Con un nombre que deja bastante que desear para un asesino en serie y para un capítulo, el sexto episodio de Gotham se salva de la quema al profundizar en el personaje de Bullock, desvelar un asesino bastante curioso y mostrarnos un clifhanger genial.
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| Bullock muestra su lado humanitario en este episodio donde vemos que tuvo un pasado parecido al de Jim |
Creo que me repito por sexta vez al decir que Gotham es un producto con potencial claramente desaprovechado y, aunque Viper, el quinto episodio de la temporada nos dejó grandes momentos, hay que admitir que “The Spirit of the Goat” (El Espíritu de la Cabra), algo así como el capítulo de Halloween de Gotham ha estado repleto de situaciones excéntricas que justifican la infinidad de MEMES que se han generado ad hoc.
En el sexto episodio de la cuarta temporada de Gotham, la acción comienza con un flashback donde vemos a Harvey Bullock (Donal Logue) diez años antes de conocer a Gordon (Ben McKenzie). Por aquel entonces, Bullock todavía era un policía idealista que padecía las burlas de su compañero, un agente con experiencia desencantado por la ciudad donde sirven. Juntos investigaban el caso de un asesino que bajo el nombre de “El Espíritu de la cabra”, se dedica a secuestrar a los primogénitos de las familias más ricas de Gotham y matarlos tras una serie de rituales.
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| El espíritu de la cabra parece una extraña referencia a “Goatboy” uno de los asesinos que intenta acabar con Damian Wayne, el hijo de Batman, cuando “alguien”, pone precio a la cabeza del chico |
Avisados por un fuente anónima, Bullock y su compañero llegaran a una especie de teatro abandonado donde se enfrentaran a dicho asesino, el cual, pese a ser reducido por el actual compañero de Gordon, acabará con su ultima victima y dejará lisiado de por vida al compañero de este agente que olvido una máxima de Gotham: “Nada de héroes”.
Así pues, y tras esta introducción, la acción se sitúa en nuestros días, informándonos que una especie de imitador está empezando a cometer los mismos crímenes con los que “El Espíritu de la cabra” sembró el terror hace diez años.
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| Una mujer enigmática (interpretada por Susan Misner) es el verdadero cerebro tras “el espíritu de la cabra” |
Si bien hay que decir que el capítulo resulta interesante en su desarrollo, la conclusión del caso resulta un poco de chiste al presentarnos a una psicóloga que odia a los ricos de Gotham , y que resulta descubierta como la culpable intelectual de estos crímenes que fueron tildados de sobrenaturales, y para lo cual, simplemente había usado hipnosis para influido en ciertos tipos que debido a su debilidad mental se convirtieron en su instrumento de purga contra la descendencia de la clase dominante de la ciudad.
Cierto es que el caso resulta curioso y que la resolución llama la atención pero al margen de eso, despierta una serie de preguntas un tanto llamativas ¿Por qué se mantuvo inactiva durante diez años la doctora en su afán por acabar con la vida de los más favorecidos de la ciudad? ¿Qué edad tenía cuando empezó con el siniestro plan? Personalmente, creo que la resolución del caso está cogido por los pelos y aunque como digo, resulta entretenido, tanta historia nos ha apartado de los avances de Fish Mooney (Jada Pinket Smith) y su pupila, dejándonos como única subtrama de acompañamiento la detención de Gordon (al margen del baño de Oswald en su casa), la cual, sirve para otorgarnos el estupendo cliffhanger mencionado al principio y que, con la aparición en “el Pingüino” (Robin Lord Taylor) con vida, echa por tierra las acusaciones de la agente Montoya (Victoria Cartagena) contra el poco expresivo James Gordon.
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| Lo mejor del capítulo (junto al pasado de Bullock) es la aparición final del Pingüino en la comisaria |
Tras eso, y a pesar de que se trata de un capitulo con muchos altibajos, solo podemos esperar una subida de ritmo con las familias mafiosas de Gotham en un nuevo conflicto en el que justamente en medio se encuentra el miembro más reciente del departamento.
