The Walking Dead 4×06 – Live Bait: Crítica y making off

Dejándonos con la duda sobre como reaccionara Daryl tras enterarse de lo ocurrido con Carol, los chicos de AMC nos ofrecen el primero de los capítulos de esta temporada que tiene como protagonista al Gobernador (David Morrisey) y lo hacen con una historia original, que pese a beber bastante de los hechos narrados en la primera novela escrita por Jay Bonansinga y Robert Kirkman (quienes la hayan leído sabrán a que me refiero) se ajusta a la perfección a esta «realidad alternativa a los cómics» que es la serie de televisión.

«Live Bait» (Cebo Vivo) esta cronológicamente situado tras el final de la tercera temporada (al menos eso parece) y nos muestra como tras los dramáticos acontecimientos de dicho capitulo, el Gobernador se siente agobiado por la culpa, dejándose ir por completo y provocando que incluso sus dos «ayudantes» (Martínez y el enorme “tiarron” de color negro) decidan abandonarlo a su suerte.

Convencido de que se merece su destino, pero impulsado por un fuerte espíritu de supervivencia, el hombre al que conocemos como «El Gobernador» avanza en solitario por los caminos de Georgia, y tras pasar por Woodbury y hacerla arder, continuara su «camino sin rumbo» hasta encontrarse con una familia cuya hija pequeña le recuerda a su fallecido retoño.

Acogido temporalmente por este pequeño grupo compuesto por dos mujeres jóvenes, un anciano con cáncer de pulmón y una niña tímida, Philip decide adoptar una identidad diferente (se llamara a si mismo Brian Heriot), y tras contarles que ha salido vivo por los pelos de un grupo cuyo líder se volvió loco, empieza a ganarse poco a poco la confianza de estas.

En este periodo, lo veremos enfrentarse de forma muy fría a los caminantes, internándose en los apartamentos vecinos y en un hospital donde conseguirá oxigeno que prolongue la vida del patriarca de sus nuevas «amigas», y aunque el final de este pobre hombre revela el tipo de persona que es (ya podría haber tenido más tacto), finalmente forma un nuevo grupo con el que buscar un lugar seguro, algo que por supuesto no será nada fácil.

Básicamente esto (con sorpresas, sustos y un romance que se ve a leguas) es lo que ofrece este sexto capítulo de The Walking Dead, y aunque nos deja con algunas dudas (¿nadie del grupo de Rick fue a Woodbury? ¿Cómo han sobrevivido estas mujeres con tanto alimento teniendo cerca tantos «peligros? ¿En serio se lo montan al lado de una niña? ¿por que se derrumba un zombi al abrirle la garganta?), tengo que decir que ha sido un capitulo que me ha gustado bastante, ya que aunque interpreta de forma muy libre parte de la historia «pre-Woodbury» que pudimos leer en las novelas, nos presenta al Gobernador como lo que realmente es: un tipo cuyo único afán es sobrevivir y al que sus actos le pesan en la conciencia a pesar de no tener ningún reparo en cometerlos.

Ciertamente, estos detalles lo alejan aun mas del personaje del cómic, pero a estas alturas es algo que, sinceramente me da igual.

Estoy seguro que para algunos será otro episodio lento, pero por mi parte me quedo bastante satisfecho, ya que además de mostrar cantidades suficientes (y justificadas) de zombis, abre una vía interesante en la trama para ver cómo y porque «El Gobernador» intentara asaltar nuevamente la prisión (supongo que decide que sus «amigos y amigas» merecen refugio en el lugar donde se encuentra Rick), y nos da un respiro de los personajes principales de la serie, demostrando que The Walking Dead puede funcionar sin Rick y compañía, y que el spin off en forma de precuela que se ha anunciado,  también tiene mucho potencial si hacen buen uso de lo importante en esta serie: los supervivientes y las circunstancias que los rodean.

La verdad, estoy impaciente por ver el siguiente capítulo (TWD 4×07 – Dead Weight), pero mientras tanto, habrá que conformarse con los avances, y estos videos «Tras las Cámaras«