Finalmente, y como es evidente, el día 21 no se acabo el mundo y aunque para muchos hubiera sido una fecha ideal (total… te saltas las navidades), hay editoriales que han visto a bien aprovechar todo lo que rodeaba a esa “profecía” y otorgarnos la oportunidad de ser testigos privilegiados del mundo que llegaría tras un supuesto “apocalipsis”.
Así pues, gracias a Editorial Universo, y a su libro “Postales desde el fin del Mundo“, viajaremos hasta catorce posibles futuros que nos llegan de la mano de catorce autores, los cuales en un estupendo ejercicio de escritura y adivinación, nos muestran como es su particular visión de la tierra tras un suceso que el gran Pedro Piqueras calificaría de “apocalíptico”.
La antología en cuestión está coordinada por Víctor Blázquez (El Cuarto Jinete) y junto a autores reconocidos del panorama nacional como Alejandro Castroguer, Javier Cosnava o Javier Pellicer, encontramos a un invitado de lujo como es Adam L.G. Nevill (El ritual, Apartamento 16), y por supuesto algún que otro autor (como nuestro colaborador AC Ojeda), que se estrena el mundo editorial con este volumen que esperamos catar en breve.
Aunque nos hubiera encantado poder sentarnos delante de cada uno de los autores e hincharlos a preguntas (los que habéis estado conmigo en alguna presentación, sabéis que me encanta preguntar), el tiempo y la distancia nos ha limitado un poco, pero aun así, y gracias a internet (y sobre todo a nuestro buen amigo Víctor Blázquez) hemos conseguido que algunos nos hablen de que trata su relato y nos contesten a alguna preguntilla.
Sin más, os animamos a haceros con “Postales desde el fin del Mundo” y os dejamos con estas “semi-entrevistas“:
Arlette Geneve, autora de “Deja Vu”
¿De qué trata tu relato?
De acontecimientos reales que se han dado en la actualidad y que pueden propiciar y converger en un cataclismo como la III Guerra Mundial. Las diversas noticias de los diarios, periódicos y mundo informativo en general, suelen ser calamitosas. El caldo de cultivo perfecto para el pesimismo, la desesperanza y la pérdida de valores que no mantienen firmes y nos impelen a luchar. ¡A resistir!
A colación de los “deja vus” y puestos a jugar con recuerdos, ciertos o falsos ¿a que nos recordara tu relato?
Desgraciadamente a un acontecimiento real en la historia de la humanidad que dejó la escalofriante cifra de 55.000.000 millones de muertos. Vidas que alimentaron con su sangre la tierra caliente del odio y de la intolerancia.
¿Qué influencias has tenido para escribirlo?
Como ya he adelantado, he utilizado el valor incalculable de la información para consolidar el argumento ficticio (pero posible) del relato que integra la antología: Postales desde el fin del mundo. Situaciones conflictivas que ocurren en cada rincón del planeta y que miramos con recelo, precaución y verdadera angustia. Algunas noticias son realmente alarmantes, y nos dejan un regusto amargo de derrota porque somos conscientes que cualquiera de ellas nos puede conducir al desastre en cualquier momento.
Javier Cosnava, autor de “Ozy…Mandias”
¿De qué trata tu relato?
Todos los autores tenemos unos temas recurrentes que afloran en nuestra obra; a menudo, no nos damos cuenta de que han vuelto a aparecer hasta que releemos lo que terminamos de escribir. Uno de esos temas a los que regresó una y otra vez de forma inconsciente es el autoengaño. La mayor parte de las desgracias que nos suceden son fruto del autoengaño, es más, en nuestra sociedad no se le da ninguna importancia a algo que es el eje vertebrador de la mayor parte de nuestros actos. Decía Nietzsche aquello de “sucedió esto, dice la memoria; yo no puedo haber hecho eso, dice el orgullo. Al final, es la memoria la que cede“. El autoengaño es tan poderoso que no sólo nos hace obrar sino que a veces nos obliga a olvidar lo obrado. Así, el protagonista de mi relato, en realidad sabe perfectamente quién es y lo que es, sabe perfectamente lo que le ha llevado hasta aquel extremo y hasta sabe cuál es su verdadero destino. Por eso está narrada en primera persona, para que en el último momento el mismo comprenda que lleva toda su vida auto engañándose y que es el momento de tomar una decisión. La llegada de los forasteros no hace más que precipitar algo que era inevitable.
