Close Enemies [Críticas Festival de cine Europeo de Sevilla 2018]

Ver a Matthias Schoenaerts en pantalla es ver a una persona diferente cada vez. Pocos actores son capaces de desaparecer hasta tal punto. Lo mismo le da un paisajista del siglo XVIII (Un pequeño caos), un pastor ovejero (Lejos del mundanal ruido), un soldado alemán (Suite Francesa), un gánster (El fiel), un malo malísimo (Gorrión Rojo), un atractivo fotógrafo (Cegador por el sol), o –y esta es una de sus especialidades- un tío de la calle con problemas sociales (De óxido y hueso, Bullhead y Close enemies). Lo mismo le da hablar en belga, que en inglés, que en francés, que en alemán (¿Para cuándo el español?). Sabemos que sigue siendo Matthias Schoenaerts precisamente porque no es él a quien vemos.

Esto es lo que ocurre en Close Enemies. Y con eso basta. La interacción con su personaje hace que tanto el resto de personajes como la atmosfera se ajusten a un nivel aceptable. Y es en esa relación -de oposición y generosidad al mismo tiempo- donde la película de David Oelhoffen (Lejos de los hombres) encuentra su mejor baza. Sin embargo, ni el mejor de los trabajos por parte del actor belga habría impedido que la trama resultase un tanto larga y pesada. Pese a algunos buenos momentos de acción, cierta intriga no del todo predecible, un diseño casi en escala de grises, y la presencia de uno de los mejores actores del momento (casi tan bueno y tan poco valorado como Jake Gyllenaal)… creo que sigo teniendo un problema con el cine francés…

CLOSE ENEMIES (2018)

Director: David Oelhoffen
Reparto: Matthias Schoenaerts, Sabrina Ouazani, Reda Kateb, Nicolas Giraud, Gwendolyn Gourvenec, Marc Barbe, Adel Bencherif, Astrid Whettnall, Djamel Lazaar, Yann Goven, Omar Salim, Ahmed Benaïssa, Fianso, Raphaël Magnabosco, John Sehil
Género: Thriller, drogas
Duración: 111 min.