de un conocido periódico decía lo siguiente: “Ahora cogemos una noticia antigua, la retocamos un poco añadiendo detalles nimios haciéndola parecer nueva y…Bienvenidos al Periodismo del Siglo XXI”. Vamos, que el mundo de los medios de comunicación últimamente no hace más que recibir palos por todos lados. ¿Unos palos inmerecidos? Aquí cada uno que piense lo que quiera. Personalmente, nunca me olvidaré de una serie llamada The Newsroom, creada por Aaron Sorkin, protagonizada por un genial Jeff Daniels interpretando a un periodista con agallas llamado Will McCavoy. Siempre recordaré ese discurso que da al comienzo de la serie, en el que versa sobre la creación de la inteligencia, sobre lo grande que fue un día EEUU y que podría volver a serlo, pero que eso dependerá de la gente. Y es que, al final también somos los lectores los que construimos ese periodismo. ¿Por qué importa más con quien se acuesta tal famoso en vez de toda la gente que muere en un país africano? ¿De quién es la culpa? ¿Seguro que es de los medios toda la culpa?
Jake Gyllenhaal |
Estoy bastante reflexivo, pero es que la película de la que voy a escribir me ha incitado a esta actitud, y espero no ser el único, espero que cuando los lectores la vean también les lleve a meditar sobre el tema que trata. Al igual que pasa con Birdman, la película Nightcrawler es bastante arriesgada para estos tiempos en donde pensar y reflexionar no está muy de moda, donde más bien lo que importa son los fanatismos derivados de nuestras pasiones más profundas que nos impiden utilizar el sagrado don del raciocinio. Nightcrawler no es una película que vaya a entusiasmar, especialmente, a los mal llamados periodistas que se ganan la vida curioseando en las desgracias ajenas. Posiblemente, muchos se vean reflejados en el protagonista de la cinta, Lou Bloom, ese genial Jake Gyllenhaal que nos regala una de sus mejores interpretaciones. Le hemos podido ver antes en Zodiac de David Fincher, o en Brokeback Mountain junto con el desaparecido Heath Ledger. ¿Quién es Lou Bloom? Pues para empezar no está ni en twitter ni en facebook, no existe para el resto de la gente. Se gana la vida robando materiales y revendiéndolos. Recientemente, Lou ha realizado un curso de emprendimiento y busca desesperadamente un trabajo que le haga sentirse realizado y poder cumplir el sueño americano, ese que consiste en que si trabajas duro y te esfuerzas puedes llegar a lo más alto. Pero Lou es también un sociópata, alguien a quien no le gusta la gente, alguien con mucha labia y una capacidad enorme de manipulación, lo cual le sirve para utilizar a los demás a su antojo, sin problemas. Un día, Lou presencia un accidente y ve a un reportero freelance, interpretado por el veterano Bill Paxton (al que hemos podido ver recientemente en Marvel´s Agents of S.H.I.E.L.D., o tiempo atrás en Aliens el regreso), sacando unas imágenes muy impactantes con la víctima de dicho accidente para luego venderlas a la cadena de tv que mejor le pague. Es en este momento cuando el protagonista tiene la genial idea de hacer lo mismo. Consigue una cámara y se sirve de la frecuencia de la policía para acudir a accidentes, incendios, tiroteos y diversos delitos que se cometen en la ciudad de Los Angeles, una de las ciudades de EEUU con la tasa de crímenes más alta. Lou consigue vender sus reportajes a una cadena pequeña para el informativo de las 6 de la mañana, dirigido por Nina Romina (Rene Russo, actualmente conocida como la madre del Thor de Marvel, y a la que hemos visto en el Secreto de Thomas Crown y en Como Conquistar Hollywood), una mujer que lleva estancada en ese programa varios años y que también quiere llegar alto, a cualquier precio. Nina y Lou encuentran en cada uno la horma de su zapato, pues a ambos les importa bien poco la ética y la justicia para las víctimas con tal de subir los índices de audiencia.
Rene Russo |
Podríamos definir Nightcrawler como un thriller psicológico y no estaríamos lejos del diagnóstico, aunque también como una cinta de acción muy ochentera y bien hecha. Hay que destacar que las persecuciones en coche están muy bien rodadas y la estética, la atmósfera, bastante bien conseguidas, me recuerdan al mejor Michael Mann en algunos momentos. Pero especialmente es una película que responde a un esquema concreto: el del vehículo interpretativo. Porque está hecha a la medida de Jake Gyllenhaal, para que demuestre que puede ser un actor realmente estupendo, y sin duda lo consigue.
La cinta está nominada a los próximos Oscar en la categoría de Mejor Guión, pero creo que sobresale mucho más el personaje de Gyllenhaal que lo que es el relato cinematográfico. Desde luego la película está muy bien y consigue que el espectador reflexione y piense, con lo cual no se puede decir que el guión sea malo, pero tampoco es como para tirar cohetes. Además hay que valorar, y muy bien, la labor realizada por el director novel Dan Gilroy (que ya ha escrito libretos para otras películas como el Legado de Bourne) que con una historia real, coherente y muy sencilla ha logrado captar la atención del espectador durante las casi dos horas de metraje, sin bajar nunca el ritmo sino todo lo contrario, haciendo que sea vertiginoso y sin conceder respiro. Una película muy buena y que dará mucho que hablar.