Reconozco que hay películas que aunque no sean buenas, pueden convertirse en uno de esos famosos placeres culpables. Normalmente porque suelen tener cierto encanto nostálgico, que te hacen descubrirte a ti mismo de joven poniendo la cinta una tarde de domingo, de esas en que estas pasando la resaca de la noche, y solo quieres que tu mente se evada mientras las imágenes se van sucediendo en la pantalla.
Aprovechando que pronto tendremos su remake en Prime Video, hoy vamos a refrescar la primera versión de Road House, conocida en España como «De Profesión: Duro». Lo primero a destacar, es que se trata de la típica película de principios de los 90, donde lo importante no era tanto su calidad o su argumento elaborado, sino que estuviera enfocada a entretener al público. Para ello bastaba con ofrecer agradables momentos de acción, con ligeros toques de tensión, para disfrutar de un etéreo batiburrillo de hombres bravos y sentido de la justicia, enmarcados dentro de las bondades del cine de evasión. Para ello, normalmente se tomaba como referencia a un actor famoso de la época, en este caso a Patrick Swayze.
Road House es una película de acción de 1989, dirigida por Rowdy Herrington y protagonizada por Patrick Swayze como James Dalton (el héroe), Kelly Lynch es la doctora (la chica), Sam Elliott es Wade Garrett (el roba escenas) y Ben Gazzara es Brad Wesley (el malo). La trama nos cuenta la vida de dos guardias de seguridad de un bar de carretera, que intentan proteger una pequeña localidad de Missouri de las garras de un hombre de negocios corrupto.
El guion de la película es inexistente, más allá de ligeras pinceladas que le dan cierto carácter al protagonista, como hombre íntegro y sin miedo a nada. La trama es una sucesión de clichés que hacen avanzar la historia sin chirriar pero tampoco sin destacar, incluso hay algunas escenas más íntimas desaprovechadas, a las que se les podría haber sacado mucha más sustancia. Personajes unidimensionales, porque lo que importa es que sean malos, pero sin embargo, con una realización limpia y aseada que le da cierto empaque que no tenían otras películas del mismo estilo de su época.
De Profesión: Duro, la película con el Patrick Swayze más guerrero
Sin embargo, tal y como he dicho, encaja en esa categoría de placer culpable, ya que es una película entretenida que ha envejecido decentemente y con la que se puede disfrutar sin ningún tipo de pudor hoy en día. En primer lugar, porque nos presenta a un protagonista de acción que no es monótono, y eso se agradece, Patrick Swayze es un experto en artes marciales , con estudios en filosofía, que no quiere usar la violencia. Un hombre delgado, lacónico y con la mirada recia, que solo saben ofrecer los rudos vaqueros. En realidad, Swayze es de esos actores que pueden transmitir más con lo que nos dicen sus gestos y silencios, que con sus palabras.
Lo bueno Road House/ De Profesión: Duro es que va directamente al grano, que es tener una generosa dosis de grandes peleas. Logra presentarnos un mundo sucio y sórdido que se desarrolla en los bares de carretera. Donde las amenazas y confrontaciones están a la orden del día, y la violencia es la primera respuesta a cualquier mínima provocación. La característica más atractiva de la película, es que no busca la realidad, eso le permite pasárselo en grande con explosiones sin sentido, broncas absurdas, personajes como el del viejo y su granero que solo pasaban por allí, el típico romance que demuestra que nuestro héroe tiene sentimientos, un antagonista poderoso y malísimo hasta lo absurdo, el otro enemigo, que es el reflejo del protagonista pero en versión cruel, que ofrece la mejor reyerta de la cinta, y por supuesto peleas, muchos altercados que hacen que te olvides de todo, siguiendo la trama con cierta complicidad socarrona porque la estas disfrutando.
Me salto la mínima trama del pasado de Dalton porque es un tópico demasiado obvio, sin embargo, sí me parece interesante el final que nos ofrece, en el que los hombres del pueblo toman cartas en el asunto y defienden sus hogares junto a Dalton. Road House/ De Profesión: Duro tiene un final digno y violento que concuerda con el tono de la película. Hay momentos desaprovechados que de haber estado escritos de otra manera, podrían haber acrecentado la productividad de sus planteamientos y mejorado el perfil de algunos personajes. Road House apuesta por dejar la realidad tan atrás que hay que aceptarla y disfrutarla en sus propios términos, que son la diversión y la evasión.
Por supuesto, Patrick Swayze luce palmito sin camisa cada vez que puede, algo que hacen casi todas las estrellas de acción de esa época en sus películas, en especial Stallone al que le encantaba salir desnudo mientras le caía el agua en la ducha. También tiene algunas de esas frases que suenan molonas porque las dice Patrick, con esa mirada elegante y ese mentón esbelto que hace que te lo creas todo, como por ejemplo: «En una pelea, nadie gana». Por supuesto, cuando le cosen una herida, demuestra su capacidad para soportar el dolor al no querer anestesia, un verdadero Cowboy no la necesita.
Road House, ¿un western macarra?
Digo Cowboy porque la cinta intenta ser una versión macarra de las películas del oeste, con su salón, sus bandidos, el tono sucio y terroso de sus imágenes, granjeros en un pueblo dominado por el cacique, venganza y redención del protagonista, tiroteos violentos y sobre todo, bravuconadas con peleas a puñetazos para demostrar quién es el más fuerte. Macarra porque hay una escena que sin duda roza lo delirante, en la que Dalton y la doctora están haciendo el amor en el techo de un porche al aire libre, desde el que puede ver toda la escena el malvado Wesley, quien una vez abrigó la esperanza de convertirse en la amante de la Doctora.
Me he dejado para casi el final al coprotagonista, Wade Garrett interpretado por Sam Elliott, que encarna al mejor amigo de Dalton, siendo el segundo mejor portero de bar del mundo. Es el verdadero roba escenas de la película. Irradia carisma con su sola presencia, en la que su melena al viento y su cojera forzada hacen palidecer a todos los malos de la película, lástima que no salga más y no podamos ver esa sonrisa traviesa capaz de dar puñetazos como el mejor Mike Tyson.
En definitiva, De Profesión: Duro, no es una obra de arte, se encuentra justo en el límite entre película buena-mala, depende de la visión irónica o del sentimiento de evasión que tenga el espectador. Sin embargo, es una película entretenida, con algunos aciertos y diferencias de las películas de acción de su época, lo que le da un aire de rareza que vista con la mentalidad adecuada no resulta aburrida. Sobre todo, al ver a Patrick Swayze apoyado en la barra, con un cigarrillo en la boca, analizando los altercados para entrar con elegancia en la acción, es en esos sutiles detalles donde los actores demuestran la esencia misma del carisma en la pantalla. Roadhouse, es una película ruidosa, desvergonzada y divertida, cumple todos los requisitos para convertirse en tu próximo placer culpable.
¿Conseguirá lo mismo su remake de Amazon Prime Video protagonizado por Jake Gyllenhaal?