Después de una comida mirando al mar y de la rueda de prensa de Sicario con un Benicio del Toro que parecía haber comido lengua, se presenta una tarde animada.
Una película de esas a las que la traducción del título no le hacen ningún favor: Yo, Él y Raquel. O lo que es lo mismo: Me, Earl and the Dying Girl (Yo, Earl y la chica moribunda). Nunca dos días seguidos viendo historias de enfermedades terminales fueron tan animados. Una chica con leucemia, Olivia Cooke (como si no tuviera bastante con el aparataje que arrastra en Bates Motel) y dos chicos cinéfilos, fuera de lugar. Nada de tristezas. Al contrario, pocas veces te reirás tanto como en este segundo largo de Alfonso Gómez-Rejón.
Imprescindible para cinéfilos obsesivos. No solo por el aire de película ochentera de amigos –la amistad, más que la enfermedad, es el tema principal-, sino por las ingeniosas y desternillantes parodias a todos los clásicos del cine. El director ha querido poner algo de esos sueños de niño de ser director de cine en sus personajes. Amistad y cine. A un lado, la enfermedad, una excusa para demostrar lo que los amigos y el arte son capaces de hacer.
Creo que a Spielberg le gustaría. Y lo que le gusta a Spielberg, va a misa.
La animación continúa. La parodia también, pero a lo bestia, como es marca de la casa de Alex de la Iglesia. Mi Gran Noche es eso, una noche tan grande que es capaz de celebrar una y otra vez la entrada del 2016. Pero de grande, en el sentido triunfal de la palabra, tiene poco, al menos para los protagonistas. Pocos personajes salidos de las manos del director salen con todos sus miembros ilesos. Y es que la burrada es una de las máximas del bilbaíno.
Parodia de personajes y situaciones televisivas. Parodia de la sociedad, del más bajo al más alto. Parodia de los mismo actores. Parodia de las parodias. Y parodia en sí misma y a sí misma. No tiene más calificativos. Es el Alex de la Iglesia de Las Brujas de Zugarramundi a la enésima potencia.
Reparto multiestelar de la cantera española de todos los tiempos. Entendiendo por todos los tiempos desde Terele Pávez hasta Mario Casas. Habituales casi todos de la filmografía del director. Y los que no lo eran, no tardarán en serlo. ¿Lo mejor? La aparición de Raphael y sus contiendas con Carlos Areces y sus fans.
Los que aborrezcan al director, abstenerse. Los que le sigan, pasarán seguro, sino una gran noche, al menos una noche divertida.
En resumen:
-Yo, él y Raquel: 8 / 10
-Mi Gran Noche: 5.5 / 10
-Yo, él y Raquel: 8 / 10
-Mi Gran Noche: 5.5 / 10
Continuará…