Crítica de Cazafantasmas: Imperio Helado

Crítica de Cazafantasmas: Imperio Helado
Crítica de Cazafantasmas: Imperio Helado

Si pasa algo extraño en tu vecindario ¿A quién vas a llamar? A los Cazafantasmas. Es de sobra conocida la letra de la canción que acompaña a estos buscadores de lo desconocido. Creada originalmente por Dan Aykroyd, Harold Ramis y Ivan Reitman, la peli original fue un bombazo de público allá por 1984, dando origen a una franquicia que podríamos considerar longeva, y que busca constantemente adaptarse a los nuevos tiempos. Hace tres años trajeron de nuevo a Ivan y Jason Rateman para que nos mostraran un nuevo comienzo en la saga. Rindiendo un precioso homenaje a Harold Ramis, los creadores nos trajeron a los descendientes de Eagon Spengler, el genio científico tras los inventos de los Cazafantasmas. Su hija y sus nietos, en un viaje de autodescubrimiento, impidieron un apocalipsis mundial en un pequeño pueblo del interior de los Estados Unidos.

Dan Aykroid en Cazafantasmas Imperio Helado

Tres años después, la familia regresa a los orígenes, a Nueva York, donde Ray Stantz (Dan Aykroyd) sigue en su tienda de reliquias paranormales. Y es además el personaje que se convierte en el centro de la película. A su tienda llega un extraño objeto de gran antigüedad. Un orbe de latón que guarda en su interior a un peligroso ser interdimensional.

Mientras tanto, la joven Phoebe (Mckenna Grace) ha crecido, ya no es la niña de la anterior cinta. Ahora es una adolescente que encuentra su lugar en el mundo siguiendo el legado de su abuelo, pero todavía sigue siendo muy joven, y su madre teme que su vida corra demasiado peligro como Cazafantasmas. Lo que nadie sospecha es que Phoebe y el misterioso objeto están conectados de forma misteriosa. Y si alguien quiere saber cuál es dicha conexión, solo tiene que acercarse este próximo fin de semana a la sala de cine más próxima para averiguarlo.

Bill Murray en Cazafantasmas Imperio Helado

Cazafantasmas: Imperio Helado ¿Merece la pena?

Cazafantasmas: Imperio Helado sigue la estela de su predecesora (Cazafantasmas: Más Allá), recuperando ese aroma ochentero, pero dejando un poco más apartada la comedia, y metiéndose de lleno en el cine de aventuras al estilo de los Goonies (como ya pasaba en la obra anterior).

Desde la perspectiva de quien esto escribe, el gran acierto de esta nueva etapa de la saga es precisamente ese; la exploración de otras posibilidades para el relato, no quedarse solo con los gags de Bill Murray, sino profundizar en las historias de los fantasmas, ampliar los personajes y abrirse a otros géneros (hay momentos más oscuros en esta cinta que en las anteriores). En definitiva, Cazafantasmas: Imperio Helado es una propuesta muy divertida, amena, que nos hace disfrutar durante dos horas y nos deja con ganas de más aventuras.

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