Si en 1996 le hubieran dicho a los creadores de Tomb Raider que la protagonista de su videojuego iba a traspasar las pantallas para convertirse en un icono de la cultura popular y un ejemplo del imparable crecimiento de la industria de los videojuegos, seguramente se habrían reído. Afortunadamente para ellos y para todos los que cobren royalties del uso del personaje, desde su nacimiento, Tomb Raider ha ido creciendo en presencia hasta convertir a su protagonista, la famosa arqueóloga británica Lara Croft, en una de las reinas del entretenimiento.
A tenor de la popularidad del personaje (con innumerables juegos, cómics y películas a sus espaldas), Netflix acaba de estrenar la primera temporada de Tomb Raider: La leyenda de Lara Croft, dándole un lavado de cara de estilo anime y adaptando su historia a la época actual, que sirve de base para crear una nueva franquicia que aporte masivos números de visionados a la compañía de la N.
Aunque la aceptación ha sido irregular, ya se ha anunciado una segunda temporada, y es de agradecer que Netflix esté apostando fuerte por las series de animación, dotándolas de un equilibrado estilo tanto visual como de contenido, intentando que tengan una calidad capaz de enganchar a la audiencia.
Esta adaptación animada, en su conjunto, queda unas décimas por debajo de obras maravillosas como Samurái de Ojos Azules o Arcane, pero consigue mantener el buen tono de la aventura y el entretenimiento de la animación de Netflix, mientras conserva el respeto por el legado de Tomb Raider. Hay espacio para la acción aunque resulta un tanto descafeinada, en el que la sangre se esconde entre rápidos movimientos de cámara. La violencia parece deslizarse entre leves insinuaciones y confrontaciones convenientemente accesibles para todos los públicos.
Tomb Raider: La leyenda de Lara Croft está producida y escrita por Tasha Huo (el creador de The Witcher: Blood Origin), estando la animación a cargo del estudio Powerhouse Animation. La protagonista es Hayley Atwell (la agente Carter) quien le pone voz a Lara Croft. La serie está ambientada después de los eventos del juego de 2018 Shadow of the Tomb Raider. La producción está conformada por ocho episodios de aproximadamente unos veinticinco minutos.
¿De qué trata Tomb Raider: La Leyenda de Lara Croft?
La trama de la serie Tomb Raider nos cuenta como Lara Croft ha abandonado a su grupo de amigos, después de un fatal accidente de uno de sus mentores por el cual se siente responsable. Cuando un poderoso artefacto chino es robado de la Mansión Croft, Lara tendrá que embarcarse en su aventura más peligrosa. Mientras emprende una carrera alrededor del mundo, entre tumbas olvidadas, templos escondidos y profundidades misteriosas, irá reconciliándose con su pasado y con las personas que le importan. Un viaje en el que descubrirá la mayor aventura de todas, conocerse a sí misma y decidir que clase de persona quiere ser.
Hay cierta ligereza en el acabado de la historia, con un guion algo simplista que peca de algunos trucos manidos como la culpa y el poder de la amistad, quizás se deba a su intento de ser canónica para introducir elementos de los videojuegos. Sin embargo, si acierta en su tono melancólico que aporta frescura en la pasión de sus personajes, y cierto matiz sombrío que logra mezclar con delicadeza las líneas difusas de la realidad y la fantasía. Algo que aporta una capa de misterio que da cierta profundidad a la trama, que hace crecer a Lara al ritmo vivaz que ofrecen las imágenes de su aventura.
Conclusiones y detalles de la serie
Ritmo constante, creciente, como un tornado que agita las vidas de los personajes de Tomb Raider, un equilibrado ejercicio entre la acción dinámica de los videojuegos y el movimiento directo de la narrativa audiovisual. Con la que logra que tanto los que hayan jugado a los juegos como los que no, puedan disfrutar del espectáculo. Sin duda, hay multitud de referencias y detalles conceptuales dirigidos a los jugadores, pero eso en ningún momento impide que disfrutes de sus estupendas secuencias de acción trepidantes, de sus puzles enigmáticos o los constantes retos a superar. Quedando un resultado bastante satisfactorio en la representación dinámica del universo Tomb Raider.
Un detalle interesante, es que aunque Lara Croft tenga multitud de habilidades, ya sea pilotando, con el arco, con las cuerdas o la acrobacia de sus saltos, la serie apuesta por mostrarnos a una Lara vulnerable, en permanente conflicto, que no duda en expresar sus emociones llorando. Una vulnerabilidad que intenta alejarla de los héroes de acción que están vacios por dentro. Su naturaleza de caza tesoros no nubla el reflejo de su humanidad, con lo que se logra que empaticemos con sus decisiones y nos hace partícipes de la emoción de sus acciones.
Tomb Raider: La leyenda de Lara Croft es un ejercicio estimulante de acción dinámica que trata de envolverte como si participaras en un videojuego. Con un acabado visual exuberante, un ritmo trepidante y unas escenas vigorosas que te asestan descargas de energía. Se disfruta su acertado tono sobrenatural que ofrece un cariz mágico que hace relucir el significado de la aventura. Aunque tiene un guion un poco genérico, sus diálogos livianos los sacan del barro para no convertirse en una trama tediosa. Es una pena que su BSO sea un poco despreocupada, siendo correcta, no hay momentos musicales que destaquen a lo largo de sus capítulos, algo que puede ser un pequeño pecado de dejadez genérica.
En su apartado técnico también existen esos rasgos genéricos en algunos fondos o secuencias que bajan un poco el listón de la animación. Aunque cumple con sus escenas de disparos, peleas y saltos acrobáticos, con la que logra que las escenas de acción resulten atractivas. Decir que en la creación de entornos la animación resulta correcta, destacando su riqueza de colores y formas, que demuestra el cuidado que han prestado a los escenarios donde se desenvuelven los personajes.
En definitiva, Tomb Raider: La leyenda de Lara Croft se puede entender como un ejercicio respetuoso hacia los fans de la saga, una serie correcta que recrea el espíritu y las características de los juegos. Donde destaca su constante dinamismo en las secuencias de acción, la energía contagiosa y vulnerable de su protagonista, sus instantes aseados de misterio, su barniz atrayente de fantasía y el acabado final del diseño de sus entornos. Una serie que puede resultar un tanto fallida o desaprovechada, pero que cumple con su función de entretener, un pasatiempo que nos introduce en la agitada aventura de una icónica aventurera, cuya popularidad logró traspasar las pantallas de las consolas.
