Llegando al ecuador de la temporada, la serie se vuelve más reposada tras la montaña rusa del episodio anterior, con un pequeño homenaje a los personajes difuntos como tema central en un capítulo similar al del funeral de Terry Bellefleur de la sexta temporada.
Al inicio, una Sookie exhausta deja en manos de Lafayette la organización del funeral de Alcide. Ya sabemos nosotros, que somos perro viejo en esto de las series americanas, que en su cultura la despedida de los seres queridos va acompañada de una comida, pero en este pueblo de Lousiana y con un organizador tan peculiar, el ágape se transforma en una fiesta en toda regla, incluyendo DJs y alcohol, que se pide que aporten los asistentes. Una situación algo estrambótica, pero que no desentona en absoluto con el conjunto de la serie.
A pesar de ser un punto de partida interesante, en realidad se trata de un episodio algo anodino, donde a excepción de ciertas líneas de diálogos bastante inspiradas, la mayoría de las conversaciones entres los personajes oscila entre lo evidente y lo aburrido. Predomina en este caso el componente de culebrón del show, que a mi me resulta menos atractivo, frente a otros aspectos que están más atenuados.
James y Lafayette terminan practicando sexo en un coche, situación que ya se venía venir, siendo presenciado por Jessica y provocando la ruptura de la pareja. Unas emotivas palabras del cocinero del antiguo Merlotte´s ponen en perspectiva la relación que hasta ese momento mantenía la vampiresa y animan a Stackhouse a sincerarse con ella sobre sus sentimientos sobre Violet. La conversación revela que donde había fuego quedan ascuas, lo que nos lleva a una escena de sexo entre Jessica y Jason presenciada por una Violet cuya expresión abre las puertas a una posible venganza futura. El recurso folletinesco del amante descubierto con las manos en la masa es bastante fácil y queda peor cuando se utiliza dos veces en tan corto espacio de tiempo.
El otro argumento de más peso en la fiesta/funeral es el de la petición de mano de Andy a Holly, algo que ya prometió el sheriff si conseguían rescatar a la camarera con vida del nido de vampiros. Para dar más formalidad a la situación, Sookie le deja el anillo de su abuela y Jason, tan atinado como siempre, aconseja a Adilyn y Wade que dejen de follar, caso de que lo estuvieran haciendo.
Suceden más cosas pero, como ya he dicho, nada especialmente destacable. Hay unas palabras recordando a Tara y Alcide, más flashbacks sobre Bill en los inicios de la guerra civil americana que no parecen conectar con nada, el Sr. Hervaux se da una vuelta por ahí y Lettie Mae apuñala a Willa en un intento de conseguir sangre de vampiro para comunicarse con Tara, una historia a la que los guionistas parecen que siguen dando vueltas para que no se nos olvide. Cuesta empatizar, por otra parte, con las escenas de duelo de Sookie. Aunque para ella ha sido una relación de seis meses y considera al hombre lobo como el amor de su vida, para los espectadores han estado juntos poco más de tres capítulos.
Nuevamente, la trama de Eric y Pam es la única que ha logrado subir un poco el interés. Después de liberar a Willa (esta actriz va a tener que cambiar de agente) y rechazar a Ginger sexualmente en una escena hilarante, la búsqueda de Sarah Nowlin los lleva a ambos a Dallas, donde conocen a la hermana vampira de la ultracatólica, Amber Mills. Todas las familias tienen su oveja negra, parece. Gracias a ella, la localizan en una celebración donde se reunirá con sus padres. Para animar un poco la función, la yakuza hace acto de presencia y asesina a los señores Mills siendo Sarah salvada in extremis en un divertido guiño a Terminator 2.
El cliffhanger nos revela a un William Compton que presenta las primeras fases de la enfermedad que está acabando con los vampiros. Dado que no creemos que decidan cargarse a todo interés romántico de nuestra hada, pronostico que nos encaminamos hacia la búsqueda de una curación para la hepatitis V, y a que el señor Northman vuelva a cruzar su camino con los habitantes de Bon Temps. Dado como mejora la serie cuando eso sucede, no vamos a quejarnos.
