El Diablo a Todas Horas: Crítica de un duro relato sobre la crueldad humana
No me andaré con rodeos. “El Diablo a Todas Horas” es la mejor película que veremos en Netflix este año. Y también es de las mejores que veremos, así en general, en todo este año marcado por una pandemia que imposibilita los estrenos importantes en salas de cine.
Normalmente esto es algo que se diría al final de una crítica, pero no pasa nada por cambiar un poco el guion de vez en cuando. Además, aquí tampoco es que hagamos críticas demasiado formales o serias. Más bien hablamos con naturalidad de lo que más nos gusta, el buen cine, ya sea el de las grandes obras como el de las menores.
¿Cómo se podría expresar de forma adecuada lo que narra esta película? Pues creo que el propio Donald Ray Pollock (escritor de la novela original y narrador de la cinta) lo expresa mucho mejor que yo: “El mundo está lleno de hijos de puta”. Lo piensa el protagonista de la película, el joven Arvin Eugene Russell (Tom Holland) y a medida que avanzan las dos horas y dieciocho de metraje, los espectadores podemos corroborarlo. Porque en “El Diablo a todas horas” Arvin no hace más que encontrarse con malvados por todas partes, empezando por su propia familia, siguiendo por los demás habitantes del pueblo en el que vive.
En El Diablo a Todas Horas, como en la realidad, el Mundo está lleno de hijos de puta
Esta genial adaptación de la obra de Pollock, con su relato te hace pensar si en algún momento este chico será capaz de encontrar la paz y al mismo tiempo, poder proteger a su hermana del predicador Preston Teagardin (Robert Pattinson), y salir vivo para contarlo. Podría definirse esta película como un fresco de mucha violencia intergeneracional; un relato sobre esa maldad, esa “hijoputez” que parece ser genética y se va pasando como un virus. ¿Qué más puedo decir? Que la dirección de Antonio Campos es sensacional. Logra hacer una buena mezcla de los Hermanos Cohen con David Cronenberg, y también tiene un tono bastante próximo al escritor Jack Ketchum y su obra Joyride en la que no paré de pensar mientras observaba a una pareja de asesinos que viaja en coche por el estado dejando tras de sí un reguero de cadáveres.
Puedo decir también que tanto Holland como Pattinson están magníficos, especialmente este último, que está creciendo como actor de forma extraordinaria. Puedo decir que El Diablo a todas Horas es una película no apta para estómagos sensibles y para gente que le afecte especialmente la violencia creciente, ya que en esta película no para ni un momento, casi no hay espacio para respirar. Y sí, lo he dicho ya, pero creo que debo recalcarlo: es la mejor película del catálogo de Netflix, y es de las mejores películas que veremos este año. Quizás por todo esto, también es una gran desconocida para el público.