Esta va a ser una de las críticas más complicadas de las que voy a escribir. Y las razones que explican esto son, igualmente, difíciles y un tanto complejas. Han pasado varias horas desde que he podido ver “Buscando a Dory”, y aun no tengo muy claros los sentimientos que me ha suscitado. Esto no quiere decir ni por asomo que la película sea mediocre, ni mucho menos. Pero mi instinto, a medida que medito, reflexiono y pienso en ella, me hace llegar a una conclusión cercana a lo definitivo: No es una gran película de Pixar, ni tampoco es mejor que su predecesora.
Al mismo tiempo me encantaría poder decir lo contrario, me encantaría poder incluirla en ese panteón de favoritas donde tengo Up, WALL-E, Inside Out, Monstruos S.A. , Toy Story y “Buscando a Nemo”. Desgraciadamente, no me es posible y, sinceramente, espero que Pixar no se convierta en una máquina de fabricar secuelas de sus éxitos, porque han demostrado que son capaces de hacer cosas realmente originales.
Como decía al comienzo, nada de esto implica que “Buscando a Dory” sea una obra floja. Para nada. Precisamente, lo que demuestra esta película, es lo buen personaje que es Dory. Ya lo teníamos claro en la anterior, pero ahora, queda claro que esta despistada tan adorable, es capaz de mantener ella sola una cinta sin problema. Es más, aquí no se explota esa faceta suya de la pérdida de memoria para lograr los gags cómicos. Aquí, encontramos a una Dory que quiere superarse a sí misma, quiere ser mejor, y dejar de olvidar. El comienzo de esta película es un breve resumen de la vida de la protagonista y cómo llega hasta el lugar del océano en el que conoce a Marlin cuando este busca a su pequeño Nemo. A partir de aquí, entramos en la nueva historia, situada cronológicamente un año después de los hechos de la anterior entrega; Dory vive con Marlin y Nemo, y en un momento, recuerda que ella también tenía una familia, unos padres que seguramente estén muy preocupados. Y comienza de nuevo la aventura; Dory va a la búsqueda de su familia.
La película tiene buenos ingredientes, pero parece que opta por contenerse e ir a lo fácil. Me explico. El planteamiento que se hace aquí del personaje da para añadirle al film un contenido dramático no menos importante, que le otorgue un tono más adulto. Algo que hemos podido ver en la trayectoria de Pixar prácticamente desde sus comienzos, siendo ejemplos de ello el final de “Toy Story 3” o el prólogo musical de Up. Creo que son demostraciones empíricas de que se pueden lograr productos de enorme calado para todos los públicos. Es más, creo que el principal hándicap que tiene “Buscando a Dory” reside precisamente en el tópico de que los niños tienen una mentalidad simplona y no son capaces de entender determinados sentimientos. Una vez más, craso error, y le pasa factura al film. Al menos, desde mi perspectiva. Y creo que no solo se contiene a nivel artístico, también técnico.
¿Por qué aquí no está la grandiosidad estética y técnica que se muestra en El Viaje de Arlo? Porque si algo consiguió Pixar en el relato del tierno dinosaurio, es asombrar con su detallismo en los paisajes montañosos, en cómo era de cristalina el agua de los ríos que parecía que la podías tocar a través de la pantalla. Seguramente se deba a razones de presupuesto, pero tampoco tendría mucho sentido alcanzar un nivel alto de tecnología y no aprovecharlo (cosa que sí que hacen, curiosamente, en el cortometraje previo al film, Piper).
Independientemente de estas cuestiones, la película se disfruta bien, es muy tierna, dulce y encantadora, y hay personajes nuevos que harán las delicias de todo el público.
Un comentario
muy de acuerdo contigo, mi sobrinita si se reia a morir, yo casi que me duermo :/ no la volvería a ver, mientras que a Nemo la he visto mil veces!!