Del tres veces nominado al Goya por El Orfanato (J.A. Bayona, 2007), Lo Imposible (J. A. Bayona, 2012) y Ocho Apellidos Vascos (Emilio Martínez-Lázaro, 2014); y una vez nominado a los Premios del Cine Europeo por aquella del tsunami, llega Orgullo + Prejuicio + Zombies. La banda sonora de la película más bizarra del 2016. Podría haber sido un invento horrible. Podría haber sido la parodia de las parodias. Un zombi más entre las bandas sonoras olvidadas. Sin embargo, el compositor vizcaino Fernando Velázquez, armado con batuta y partituras varias, y con un antecedente macabro como La Cumbre Escarlata (Guillermo del Toro, 2015), consigue que la música no se convierta en un no-muerto cualquiera.
No hay un orden muy claro. Pero tampoco es que la historia sea la viva imagen del orden. La música es una mezcla tan rara y peculiar como se merece la película de Burr Steers. Sinfonismo del que suena tan bonito que no puedes creer que en cualquier momento vaya a aparecer un rostro descarnado y apestoso. Temas de acción potentes con citas clásicas, remiendos exóticos y algunos compases de gran retentiva. Misterio en forma de trémolos y sobresaltos. Y un poco de amoríos estilo Austen, pasados por chismes y mentiras. Todo ello genialmente interpretado y sin tonterías. La comedia se queda para la sátira del guión.
Ante todo hay que situarse. Estamos en el siglo XIX. En pleno romanticismo. Momento de exotismo y fantasía. De traspasar los límites y explorar nuevos ámbitos sonoros. ¿Por qué no saltarse las reglas y explorar también allí donde los vivos se juntan con los muertos? La muerte, los no muertos ¿Hay asunto más romántico? Las melodías populares llenan los temas dedicados a Inglaterra y sus costumbres más acostumbradas. No hay duda señores, de que esto es la época que llaman victoriana. A partir de aquí… que Dios nos coja confesados.
Ni las señoritas más refinadas se libran. Los zombis no entienden de modales y refinamientos. Cuando hay hambre de cerebros todo vale. Sobre todo si estamos en el romanticismo. Una cita del “Dies Irae” de la “Sinfonía Fantástica” de Berlioz, tan romántico él, nos da el aviso ¡Nos atacan! Las hermanas Bennet sacan sus espadas. Dominan las técnicas de lucha milenarias ¿Una melodía oriental? ¡Qué reviente la orquesta! ¡Percusión! ¡Metales! ¡Fortissssssssssssssssssssssimo!
Tras la tormenta llega ¿la calma? Hay orgullo, hay prejuicio, pero también hay mucho amor. Que la acción no nos engañe. El romanticismo en el sentido más cariñoso de la palabra también tiene cabida. La sección de cuerdas lo estaba deseando. Pero ¿crees que los finales felices encajan en todo este batiburrillo? Exploren señores, pero vayan bien armados y, lo más importante: sin prejuicios.
¿Donde encontrar la BSO de Orgullo + Prejuicio + Zombis? Desde febrero está a la venta la edición de Varèse Sarabande.