La película en solitario de Han Solo está despertando tanto interés como críticas dentro del fandom. Al margen de que hay mucha gente que no acepta el reparto ( a ver que quieren en una precuela de este tipo), son muchas las críticas que apuntan a que los tráilers no muestran el espíritu Star Wars, y la verdad, es algo en lo que no puedo estar más en desacuerdo.
Han Solo: Una Historia de Star Wars (que se estrena el 25 de mayo) nos lleva a los tiempos oscuros previos al surgir del ejército rebelde y aunque es un periodo que no se ha visto en cine y televisión, no tiene por qué ser ni aburrido ni ajeno al fandom.
Personalmente, he disfrutado un montón con todo lo que han contado en Star Wars Rebels sobre los últimos años de ese periodo y tengo mucho interés en descubrir el pasado de uno de los personajes más importantes de la saga.
Cierto es que la película tirará por tierra todo lo que sabíamos del personaje gracias al Universo Expandido (los cómics, novelas y videojuegos que contaban historias de Star Wars, pero que han sido “borrados” de la historia por Disney), pero asistir al momento en el que Han Solo conoce a Chewie, a Lando Calrissian y se hace con el Halcón Milenario son hitos de la historia Star Wars y, como tal, despiertan mi interés.
Queda por ver cómo funcionan a nivel de química los actores y personajes, pero no debería haber problema, ya que para el proyecto Disney ha tirado de caras conocidas (con sobrado talento) entre los que quizás el menos conocido es Alden Ehrenreich, un actor que pese a no haber tocado mucho cine fantástico, tiene unas referencias estupendas.
Lo dicho, hay que esperar y cruzar los dedos para que la nueva “A Star Wars Story: Han Solo” este a la altura de Rogue One, una cinta que, personalmente, como Star Wars Rebels, me parece el ejemplo a seguir cuando se hace una historia “nueva” sobre Star Wars.