Cuando te acercas a películas, libros o cómics por tu predilección por cierto actor, director o artista, puedes llevarte diferentes sorpresas. Es lo que a mi me ha pasado con Arn, el Navegante, una obra ilustrada por el cordobés Raulo Cáceres y que adquirí sin saber quién era el guionista, ni a que se refería la leyenda superior del cómic que rezaba “Historias de la Tierra Incontable”.
Tras leer esta obra publicada por Dolmen Editorial, me di cuenta de que lo que se narraba en ella, la historia de “Arn, el Navegante”, forma parte de un mundo más extenso del que inicialmente me esperaba y que pertenece a una saga de novelas fantásticas que, firmadas por Házael González (que también guioniza el cómic que analizo aquí), se han convertido en un éxito reciente de la literatura fantástica española.
Sinceramente, desconozco los detalles que componen la saga fantástica en la que se basa esta obra, y tengo que admitir que me dejé llevar por mi pasión por la obra de Raulo Cáceres, un autor al que conozco desde que descubrí su visión (para adultos) de la Condesa Sangrienta, Elizabeth Bathory y del que me declaro un enamorado.
Cualquier aficionado al cómic, y, sobre todo, al cómic más salvaje y subido de tono, conocerá la obra de Cáceres, pero aquí, en este Arn, el Navegante, nos encontramos con una historia que, pese a contar con su arte y varias escenas realmente excitantes, carece del exceso al que nos tiene acostumbrado el autor.
¿Es eso un argumento en contra de la compra de “Arn, el Navegante”? Sinceramente, mentiría si dijera que no me he sentido un poco decepcionado, pero lo cierto es, que esta obra escrita por Házael González, contiene suficientes elementos interesantes como para que cualquier aficionado a la fantasía se sienta satisfecho.
Como digo, no conozco los antecedentes del personaje protagonista, el tal Arn, pero lo cierto, es que su biografía, la que se ve en este cómic, sirve como excusa perfecta para descubrir por encima el universo de “Historias de la Tierra Incontable”, un mundo fantástico que, sinceramente, gracias a los lápices de Raulo Cáceres, se hace aún más apetecible.
Aclarado esto, tengo que comentar que la obra sigue al tal Arn desde su juventud, y nos va mostrando, a través de los recuerdos de sus amigos, las gestas y viajes que lo convirtieron en un héroe de ese mundo.
Para los conocedores de la obra de Házael González, este cómic resultará una oportunidad excelente de ver a ciertos personajes y pasajes de una manera diferente a la que se muestra en las novelas, y a quienes no conozcan los libros, como ya he dicho, les puede resultar una oportunidad de acercarse a esta obra literaria repleta de viajes emocionantes y seres de fantasía de lo más variados.
Dale una oportunidad si estas buscando acercarte de forma sencilla y más “ligera” a un nuevo mundo de fantasía, pero no te dejes llevar por las obras previas de su dibujante, ya que aquí, aunque la marca personal de Cáceres está por todos lados, no encontrarás nada parecido (al menos en mi humilde opinión) a lo visto en otras obras como “Crossed: Psicopata”, “La Marcha Zombi” o “Cuentos Morbidos”.