Crítica de Wonder Woman: De cuando la maravilla de un film no es solo una mujer
El Universo DC continúa su expansión a nivel cinematográfico con la primera entrega en solitario de la amazona más famosa del mundo del cómic y lo hace de forma absolutamente grandiosa. Haciendo honor al título, Wonder Woman es una auténtica maravilla del género, la mejor película que se ha hecho sobre un superhéroe en los últimos tiempos junto con la sensacional Batman V Superman, que es además el lugar donde aparece por primera vez la princesa de Themiscyra.
Acción, aventuras, y mucha épica, eso es lo que los espectadores encontrarán en esta excelente película. Y es que, Wonder Woman por sí misma vale por toda una fase entera de cintas de Marvel. Sí, resulta políticamente incorrecto lo que estoy diciendo, pero bajo mi punto de vista, es así. Esto no quiere decir que no me guste Marvel, todo lo contrario, espero y deseo que recuperen sus orígenes y lo que fueron en la primera fase, pero en estos últimos años, han ido de mal en peor, obviando la épica y convirtiendo a sus personajes en una bufonada. Afortunadamente, queda gente que se toma en serio la mitología superheróica y es capaz de hacer algo digno.
La cinta de Wonder Woman nos sitúa en París, con Diana Prince (Gal Gadot) trabajando en el museo del Louvre. Una mañana, recibe una maleta procedente de Empresas Wayne. En ella hay una fotografía, que la hace viajar al mundo de los recuerdos, al pasado. Nosotros viajamos con ella para conocer su historia, para saber quién es esta mujer que representa el Valor, la Fortaleza, la Sabiduría, la Bondad y la Justicia.
Chris Pine y Gal Gadot en Wonder Woman |
El relato nos lleva hasta el primer encuentro de las amazonas con el Hombre, con el mundo patriarcal, representado por Steve Trevor (Chris) un soldado americano que ejerce de espía en el final de la Primera Guerra Mundial. Las amazonas, que durante milenios han estado protegidas y ocultas al resto del mundo, saben que detrás de esa guerra está la mano del Dios de la Guerra, Ares. Diana viajará con Steve al mundo del hombre para poner fin a los planes de Ares, desencadenando una batalla épica por la salvación de la humanidad y también un conflicto de origen interno para la propia amazona, pues se debatirá constantemente entre si la raza humana por naturaleza es cruel, egoísta y malvada o es la influencia negativa del Dios de la Guerra la que nos hace así.
La directora Patty Jenkins demuestra su buen hacer con una gran puesta en escena y unos actores bien dirigidos. Se nota especialmente la mano de Zack Snyder (300, Batman V Superman, El Hombre de Acero) en las escenas de acción donde encontramos los típicos planos a cámara lenta y fotogramas que parecen auténticas viñetas. Esto es algo que he dicho en otras ocasiones y lo mantendré siempre; creo que este género no puede desvincularse de los cómics. Cuanto más cercanas sean las historias a las viñetas, mejor y creo que esto en DC lo han entendido.
Solo hace falta echar un vistazo a los créditos para ver quiénes son los que intervienen en el film: George Pérez, Greg Rucka y Brian Azzarello, tres grandes guionistas de cómic que han dado las mejores etapas del personaje. La película logra la perfecta fusión entre las tres visiones de estos creadores, el feminismo de Pérez y Rucka pasando por la visión más masculina y a lo God of War de Azzarello. Y como decía antes, no es solo que la protagonista esté bien, sino que la acompañan actores y actrices secundarios de auténtico lujo como Robin Wright (Forrest Gump, House of Cards) interpretando a la general amazona Antíope, Connie Nielsen (Gladiator, Starship Troopers) metiéndose en la piel de la reina Hipólita madre de Diana, o David Thewlis (Harry Potter, Fargo) interpretando a un buen villano.
Wonder Woman es, en definitiva, un regalo no solo para los que nos gustan los cómics sino para todos los espectadores, porque demuestra que estos personajes no son payasos con pijamas llamativos.