El esperado crossover entre The Flash y Arrow llega en un episodio lleno de acción.
Por fin he podido ver “The Flash Vs Arrow” el octavo capítulo de la serie del velocista escarlata, y uno de los momentos más esperados de la televisión reciente debido a lo que implica para los fans de los cómics.
Pese a que el capítulo me ha parecido entretenido y bastante espectacular, tiene una serie de carencias que no se si verán solucionadas más adelante, pero que le restan valor a un episodio que podría haber sido más redondo de haber contado con ocho minutos más de metraje. Y ahora os explico porque.
En este capítulo, Central City se ve amenazada por un metahumano que parece poseer la capacidad de controlar las emociones de las personas, y que tras sembrar el caos en un banco (ya podría haber ido a mi oficina de correos), se convierte en un escurridizo criminal que pone en peligro a los agentes de la ley habituales.
En plena búsqueda del tipo, Arrow aparece en la ciudad de Barry Allen buscando ayuda para identificar un arma que ha sido utilizada en un llamativo crimen en su ciudad.
La excusa usada para dicho desplazamiento (que digo yo que podrían haber llamado a Barry, que fuera solo Diggle, Felicity u Oliver) es usar el equipo avanzado que poseen los Laboratorios STARS, y claro está, una vez allí, el héroe más experimentado del show intentará ayudar a Barry a mejorar en su carrera como superhéroe.
El Dr. Wells no cree que Arrow sea la mejor influencia para Barry y se lo hace notar a Felicity, intentando averiguar la identidad del arquero encapuchado de una forma muy siniestra. |
Pese a que la forma de actuar de Arrow y The Flash es muy diferente, ambos tienen el mismo objetivo, que no es otro que detener a los villanos de turno, y tras superar dichas cuestiones (en las que Barry se lleva un par de flechazos que Oliver usa para advertirle sobre que se precipita), el velocista escarlata acabará encontrando al tipo que está sembrando el pánico en la ciudad, y sin saberlo, se verá afectado por los poderes de este convirtiéndolo en el tipo más furioso y veloz del mundo.
Dada la situación, tanto el equipo de Flash como de Arrow tendrán que colaborar para detener a un Barry trastornado, ofreciéndonos una exhibición enorme de poderes y efectos especiales, que como no podía ser de otra forma acaba bien para todos.
Lamentablemente, durante este periodo de “furia ciega”, Barry consigue asustar a Iris tras un pequeño ataque a Eddie, y hace que su joven admiradora decida no volver a tener contacto con el.
Superada la crisis, toca buscar a la amenaza metahumana, la cual, no presenta mucho problema y es encarcelada en la prisión que el Dr. Wells tiene dentro del acelerador de partículas.
Prisma (Roy G. Bivolo o “El Jinete del Arcoiris”, nombre al que también se hace alusión en el capítulo) es el villano de turno y usa sus ojos para influir en las emociones de la gente, y afecta de forma diferente a Flash |
Continuando con el tono de la serie, todos estos actos están genialmente dirigidos, ofrecen muchos guiños a los fans (y a autores, como el dibujante español Daniel Sampere, al que entrevistamos hace un tiempo y que como se está encargando de la serie de Green Arrow, ha recibido un homenaje al bautizar con su apellido una de las calles de Central City que se mencionan el capitulo) al que y el humor y el drama se conjugan perfectamente con la acción, pero lamentablemente, hay ciertas lagunas argumentales que nos dejan la sensación de que algo va mal.
La primera de ellas es el asunto de la llegada de Arrow y los suyos a Central City, y aunque es algo que podemos pasar por alto, Oliver parece moverse igual de bien en esta ciudad que en la suya. Además, y pese a que el metahumano de turno (Prisma que le llama Cisco) parece una amenaza importante, en esta ocasión no se molestan en mostrarnos sus poderes en profundidad, ni en darnos detalles sobre sus motivaciones, algo que junto a su rápida detención (¿Cómo lo atrapan Arrow y The Flash sin sucumbir a “la rabia”?) nos deja un regusto amargo que solo puede apaciguarse con la escena en la que a Felicity le arde el traje por haber viajado a ultra velocidad con Flash.
Además, al final tampoco nos queda muy claro que es lo que averiguan sobre el sospechoso boomerang que los lleva a Central City, y aunque supongo que en el capítulo de Arrow de anoche se solventará ese misterio, ver a Felicity corriendo y chillando por un boomerang que se mueve solo (Cisco lo ancla para analizarlo) también chirria bastante.
Firestorm lucira de forma muy diferente a los cómics |
Por lo demás, hay evolución de personajes (sobre todo de Eddie Thawne, el novio de Iris), acción, artificios y elementos que se esperan en un show de superhéroes, pero creo que este tipo de cosas deben cuidarse (se podría haber solucionado con un poco más de duración para un capítulo especial como este) para no depender de los cliffhangers, el cual, en esta ocasión, nos muestra a un tipo en llamas que la mayoría hemos identificado como Rooney, el novio de Caitlin Snow, al que veremos en el papel de Firestorm.