Teniendo en cuenta el titulo del relato, del soneto que usa el mismo nombre y la peculiar situación del protagonista ¿podríamos establecer un paralelismo entre el poder y la soledad?
Evidentemente, esto es así. Pero realmente me pregunto si detenta algún poder aquel que está sólo. Hay que decir que esta historia inicialmente se llamaba así: “sólo” pero precisamente al corregirla decidí ponerle un nombre mucho más alegórico y potente que de alguna forma diera sentido al final.
Asimismo, también quería que el título nos revelase la importancia del verdadero protagonista de la historia, el androide. Otra de las características de mi forma de narrar es que el secundario sea el verdadero protagonista, y a menudo el personaje que está entre bambalinas es aquel a quien quiero en verdad dirigir al lector. Este es uno de esos casos.
¿Nos encontramos ante un nuevo relato sobre la necesidad del hombre como “animal social o podemos esperar un revés sorprendente?
Estamos ya de lleno en una crisis gigantesca que va a cambiar el sentido de todo cuanto conocemos. La humanidad va a regresar a sus orígenes. No sé si hasta el punto de lo que imagino en mi relato pero sí que es cierto que se van a estrechar los lazos familiares, los del clan, los de tu ciudad… y que cada vez el grupo pequeño va a tener más fuerza que el grupo grande al que se pertenece, que quedará diluido en la lejanía. El animal social que llevamos dentro se va a revelar cada vez más necesario para entender esa época de hambre y de privaciones que se acerca. El hombre aislado, sólo, tecnológico, que poco a poco ha ido alimentando esta sociedad de la información, pronto va a regresar a sus orígenes, a interrelacionarse mucho más con sus iguales. Ese es otro de los temas que quería tratar en este relato.
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A la espera de una foto de Cristina
colocamos una imagen que se me
viene a la cabeza con el titulo de su
relato. |
Cristina Ballesteros, autora de “La playa”
¿De qué trata tu relato?
La playa trata de la lucha por la libertad en una situación de represión, la lucha por hacer lo que uno considera moralmente correcto a pesar de saber las consecuencias de ello.
Teniendo en cuenta el titulo, y la temática del relato (un mundo inundado) es inevitable que se nos vengan a la cabeza los nombres de diferentes películas y series televisivas ¿crees que te han influido a la hora de escribir tu historia?
Si soy sincera nunca he visto ni leído ninguna de esas historias, suponía que no era la primera que escribía sobre un mundo postapocalíptico así, pero yo no había visto nada. De hecho, lo que me motivó a hacer un mundo así, fue precisamente que siempre veía un mundo post apocalíptico desértico
¿Cómo crees que hubiera sido tu relato si en vez de un “apocalipsis por agua”, hubieras elegido uno donde reina la sequia?
Creo que el concepto hubiera cambiado radicalmente, sería un mundo distinto, esa sensación de estar encerrado en un barco, esa angustia de ver sólo agua… sería otro relato
AC Ojeda, autor de “El secreto del campanario”
¿De qué trata “El Secreto del Campanario?
Es un relato que habla de la supervivencia, el riesgo de los secretos y la rebeldía por no cumplir las normas generalizadas. Todo ello con una madre y su hijo como protagonistas, además del misterio que encierra las calles del pueblo en el que viven.
En un mundo donde la información circula por multitud de medios es difícil guardar un secreto
¿Crees que tras un “apocalipsis” se volvería a dar importancia a pequeños enigmas?
El mundo siempre se ha movido por secretos. De hecho, desconocemos la mayoría de acciones que se llevan a cabo por las grandes potencias mundiales. En un marco pos-apocalíptico los secretos deberían ser desvelados para poder avanzar. Aunque por desgracia, los secretos son poder y aquellos que sepan cosas que los demás no, serán los que lleven la batuta de la nueva sociedad.
