Lobo Solitario 2100: Versión futurista de un clásico [RESEÑA]
Cualquier aficionado al cómic que se precie conoce la existencia de esa obra conocida como “El Lobo Solitario y su Cachorro”. Dicho título, que se publicó originalmente en 1970 se ha mantenido en el tiempo gracias a diversas revisiones y adaptaciones, considerándose por muchos una obra de culto.
La versión más reciente que hemos recibido en España nos llegaba hace algunos meses en formato tomo bajo el título “Lobo Solitario 2100” y aunque la base era similar (tenemos una especie de ronin a cargo de un bebé), aquí nos encontrábamos con una historia futurista y diferente.
En “Lobo Solitario 2100” conocemos a un ciborg que ha escapado del control de sus creadores y que tiene a su cargo una pequeña que parece ser la última esperanza de la humanidad. En el mundo donde se desarrolla esta obra, un virus ha diezmado a la mayor parte de la sociedad, perpetuando la eterna constante de ricos, pobres, afortunados y desgraciados.
Mientras que algunos viven en la opulencia, otros tienen que pelear cada día por los pocos recursos que hay a su alcance, y como suele ocurrir en las historias tipo “el camino del héroe”, el protagonista de este título se ira cruzando con diferentes personajes, prestándole su ayuda a algunos, haciendo temblar a otros, y porque no, haciendo imperar su particular sentido de la justicia.
En el tramo final, además del dibujo, la historia se centra en otra serie de aspectos que deslucen el conjunto |
Como suele pasar en la mayoría de historias post apocalípticas, nuestro héroe no es precisamente un adalid de buenos modos, pero su preocupación por su “pequeña carga” y su afán de que reine el bien lo convierten en un tipo al que admirar.
“Lobo Solitario 2100” se presenta con un espectacular estilo de dibujo que mezcla el amerimanga de los 90 con algunos elementos de las obras japonesas y europeas, ofreciéndonos un compendio bastante curioso firmado por dos españoles: Francisco Ruiz Velasco y Miguel Sepúlveda.
Cada uno acompaña a un guionista en las dos partes que aglutina este volumen (los guionistas son Mike Kennedy y Erick Heisserer), los cuales varían bastante, ya que la primera es más del estilo road movie con nuestro protagonista impartiendo justicia e intentando evitar a los que buscan destruir su carga, y la segunda, es más un plan de venganza por parte del prota contra sus creadores y aquellos que quieren mantener el status quo a pesar de las desgracias que asolan el mundo.
Entretenida a ratos, no es una obra que me haya gustado lo suficiente como para leérmela del tirón y tampoco puedo decir que me apetezca leerla otra vez en breve.
Su historia, pese a sus elementos originales, está bastante manida y si bien es cierto que los personajes tienen su punto, no creo que pasen al imaginario colectivo.
Pese a todo, no puedo decir que sea una mala historia y estoy seguro de que encantará a los amantes de las historias futuristas tipo Mad Max, pero he echado en falta algo más de sexo, un guión que no tarde tanto en arrancar y hacernos sentir empatía con los personajes y un final un poco más redondo y menos abierto.