Recuerdo con cariño las lecturas de El Fantasma del Auditorio, Sangre de Monstruo, La Noche del Muñeco viviente….todo obras de una colección de historias de terror llamada “Pesadillas” (Goosebumps) y escritas por R.L STINE, el Stephen King de las novelas de terror para público infantil y juvenil.
A raíz del boom literario, se hizo una serie de tv que adaptaba algunas de estas novelas, y los capítulos eran a modo Alfred Hitchcock presenta, pues salía el propio autor de las historias para presentarnos el cuento que nos iban a narrar. Una serie muy entretenida y que, al igual que algunas novelas, habrá producido algún momento de insomnio, porque seamos sinceros, algunas de las novelas conseguía inquietar.
Hace poco se cogieron a los monstruos de estos libros para adaptarlos al cine, con Jack Black interpretando al famoso Stine, en una película en la que sus libros cobraban vida, sacando de las páginas a las criaturas que no tardaban en liarla.
La continuación que se estrena el 26 de noviembre en cines, sigue ese mismo formato. Los dos protagonistas, dos chicos adolescentes que quieren ganarse un dinero extra vaciando casas abandonadas de trastos, llegan un día a la casa abandonada del escritor. Y en un cuarto secreto encuentran un libro inacabado, Noche de Halloween, protagonizado por el muñeco Slappy. Abren el tomo y en pocos segundos, Slappy cobra forma ante ellos, dando lugar a una auténtica Noche de Halloween plagada de monstruos y criaturas diversas
.
Pesadillas 2: Noche de Halloween es una buena continuación que se mantiene fiel a la esencia de estas historias, con personajes juveniles simpáticos que no caen en demasiados estereotipos, y además, contiene un interesante subtexto acerca de la creatividad y el empoderamiento de las mujeres como escritoras y creadoras. Sin caer tampoco en contenidos políticos que no vienen al caso, lo cual, se agradece. El resultado es una cinta de hora y media que se disfruta de principio a fin y que da ganas de rememorar la lectura de estos libros y, por otro lado, nos deja con ganas de una nueva aventura.