El arquero favorito de la ficción televisiva vuelve a la parrilla televisiva con «The Calm», el primer episodio de la tercera temporada de Arrow, y aunque los últimos episodios del año pasado me dejaron un poco frio, recupera el pulso en la premier de la nueva tanda de episodios.
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| El equipo de Arrow al completo |
La segunda temporada de Arrow supuso una mejoría enorme en el show a pesar de tener un comienzo y un final un tanto tibios, y tras haber sembrado las bases para la introducción de numerosos personajes del Universo DC, la tercera temporada se estrena con un episodio cuyo título no es precisamente apropiado: The Calm.
En este capítulo se nos muestra Starling City ya recuperada del asedio al que se vio sometida por Slade Wilson, aka Deathstroke (Manu Bennet) al final de la anterior temporada, y nos ofrece una ciudad cuyo índice de delincuencia está bajando gracias a la actividad de Arrow y sus compañeros.
Agradecidos por los actos del vigilante, la policía de Starling City, con el recién ascendido Capitán Lance (Paul Blackthorne), decide dar de baja a la unidad especial dedicada a dar caza a Arrow, y aunque todo parece que se encamina hacia un tiempo de paz y tranquilidad, el mal vuelve a hacer acto de presencia, interrumpiendo a Ollie (Stephen Amell) en una cita con Felicity (Emily Bett Rickards) a la que se había atrevido viendo que las aguas estaban calmadas.
El responsable de dicho repunte criminal resulta ser un delincuente que pretende ocupar el sitio del fallecido Conde Vértigo (intrepretado por Peter Stormare), produciendo una variante de la letal droga e intentando usarla contra Arrow para quitarse de encima al principal impedimento de hacerse con el poder en Starling City.
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| Peter Stormare interpreta al Conde Vértigo y al hacedor de una nueva droga que nos recuerda a la del Espantapájaros |
Evidentemente, dicha acción no saldrá victoriosa para el villano de turno, el cual, será detenido por Arrow, Roy Harper (al que no se le menciona como Arsenal pese a llevar un estupendo traje) y una Sarah Lance (Caity Lotz) que ha vuelto a la ciudad para solucionar algunos asuntos pendientes.
Al margen de la acción (en la que vemos nuevos juguetitos como son flechas especiales que se convierten en redes o un arco que se pliega hasta lo ridículo) también asistimos al nuevo status quo de los protagonistas, los cuales, tras la caída en ruina de la familia Queen, ha dejado un panorama de lo más extraño.
Por una parte tenemos a una Felicity que trabaja en una tienda de informática (lugar donde tomara contacto con el futuro dueño de Industrias Queen, a quien interpreta Brandon Routh como Ray Palmer, el futuro héroe conocido como «El Átomo»), a Oliver que vive sin casi recursos en el sótano de su discoteca, a Diggle (David Ramsey) que está a punto de ser padre y a Laurel (Katie Cassidy), que ya ha superado completamente su adicción.
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| Routh interpreta a un Ray Palmer muuuuuy simpático |
En cuanto a Roy, sabemos poco de el al margen de que es un miembro activo del equipo Arrow y a Thea (Willa Holland) se la menciona como si estuviera de mochilera por el mundo.
Ciertamente, es una situación diferente que ofrece nuevas perspectivas, y aunque se cambien diversos elementos (como los flashbacks en la isla que ahora tienen lugar en Hong Kong) estamos ante el mismo show que tan buenos resultados ha recogido entre el fandom comiquero.
Como curiosidades, decir que en este capítulo vemos el primer guiño a Wildcat (personaje que aparecerá en breve), tenemos una pequeña aparición de Barry Allen (The Flash) y asistimos al primer paso de Laurel hacia su transformación en Canario Negro debido a un traumático suceso que despide el capítulo con un clifhanger a la altura del visto en el capítulo donde muere la madre de los Queen.
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| Dos de los tres miembros de la familia Lance que vemos en este episodio |
Sin ninguna duda, los productores de Arrow han puesto toda la carne en el asador en vista a la dura competencia que se les presenta este año, y que como sabéis, incluye a su propio spin-off, The Flash (uno de los mejores estrenos televisivos de los últimos cinco años), Gotham, Constantine y otras series de ficción que luchan por encontrar su hueco en la parrilla.
