Juego de Tronos 4×05 – The first of his name: Crítica y resumen del episodio

Las aguas siguen relativamente mansas en el universo de Juego de Tronos como se ha podido ver en los últimos dos episodios de la serie, y aunque esperamos algún momento álgido en breve, tampoco podemos decir que la trama transcurra sin novedades, mas bien, y a pesar de la falta de sobresaltos, avanza a buen ritmo.

En este episodio, pese a contar con las bondades de la serie, he de decir que ha habido cosas que me han llamado negativamente la atención, y aunque no son elementos cruciales, se ve a leguas que están reservando el presupuesto para algo «gordo».

Evidentemente, puedo equivocarme, pero este es probablemente uno de los capítulos mas económicos del show, un capitulo en el que no hemos tenido demasiadas tomas exteriores, en la que los efectos especiales no sobresalen (se habría agradecido ver a algún dragón por Meeren) y en el que la única batalla que vemos, resulta excesivamente sencilla e incluso, me arriesgare a decir, que estaba mal orquestada, y si bien, como he dicho, no es algo especialmente relevante, es algo que no podemos ignorar en un post como este, en el que ahora, toca resumir o recapitular sobre lo acontecido en este «The First of his name» (El primero de su nombre), episodio que nos pone en el ecuador de la cuarta temporada de Juego de Tronos.

Desembarco del Rey

Continuando con los sucesos recientes, Tommen es coronado como Rey en una ceremonia sencilla en la que, como es costumbre en la capital, se le otorgan bendiciones por parte de las siete deidades a las que se adoran los Septones.

Durante la ceremonia, vemos cierta complicidad entre el nuevo monarca y Margaerys, y aunque la interrupción de Cersei pareciera que fuera desatar algún tipo de suceso tormentoso, finalmente (y sospechosamente), vemos como la ex-esposa de Joffrey y su madre crean vínculos en favor de sus futuros, algo que me parece que tiene trampa.

Por su parte, Tywin sigue haciendo cuentas como un loco para conseguir que el reino siga siendo prospero, y tras desvelar a su hija que la corona esta endeudada hasta «las trancas», la insta a pensar un poco menos en la venganza, y más en el futuro de su familia, el cual, pasa por crear fuertes vínculos con los Tyrell, una casa acaudalada y con la que quedaran firmemente unidos tras su boda con Sir Loras, y la de su hijo Tommen con Margaerys.

Para finalizar el resumen de lo acontecido en la ciudad capitalícia, destacar que volvemos a ver a Cersei (hoy pondrá la lengua en remojo tras tanta charla) hablando con Oberyn Martell, al cual, además de escuchar sobre su vida (que tiene hijas, y que algunas son mas rebeldes que otras), le pide el favor de que se lleve cierto navío como regalo para su hija, la cual, se encuentra en Dornell, junto a las descendientes de este famosos guerrero.

Nido de Águilas

Lord Baelish llega a la fortaleza inquebrantable de Lysa Tully acompañado de Sansa Stark, a la cual, se refiere como su sobrina en vistas a que nadie reconozca a una de las candidatas a cumplir penas por el asesinato de Joffrey Baratheon, y tras realizar las convenientes presentaciones (presentan a los primos y establecen que nadie debe saber quién es la joven en realidad), somos testigos de una serie de revelaciones que, para mí, suponen el mayor handicap del argumento de la serie: Lord Arryn, cuñado de Eddar Stark, y uno de los pilares en los que se ha sustentado la guerra contra los Lannister fue en realidad asesinado por su esposa, quien deseosa de establecer lazos con Lord Baelish (Meñique), fue cómplice de una horrible conspiración de la que seguimos viendo las consecuencias.

Tras dicha revelación, y después de una boda sencilla coronada con una noche de pasión un tanto escandalosa, Lysa Tully se acerca a su sobrina y le informa sobre que en un tiempo acabara casándose con su enfermizo primo Robin.

En otro orden, pero cerca de allí, volvemos a saber sobre Arya y el Perro, quienes tras una conversación sobre la venganza y como es un sentimiento capaz de mantener a una persona centrada en un objetivo, tendrán un curioso encuentro en el que el hermano de la Montaña volverá a darle una lección a la joven Stark sobre la importancia de las armas y las armaduras en contraposición de las acrobacias, otorgándonos un momento de tensión que creíamos que se resolvería de una forma diferente y más violenta.

Meereen

En la última ciudad conquistada por la Madre de Dragones acaban de llegar noticias sobre la muerte de Joffrey, y aunque los números y las circunstancias parecen apuntar a que es un buen momento para atacar desembarco del rey, Daenery se deja guiar por Jorah Mormont, quien tras informarla sobre que las ciudades que asalto para liberar a los esclavos, están volviendo a caer en desgracia por el alzamiento de otros señores e incluso, algunos mercenarios, por lo que decide posponer su conquista del Trono de Hierro y centrarse en gobernar sus actuales dominios, asegurándose que sus súbditos vivan en relativa paz bajo su protección.

El Torreón de Craster

Tras la detención de Bran, Hodor y los hermanos Reed por parte de los «cuervos» sublevados, en este capítulo (y a una velocidad que no cuadra bien con los tiempos) vemos como la avanzadilla de Jon Nieve ataca a este reducto rebelde, dividiéndose el frente en dos partes, una, la que protagoniza el malvado Locke (enviado de Sir Bolton a acabar con los Stark), y que se centra en intentar llevarse al joven tullido, y por otro lado, y capitaneado por el bastardo de Ned Stark, que se centra en dar muerte a sus compañeros rebeldes.

Mientras que Jon y los suyos solucionan sin problemas su parte (todo parece excesivamente fácil y la pelea del joven Nieve contra el líder de estos desalmados esta también bastante mal llevada, a pesar del «toque de gracia final»), Locke intenta llevarse a Brandon, algo que es evitado por este al entrar en la mente de Hodor y hacer que el gigante le rompa el cuello a este mal bicho, tras lo cual, y ocultándose de su hermano, deciden continuar su camino para encontrar al cuervo de tres ojos, a la vez que la guardia de la noche, y cumpliendo los deseos de las hijas de Craster, incendian el torreón en el que tantas penurias han acontecido.

En un lugar entre Desembarco del Rey y el Norte

Podrick sigue como escudero a Brienne, y debido a la falta de costumbre sobre ciertas actividades (como montar a caballo o cocinar), queda en evidencia ante la gigantesca Doncella de Tarth, quien se pregunta cómo pudo el joven llegar a convertirse en escudero, descubriendo que se trata de un tipo fiel que salvo la vida de su amo, algo que lo convierte en un honroso acompañante.