La edad dorada del cine Hollywoodiense podría parecernos repleta de divas cuya vida no se alejaba demasiado del concepto que tenemos de “mujer florero”, pero lo cierto, es que rascando un poco en la superficie, nos encontramos con que por aquel entonces, y como ha ocurrido durante toda la historia, aquel sector también tenía entre sus filas a mujeres memorables.
Uno de los casos más destacados fue el de Hedy Lamarr, una actriz austriaca que pese a los intentos de su marido de tenerla sometida como la esposa perfecta, consiguió sobresalir en multitud de aspectos al margen de la interpretación.
En ella, se centra “Objetivo Hedy Lamarr”, la obra de Ángel Muñoz (La traición sabe a oro negro), Ricardo Vilbor (Chorizos) y Abel Pajares (un colorista habitual de Dinamite e IDW) que recientemente ha publicado Grafito Editorial y que, como ocurre en las mejores novelas históricas, mezcla situaciones reales y ficticias para dar a luz a un relato donde solo los conocedores de la historia son capaces de dilucidar los límites entre ficción e historia.
Así pues, la obra nos muestra a Lamarr en medio del rodaje de una de sus películas cuando, de pronto, unos supuestos agentes del gobierno la apartan de su trabajo indicándole que su vida está en peligro.
Esta situación servirá de contexto para que los autores nos pongan al día sobre la vida y vicisitudes que hicieron de la actriz toda una leyenda y nos muestren un aspecto muy interesante y ajeno a su carrera como actriz: su pasión por la ciencia.
La faceta de inventora de Lamarr (quién ostenta en su haber inventos tan interesantes como la primera versión de “el espectro ensanchado”, una tecnología que sirvió para dirigir misiles sin intervención del enemigo y que también sirvió de base para las señales inalámbricas como la que usamos para acceder a internet vía Wifi) servirá de trasfondo para narra una historia de espías que, si bien no es auténtica, podría haberlo sido en los años previos a la segunda guerra mundial.
Ciertamente, Objetivo Hedy Lamarr resulta una historia agradable de leer, didáctica y bien desarrollada, y aunque es una temática arriesgada dentro del mundo del cómic, hay que admitir que es una gozada ver como aún hay hueco para tramas que enseñen a la vez que entretengan. A Grafito Editorial ya le había salido bien esto con “Arde Cuba”, y la verdad, con Objetivo Hedy Lamarr, vuelven a apuntarse un tanto.