El camino del héroe, es un camino tortuoso en el que la transformación del mismo se consigue a medida que va enfrentándose a las adversidades. Desde tiempos inmemoriales se ha utilizado este camino, para construir historias que nos hacen despertar la imaginación y sobre todo, encontrar a través de la ficción nuestras propias reflexiones sobre la vida, aquellas que nos llevan a ser capaces de encontrar nuestro propio destino.
Este viaje se basa en mundos que salvar o reconstruir, repleto de mitos y leyendas. Normalmente se parte de una profecía que le otorga ese carácter fantástico a la trama. Estos elementos comunes al camino del héroe, se desarrollan de una manera extraordinaria en El Cazador de Rayos. Todos estos conceptos e ideas se entremezclan de una manera fresca en la obra de Kenny Ruiz (Team Phoenix), quien nos ofrece su propia interpretación del camino del héroe, pero intentando añadir su propio estilo para diferenciarse de otros relatos.
¿De qué trata El Cazador de Rayos, de Kenny Ruiz?
En El Cazador de Rayos, nos encontramos con las cenizas de un mundo decadente, en el que nuestro héroe después de sufrir la pérdida, se embarca en un viaje a lo desconocido para buscar la esperanza. Un camino que se encuentra bajo el manto perpetuo de nubes que cubren el planeta. Una lluvia incesante ha confinado a la humanidad a una existencia de oscuridad perpetua. Pero la profecía habla de la llegada del elegido, aquel que devolverá la luz al mundo.
Kain, portador de la marca del rayo, iniciará un complicado viaje para llevar a cabo la misión para la que ha sido entrenado desde su infancia. Durante su viaje empezará a notar el peso del destino, una carga sobre su espalda que se le hará cada vez más pesada, haciendo que empiece a dudar de sí mismo. Una y otra vez, la misma pregunta rondará su cabeza, ¿será capaz de lograr cumplir con la profecía o sumergirá a la humanidad en un abismo aún más oscuro?
Esta aventura tiene elementos del género post apocalíptico, en el que la gente vuelve a vivir como en la Edad Media, que se mezclan con ingredientes propios de las sagas de fantasía como El Señor de los anillos. Esta mezcla se realiza de manera hábil, dando lugar a un producto fresco que se devora en un suspiro. Gracias a un protagonista principal muy bien caracterizado, con una mitología rica repleta de matices fantásticos y religiosos.
En el mundo que nos plantea Kenny, hay diversos clanes que se reparten los territorios y el poder. Por una parte, tenemos a los gobernados por El Maestro que lee las Estrellas, un personaje que utiliza el miedo y la religión para tener a sus súbditos a raya. Es el impulsador de la leyenda, por la cual, un elegido dominará el poder del rayo y devolverá la luz a la humanidad. Por la otra, un líder que reniega de esa profecía, utilizando la ciencia y un poderoso ejército para controlar a sus ciudadanos. En medio de ambas facciones tenemos a Kaín, quién debido a la marca que lleva en su cara, es el elegido de los dioses para controlar la energía del rayo, devolviendo la energía a las máquinas y a la humanidad.
La historia está dividida en tres partes por las que desfila un conjunto de personajes que destilan carisma con sus intervenciones. El mundo construido por Kenny Ruiz, está bien definido con tonos oscuros y azules que logran crear una atmósfera deprimente, en el que no para de llover y caer rayos. Con una narración plástica y unos dibujos dinámicos, logran que a medida que lees las páginas parezca que nos sumergimos en una película de animación. Sobre todo, se nota esa cinematografía en los encuadres de las peleas y las escenas de lucha. Quizás se deba al estilo depurado del autor, que está a medio camino entre el estilo europeo y el manga. Sin duda con un resultado bastante atractivo, en donde destaca su enorme habilidad a la hora de caracterizar y recrear el mundo en el que se desarrolla la aventura.
En definitiva…
El cazador de rayos es un excelente cómic, bien realizado, estructurado y dibujado. Que tiene una trama atractiva y adictiva, en la que tenemos todas las piezas necesarias para disfrutar de una buena historia: acción, giros inesperados, personajes inmortales, drama y una leyenda profunda. En definitiva, nos encontramos ante un cómic con una trama repleta de elementos fantásticos, en la que descubrimos a personajes bien definidos, con sus motivaciones detalladas a través de sus gestos y los actos que realizan. Una historia valiente, que nos sumerge en una lectura ambiciosa, logrando que nunca perdamos el interés por lo que estamos leyendo.
