El terror en España normalmente ha funcionado muy bien en taquilla. Tenemos muestras sonadas como Los Otros, [REC] o el Orfanato. Siempre se ha realizado bien teniendo en cuenta los pocos medios en comparación con las producciones americanas. Y el ejemplo que llega a las salas el próximo viernes 17 de enero es una buena muestra de ello. Dirigida por Albert Pintó, Malasaña 32 es una historia que entra en la taquilla con el eslogan de basada en hechos reales. Efectivamente, la película viene inspirada por múltiples historias que han ocurrido en el mítico barrio madrileño en los últimos años. Basta con buscar en Internet para hallar una auténtica crónica negra.
Si algo tiene de positivo el film es precisamente su aspecto técnico y donde destaca la dirección tanto a nivel artístico como atmosférico. El descansillo del interior de un edificio, la escalera de madera. Se percibe antigüedad, en sus paredes hay restos de numerosas historias. La puerta de un piso. Alguien está al otro lado de la puerta, observando a través de la mirilla, esperando con paciencia la venida de alguien a quien invitar a entrar en su casa. El terror de lo cotidiano. El secreto que ya conoce el maestro Stephen King y que refleja siempre en su obra. Este es el secreto que encierra la magia de Malasaña 32, el miedo, el horror que se encierra en las cosas que hacemos a diario en casa, todo ello adornado con la atmósfera de los años 70, que en España tienen un poderoso significado histórico y social.
En Malasaña 32, una familia que procede del campo se muda a la gran ciudad en busca de nuevas oportunidades. Y encuentran en ella más que eso. La cámara nos sumerge en su vida, en cómo se adaptan a una forma de vivir totalmente distinta, en cómo se enfrentan a lo que dejan atrás, metáfora también de lo que son al fin y al cabo los fantasmas, sentimientos, emociones, hechos, que forman parte de nuestro pasado. Espero no equivocarme al afirmar que esta película será un gran éxito para el cine patrio y que sea el comienzo de una revalorización del género en nuestro país, deseando también que Pintó siga buscando historias para no dormir.
Un comentario
Yo discrepo Ramiro… para mí un 5.5/10 como máximo.
La película para ser española no está mal, pero han cogido todos los clichés del cine de terror habidos y por haber, lo han mezclado, para meterlo todo en la misma peli y se ve excesivo.
Se le suma los sustos predecibles, que ya sabes que va a pasar algo… que se acerca el momento… cada vez más cerca… y de repente BOOOM el volumen desproporcionado para que te asuste sí o sí.
Para los novatos en género de terror vale, pero para los veteranos no les hará mucha gracia el film.