Desierto de Metal, de Diego Agrimbau y Fernando Baldó [Reseña]

Desierto de Metal

La Fundación Tres Culturas del Mediterráneo es una entidad ubicada en Sevilla que busca la difusión del conocimiento y la cultura más allá de las fronteras geográficas, y hace algún tiempo realizó un concurso de cómics en el que autores de todo el mundo tenían que plasmar una historia con el Mediterráneo como trasfondo.

Desierto de Metal es la obra que ganó ese concurso, y ha llegado a mis manos gracias a la edición realizada por Grafito Editorial, el mismo sello que trajó el también genial “Buckson“.

El cómic, realizado por los argentinos Diego Agrimbau y Fernando Baldó (realizadores de la tira “Vida diaria” del diario “Tiempo Argentino”) nos transporta hasta los tiempos de la Segunda Guerra Mundial para contarnos una historia repleta de fantasía en la que el conocimiento y la tecnología acaban encontrándose de lleno con este enorme conflicto bélico.

Así pues, en Desierto de Metal conocemos a dos generales alemanes que han desertado y que se encuentran en el desierto africano cuando son salvados por unas máquinas que se presentan como habitantes de Axedra, una ciudad en movimiento creada por sabios y que esta regentada por autómatas.

Este lugar y su tecnología se han convertido en el próximo objetivo del ejército nazi, y aunque cuenta con las armas necesarias para afrontar la amenaza, sus habitantes deberán decidir si participar en este conflicto que hace temblar el mundo.

Detalles cómic Desierto de Metal
Un par de páginas de Desierto de Metal para que veáis el cómic en si

Con este contexto como escenario, Desierto de Metal profundiza en temas como el uso ético de robots, la valía de la burocracia y el peligro que representa el conocimiento cuando cae en malas manos, ofreciéndonos un retrato que mezcla acción con reflexión a la vez que muestra los recovecos de Axedra, sus habitantes y los recién llegados.

Magistralmente guionizado y dibujado, no es de extrañar que se alzara con el premio de la Fundación Tres Culturas, ya que incluso con su subfondo fantástico, toca temas reales y muy actuales.

Tanto su dibujo (geniales todos los diseños) como su historia me ha encantado, pero por ponerle una pega, hay que decir que contiene demasiados pasajes filosóficos en contraposición con la acción que podríamos esperar de una historia que enfrenta a nazis contra robots, y si bien, es un detalle menor, puede dejar un sabor de boca agridulce a ciertos lectores que se acerquen a la obra esperando otra cosa.

Hay que tener en cuenta que Desierto de Metal no es una obra de comic book de estilo británico o americano diseñado para hacer vibrar al lector con acción a raudales, sino que está enfocada en narrar un conflicto que tiene lugar en un lugar destinado a la paz y el conocimiento, y si bien es cierto que con algunos cambios se convertiría en una historia más comercial y trepidante, yo no cambiaría ni una coma. Ya tenemos cientos de ejemplos de tebeos de ese estilo, pero afortunadamente, Desierto de Metal es una obra única y original que, con su pasión por los detalles, es una lectura obligada para cualquier lector de cómics adulto. 

Autómatas Desierto de Metal
Detalle de la contraportada de Desierto de Metal

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