¿Qué secretos son los que te obsesionan y los que te llevaron a elaborar tu relato?
Me obsesionan los secretos que nos ocultan aquellos que nos mandan. Los secretos que se firman en despachos para decidir sobre la vida de los demás. A otro nivel, uno más terrenal, me dan dolor de cabeza los secretos que interfieren en la vida de las personas. Aquellos que se usan para hacer daño o chantaje.
Si aceptan mi consejo, no desvelen sus secretos al resto del mundo o les estarán otorgando un poder que no merecen.
Ángel Luis Sucasas, autor de “La despedida”
¿De qué va tu relato?
Pues supongo que de que sentirse viejo no tiene nada que ver con los años que tengas. La vida no es una ficción; eso lo sabemos. Pero si queremos precisar más ese pensamiento (y en la precisión se encuentra la literatura) podríamos afirmar que la diferencia fundamental entre la ficción y la vida es que la primera suele terminar cuando debe y la segunda, en cualquier instante, más tarde o más pronto de lo que sería adecuado. Si a eso le sumas mi fascinación por no crecer, por un mundo dominado por niños, más la fantasía más libre y orgullosa de ser maravilla que siempre he defendido, te sale “La despedida“.
Cuando leí una pequeña sinopsis de tu relato, me pareció ver una pequeña alegoría sobre la falta de recursos ¿crees que un nuevo conflicto bélico a gran escala o un supuesto apocalipsis podría ser en realidad un plan encubierto para reducir la población? ¿Podemos esperar drama o una ficción cercana a la realidad en tu relato?
Uhm… Me da un poco de miedo hablar de alegorías y paralelismos con la realidad en la fantasía. Creo que es algo siempre externo al autor y que deben de determinar quienes nos leen. Ahora bien, sí creo que estamos sobredimensionados; en todos los sentidos. Y afrontar esa verdad nos deja con dos opciones: control de la natalidad progresivo (si aún es posible) o pandemia y, consecuentemente, masacre. Así de duros son los números. La weird story, el relato extraño que no precisa exactamente qué está contando, que es antes generador de preguntas que dé respuestas, permite afrontar estos asuntos sin que seas consciente de que lo estás haciendo. Es posible leer “La despedida” como una tercera vía a este problema. Ni férreo control, ni matanza de nuestros semejantes. Otra cosa. Ni mejor, ni peor. Eso sí: Más bella.
Vanesa Benítez Jaime, autora de “El centeno seguirá creciendo”
¿De qué va tu relato?
Mi relato habla de una chica a la que no le gusta su vida, tal vez porque nadie la comprende. Sus familiares y compañeros de clase se burlan de ella, así que cierta noche pide un deseo a una estrella fugaz. ¿Qué sucedería si su deseo se cumpliese?
¿Piensas que el fin del mundo pasa por perder el conocimiento acumulado?
Sí, sin duda. Cuando olvidamos quiénes somos y nuestros recuerdos, hemos muerto de alguna manera, ya sea de manera colectiva o individual.
Si pudieras eliminar algún recuerdo, o algún suceso importante de la humanidad, ¿cuál elegirías?
Pues todos aquellos que han traído sufrimiento a la humanidad. Aún recuerdo el impacto que provocó en todos nosotros el derrumbe de las Torres Gemelas.
Rubén Pozo Verdugo, autor de “El juicio de Ícaro”
¿De qué va tu relato?
Mi relato trata sobre Rache, un condenado a muerte en un mundo subterráneo, que rememora su vida y todo lo que ha desencadenado su condena en el viaje hacia su cruel ejecución.
A lo largo de los años son muchos los relatos que sitúan a la humanidad bajo tierra para sobrevivir a un holocausto ¿a qué crees que se debe esta tendencia? ¿Cómo crees que se solucionarían los problemas sanitarios derivado de la falta de luz?
