Una serie tras otra. No lo podemos evitar. Buenas, muy buenas, regulares y hasta las que parecen más malas pero te enganchan como ninguna. En mi caso, es como un buen trago de sangre fresca. La dosis de A positivo diaria es esencial. Lo confieso: soy de la generación Crepúsculo…no lo puedo evitar. Series sobre vampiros hay unas cuantas. Pero ‘True Blood’ tiene algo que otras no tienen: una buena banda sonora. Y no hablo de las canciones. Qué también. Sino de los temas instrumentales compuestos por Nathan Barr.
Las series, y menos en los últimos tiempos, no están reñidas con la buena música. Es más, muchos, sino la gran mayoría, de los compositores de cine empezaron su carrera en televisión. Jerry Goldsmith y John Williams, sin ir más lejos, compusieron sus primeros trabajos ataviados con botas y sombrero de cowboy en los seriales western de los 60-70. No hay mejor escuela que la pequeña pantalla. Y no hay mejor época para formar parte de ella que el siglo XXI.
‘True Blood’ es una serie curiosa. Absurda de pies a cabeza. Surrealista total. Mezcla de mitos variopintos, leyendas y fantasía. Al clásico idilio vampiros-hombres lobos-brujas, añade hadas, ménades, seres cambiantes, híbridos, sangreadictos…no hay criatura que escape a la imaginación de la escritora Charlaine Harris. No hay detalle más estúpido que otro, porque todos lo son. Y quizás por eso son tan magníficos. Porque aun sabiéndose ridículos, desde su ridiculez, consiguen engancharnos y chuparnos la sangre hasta dejarnos secos y con ganas de más.
A este estado entre hipnótico y atontado contribuye en gran medida la música de Nathan Barr. Tres son los temas principales que utiliza como leitmotiv durante toda la serie, y que desarrolla de diferente manera según vayan evolucionado los personajes y situaciones. Los tres tienen en común una misma sonoridad, anclada en la eternidad vampírica. Barr retrocede al tiempo en el que estos seres de la noche fueron creados y contextualiza sus temas desde una perspectiva totalmente musical, de modo que sus melodías nos transportan a un pasado en el que la humanidad todavía era algo posible. A ello contribuyen el violonchelo y el piano. A ello contribuye también la guitarra, como tradicional de la América del siglo XIX. Pero el uso de instrumentos más contemporáneos como el piano preparado, y estilos actuales como el minimalismo, nos llevan a comprender la nostalgia y melancolía de unas criaturas que no se sienten privilegiadas por su eternidad.
Destaca sobre todos el tema romántico, cuyo parecido con el tema principal de ‘La Bella y la Bestia’ de Alan Menken nos recuerda que el amor entre un humano (bella) y un vampiro (bestia), es posible. Otro tema de amor, compuesto expresamente para un momento culminante, se puede escuchar en el episodio 10 de la tercera temporada. Más melancólico y profundo. Más triste si se quiere, e incluso más verdadero. Y hasta aquí puedo leer.
El segundo de los temas destacados es el alusivo a la familia: “Take Me Home”. Aunque solo vamos a escucharlo de forma instrumental, es realmente una canción. Su sabor tradicional lo asocia perfectamente con el cariño. Con la adorable abuela, que en ningún momento deja de estar presente en la memoria. Con Sookie y Jason, hermanos tan diferentes como inseparables. Con Sookie y Tara, una amiga como si fuera una hermana. Con todos los habitantes de un pueblo colonizado por los seres sobrenaturales, cuya unión es más fuerte que su propia sangre, tan codiciada.
El tercero de los temas es más general, englobando las características de los anteriores (e incluso citándolos) y dando una atmósfera a la vez oscura y romántica a la historia.
Junto a ellos, las canciones. Country, pop y rock, y rock aún más duro. Porque al fin y al cabo, la cosa va de monstruos, muerte y sangre. De esta parte se encarga el tema de entrada “Bad Things” de Jace Everett. No cantarla es imposible.
Si después de escuchar la música, no te has olvidado de lo absurdo de la serie, es que todavía no te has convertido en vampiro.
2 respuestas
Je, yo tengo 'Bad Things' como ringtone en el celular desde hace años 🙂
Saludos!
Es escucharla y no poder sacarla de la cabeza. La verdad es que es un buen reclamo para al serie.