Chad Stahelski presenta en coautoría con David Leitch su ópera prima titulada “John Wick”: la historia de un sicario retirado que vuelve a las andadas tras un desafortunado encuentro con unos mafiosos rusos.
Otroras dobles de riesgo, Stahelski y Leitch decidieron instalarse como directores cinematográficos, en asociación con Keanu Reeves como su principal protagónico. La fórmula se antojaba de plomo al por mayor con una insípida trama de por medio, esto porque Keanu se ha visto envuelto en proyectos que han resultado un sonoro fracaso de taquilla y de crítica: “El poder del Tai Chi” y “La leyenda del samurái: 47 ronin”, ambas del año pasado.
Pero hay algo en los “stuntmen” (dobles de riesgo) que los hace diferentes en la silla de director (como es también el caso de Scott Waugh con “Need for Speed”): detectan el aroma de su guión, saben combinar correctamente los ingredientes, con las cantidades necesarias de cada uno de éstos, para dejar sobre la mesa un platillo por demás apetecible. Mas cabría agregar el cariño especial que le guardan al apartado cinematográfico de la acción, del que han comido durante tantos años, porque ellos, los “stuntmen”, sí que han sufrido en carne propia los duros golpes de su ardua labor.
La dupla
Stahelski-Leitch conoce muy bien el medio de la acción, lo que ha habido antes, lo que ha habido durante y saben muy bien lo que vendrá después (
luego de lo demostrado en esta cinta). Las audiencias se hartaron del típico personaje de acción que se encumbró en los 80’s (
simbolizado sobre todo por actores como Stallone y Schwarzenegger), avante siempre entre cientos de balas y algún que otro rasguño. Y aunque
“John Wick” está configurado dentro de este cliché, este cliché está detallado con ingredientes que actualizan al personaje. Dejando atrás su estupendo kung-fu demostrado en
“The Matrix” (
1999),
Keanu se muestra renovado con técnicas artemarcialistas aprendidas del judo y jiu jitsu , lo que da más realidad a sus peleas al desprender éstas esencias completamente callejeras, rudísimas, sin protocolo de ring. |
Keanu Reeve vuelve como John Wick |
Como si fuera una extensión natural de sus manos, la pistola se convierte en la mejor amiga de “John Wick”. El uso que hace de ello, por ende, es orgánico, nada que denote algún tipo de artificio, truco o engaño, todo fluye como un río que corre por su cauce, pero que una vez desbordado, ocasiona serios daños a su alrededor. Recordando a “Apoc” y “Switch” (los grandes gatilleros de “The Matrix”) y equiparándose con la suprema destreza que tenía “Tequila Yuen” (Chow Yun-Fat en “Hard Boiled”, 1992), Keanu ha instalado a “John Wick” como un gatillero de antología: riguroso, preciso y mortal.
La sabrosa trama que armó Derek Kolstad no podía quedarse atrás. Con un detonante inusual, como es la muerte a manos de la mafia rusa de un pequeño cachorro, Derek nos sumerge en la historia de “John Wick” con la exactitud de un reloj atómico. Sabe cuándo es el momento de la acción y cuándo el de los diálogos, permitiendo que esta pieza cinematográfica sea refrescante a cada momento: nunca te hartas de ningún personaje. El gramaje de plomo y de palabras está en las porciones correctas.
La acción te hace vibrar con la música que corrió a cargo de
Tyler Bates y
Joel J. Richard, amén del elegante vestuario que se eligió para
Keanu Reeves, mérito de
Luca Mosca, reconocido diseñador y encargado principal de este apartado, que ha trabajado también entre otros títulos, en
“21: Blackjack” y
“En el punto de mira”, ambas del 2008.
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Adrianne Palicky, Willem Dafoe, Michael Nyqvist, Alfie Allen (Theon Greyjoy en Juego de Tronos)
y otros más intentarán dar muerte a Keanu Reeves en John Wick |
A pesar de los tropiezos que ha sufrido su carrera actoral en los últimos años, Keanu ha demostrado entereza para sostenerse contra todo pronóstico y reveló su audacia por esta intrépida elección de “John Wick”: bien dicen por ahí que la fortuna ayuda a los que son audaces y fuertes, y éste es el caso de Keanu.
El tándem Stahelski-Leitch sabía lo que Reeves necesitaba para volver a estar en la palestra. No sólo se trataba de la historia y su tratamiento, sino de cómo volver a presentar a Keanu como un activo del cine de acción: ligeros cambios, muy sutiles, pero efectivos: cabello largo, relamido y una barba crecida, pero esta vez bien cuidada, aunado todo ello a la siempre inquietante presencia cinematográfica de Keanu y su mirada fija y concentrada. Estos elementos y los mencionados líneas arriba, han hecho de “John Wick” un personaje que llegó para quedarse e instalarse, desde ahora, como un enclave para lo que vendrá en el futuro para el cine de acción.
Un comentario
Una nueva y refrescante dosis de adrenalina se percibe como banquete de un regreso "más en serio" de Keanu Reeves y que convenientemente considero que se le debe valorar más después de dos intentos un tanto mal logrados después de pasar por el trauma de la saga de "Matrix".
Keanu logra aprovechar su experiencia en las artes marciales para generar su plasticidad en las escenas de acción haciendo de su arma una extensión corporal como muy bien lo apuntas en la reseña, me gusta la participación de Willem Dafoe, le arega un toque especial su presencia,me parece que estamos ante una cinta que releva decorosamente a los clásicos héroes de acción y que coloca nuevamente a este género en una muy sana renovación puesto que los indestructibles no van a lograr atraparnos como lo hace esta película.
Finalmente nos dejará satisfechos y listos para disfrutar el ya tan esperado estreno de Interstellar, una de las mejores películas de este año. Felicidades Edu!!!