Creo que la tendencia es por la sensación de protección que otorga un recinto cerrado, como cuando somos pequeños y nos tapábamos con las sábanas y creíamos que con eso los fantasmas y monstruos no podrían hacernos daño. En cuanto a lo referente a la falta de luz, en la ciudad donde se desarrolla la historia hay generadores que proporcionan energía eléctrica. No son hombres de cromañón, tienen bombillas que aunque no proporcionan los mismos beneficios que la luz natural, les ayuda a evitar el raquitismo y otras enfermedades derivadas de la privación de la luz solar.
Ángel Villán, autor de “Manada de lobos”
¿De qué va tu relato?
Es un relato de pura acción, ya desde el comienzo, con una persecución a través de los callejones de los bajos fondos, donde el protagonista acaba con la cara sobre el cemento y una rodilla aprisionando su cabeza. Tres días después es condenado a muerte y una moneda al aire decide dónde podrá ganarse el indulto: en un el laboratorio de investigación científico, siendo sometido a toda clase de experimentos, o en un tren de mercancías, escoltando la valiosa carga a través de la Ponzoña.
¿No te parece curioso que en sociedades evolucionadas como la nuestra se suele pedir un endurecimiento de la penas y en las simples se pide una relajación de las mismas? ¿Crees que al final todo tiene que ver con mantener el poder o perderlo?
Creo que la dureza de las penas está ligado al equilibrio social. Depende del entorno y la situación, así se deben adaptar. Me explico… ciertamente unas penas excesivamente duras pueden ser interpretadas como la excusa del poder para mantener su autoridad, y tristemente en la realidad pocos ejemplos pueden negar lo contrario: extender el miedo con duras penas para neutralizar la reacción social. Incluso a día de hoy lo podemos ver en nuestras calles con la represión policial (a porrazos) y judicial (a multazos) a las muestras de inconformismo con nuestro gobierno. Pero la reclamación de unas penas más duras o relajadas dependen directamente de la seguridad del ciudadano. En una sociedad donde cada vez se empobrece más al pobre, la delincuencia aflorará como setas en otoño. Si esto lo extrapolamos a una sociedad desbocada tras un cataclismo global, ¿cómo se puede evitar que cualquier intento de comunidad se convierta en puro Mad Max? Con penas más duras que el propio instinto de supervivencia que mueve a los que hayan sobrevivido…
Miguel Aguerralde, autor de “Ya todo eran tumbas”
¿De qué va tu relato?
“Ya todo eran tumbas” habla de la supervivencia en un yermo reseco donde todo está muerto. Es la historia de una mujer luchadora empeñada en sacar adelante a sus hijos y de los demás pillos y vividores que obstaculizan su camino. Tiene lugar en un futuro irreal pero no imposible, donde el calor ha terminado con la vida vegetal y animal tal y como la conocemos, donde el agua es el bien más preciado y motivo de todo tipo de disputas.
A tu compañera Cristina Ballesteros (La playa) le hemos propuesto que pensara en como seria su relato si en vez de inundación hubiera sequia ¿podrías hacer tu el ejercicio inverso de forma rápida?
Me resulta mucho más sencillo imaginar un futuro sin agua que invadido por ella. No me cabe duda que el calor que lentamente irá creciendo derretirá polos y cumbres heladas y que el volumen del mar subirá inevitablemente, de hecho mi relato comienza con esa inundación terrible que arrasará con todo antes de la sequedad definitiva. Maldito calor…
Sin embargo, en un futuro anegado la vida podría abrirse paso gracias a las plantas submarinas y a los peces que soporten las nuevas condiciones de salinidad y temperatura. Imagino a la humanidad buceando alocada en busca de algas y pescado para alimentarse.
Cuando pensamos en apocalipsis solemos tener en mente la lucha por recursos imprescindibles ¿crees que si la coyuntura económica actual no mejora, veremos a la gente “asaltar” supermercados u oficinas de empleo?
Sí, y no lo veo lejos, la gente terminará por dedicarse a asaltar supermercados y locales para subsistir. ¿No está pasando ya?
