A estas alturas del partido creo que nadie puede negar que los superhéroes son un género en sí mismos. DC, muy criticada y adorada a partes iguales, está haciendo una labor encomiable bajo mi punto de vista. Busca siempre la diferenciación, darle un toque a sus películas que la hagan ser diferentes a las que hace la Casa de las Ideas, y al mismo tiempo ganarse al público masivo en la taquilla, proponiendo unos personajes divertidos y amenos, huyendo de lo que proponía Zack Snyder al comienzo de todo.
Luego, estamos los que no pertenecemos a esa masa, los que añoramos, y no puedo evitar decirlo siempre, a Snyder y su maravilloso plan para la Justice League, Batman y Superman. Pero el caso es que, al margen de esta añoranza personal, está claro que los ejecutivos de Warner han encontrado una manera, un camino por el que tirar al margen de Marvel, y de momento, están construyendo de forma sólida, todo sea porque siguen cuidando mucho mejor el guión y también los actores que captan son bastante mejores, ya que hacen algo fundamental: creerse los personajes que interpretan.
Y el caso de ¡Shazam! es una guinda más a un gran pastel, un universo particular dentro de un universo más grande en el que están los miembros de la JLA. Muchos decían que este iba a ser el Deadpool de DC. No hay nada más lejos de la realidad, y afortunadamente no es así, porque hay que procurar encontrar la diferenciación y que cada uno haga su propio producto con su huella particular. Shazam! si algo tiene es corazón. Tiene gamberrismo, tiene travesura, tiene locura, pero mucho corazón, y es por eso por lo que puede comerse la taquilla con total tranquilidad, pues vamos a encontrarnos a muchos niños gritando ¡SHAZAM!. Porque en el fondo todos los niños quieren ser superhéroes ¿No?
Mark Strong vuelve a meterse en la piel de otro villano de DC… |
Básicamente este es el sentimiento de esta película, algo que sale de la realidad, juega muy bien con ello y nos da dos buenas horas de diversión en las que, por supuesto, no todo es perfecto: los presupuestos que manejan estas películas son lo suficientemente grandes como para tener unos efectos digitales dignos, o eso creo yo, bueno pues en ¡Shazam! hay unos monstruos que dan un poco de pena. Por otro lado, hay momentos en los que el ritmo decae un poco y lastra la narración. Pero todo esto se compensa con el buen rollo que transmite la cinta, ya que el protagonista no deja de ser un niño adolescente que busca su camino en la vida.
En definitiva, ¡Shazam! resulta una película entretenida, amena y entrañable. DC sigue su camino personal sin necesidad de crear un universo compartido, simplemente buscando marcar una pequeña diferencia. De momento, lo están consiguiendo.