Javier Pellicer, autor de Singularis.
¿De qué va tu relato?
Mi relato parte de una historia más grande que tenía en mente para una posible novela colectiva pero que jamás vio la luz. Con motivo de esta antología decidí recuperar los dos personajes de esa obra en un relato que narra una visión del apocalipsis más cercana al mundo futuro de Terminator, con la diferencia de que la Humanidad ha dejado de existir. ¿Cómo sería el mundo a través de un robot rebelde que trata de cumplir una programación primaria que lo enfrenta al resto de sus iguales? ¿Qué estaría dispuesto a hacer? Esa es la premisa tras un relato que, no obstante, es pura acción.
¿Qué clase de robot es Sam? La mayoría (no todos) de relatos de ciencia ficción han pinchado en la descripción de tecnología futura ¿cuál de este tipo de casos es tu favorito?
Cuando uno piensa en la robótica de ciencia ficción es imposible evadirse de las magistrales obras de Isaac Asimov, maestro de maestros. Él dotó de realismo y verosimilitud un género que antes de sus relatos era más ficción que ciencia. Hay algo de él en mi relato, aunque obviamente yo no poseo los conocimientos de Asimov, así que la tecnología que describo me temo que es pura invención.
Y en cuanto a Sam, como ya he mencionado podría decirse que es un rebelde y a la vez un conservador; una anomalía en comparación con los otros robots que han erradicado al Ser Humano por considerarlo una plaga. ¿Por qué lo ha hecho? Invito al lector a que lo descubra leyendo Singularis.
Víctor Blázquez, autor de Noche de graduación
¿De qué va tu relato?
“Noche de graduación” habla de un hombre que malvive en un erial yermo y desértico, cuidando de su hermana enferma. Pero también habla de sueños y anhelos. Y poco más puedo contar que no desvele demasiado.
La humanidad ha sobrevivido durante siglos sin tantos avances médicos ¿por qué crees que en todas las historias apocalípticas juegan un papel tan importante los medicamentos?
Bueno, creo que la respuesta obvia es que en caso de darse un colapso tan brutal como el que se narra en cualquier historia post–apocalíptica toda nuestra tecnología y nuestros avances serían fulminados, haciéndonos regresar a una nueva prehistoria. Las fábricas desaparecerían y por tanto, sin cadenas de producción, se acabarían cosas como la electricidad, los medicamentos, etc. Somos una sociedad acostumbrada a que se nos pasen todos los males tomándonos una pastillita. El día que nos quiten eso las vamos a pasar putas, con perdón.
¿Piensas que tras un holocausto apocalíptico, y tras el final del stock de las medicinas volveríamos a encumbrar la figura de los naturalistas y chamanes?
Aparecerían, por supuesto. Igual que la religión adquiriría un poder aún mayor y surgirían otras nuevas religiones. Cuando la gente se ve empujada al límite ese tipo de comportamientos resurgen.
Puedes reservar tu ejemplar de “
Postales desde el fin del Mundo” en la web de
Editorial Universo, y si con el post no te hemos convencido, esperamos que el booktrailer te ayude a decidirte por incluirlo en la carta a los reyes magos…
Estupenda entrevista, muchas gracias por organizarla 😉
Fantástica entrada. Yo ta tengo reservado mi ejemplar hace unos días.
Por cierto, lleva todo el día dándome problemas tu página para entrar. Era con el explorer y desde el trabajo, pero con otras páginas no me pasaba.
¡Un saludo y felices fiestas, Joaquín!
@Talisman Dreams: Gracias a ti por comentar, y he de decir que el merito no es solo mio, sino tambien de Victor Blazquez que tuvo la idea y me ha facilitado las cosas… Un abrazo
@Alcorze: tengo muchas ganas de hincarle el diente… ya te contare.
En cuanto a lo de los problemas con el blog, no me lo ha comentado nadie y tambien he probado con explorer… no se… estare atento… gracias por el comentario y por el aviso…
Y felices fiestas a ti tambien Emilio….