El Fandom no es nadie [OPINIÓN]

Maisie William es Arya Stark en Juego de Tronos

Escribo estas líneas tras ver el final de Juego de Tronos, y también tras haber podido disfrutar de la nueva película de Hellboy. Comento estos dos ejemplos porque son la muestra de polémica más reciente entre el fandom y los creado y, porque creo que es necesario volver a tratar de nuevo el asunto del fandom, o más bien, el fanatismo que cada vez impregna más a las hordas de twitter, facebook y el resto de redes sociales en general.

Hordas que consiguen, con sus actitudes vocingleras, acojonar a los productores de Hollywood, que ya no son como esos Cecil B. Demille, o David O. Serznick, es decir personas que además de tener dinero sabían de arte. Ahora todos están pendientes del postureo. Las historias ya no se escriben dejando que los personajes se desarrollen solos, con naturalidad, sino que vienen impuestos una serie de criterios sociológicos, como el hecho de incluir tantos personajes de este tipo para no ofender a tal colectivo, incluir una parejita porque sino pues como que la gente no entiende (¡no pasa absolutamente nada porque no haya romance en una película!). Podría seguir porque esto es un suma y sigue, pero el tema aquí es el siguiente: si en los estudios, ya sea de cine o de tv se hacen estas cosas, es porque detrás hay un público que dice saber lo que quiere, y cuatro ejecutivos que solo son eso, ejecutivos, que no tienen ni idea de cómo se hace un guión ni de cómo estructurar una historia o como desarrollar psicológicamente un personaje, se creen que las encuestas o los estudios de mercado son absolutamente certeros y piensan que eso es lo que quiere el público.

Mira a los ojos de Alan Moore y confiésate XD

Me permito aquí citar a Alan Moore: “El público no sabe lo que quiere, si lo supiera, sería el artista”. Creo que el maestro de Watchmen o V de Vendetta lo tiene muy claro. El creador es el único que tiene potestad para decidir respecto a su historia y personajes. Nadie más tiene el derecho de decidir ni de marcar la agenda. Puede que el problema sea que hay mucha gente aburrida y con una existencia vacua, que se desvanece un poquito más cada día.

¿Hasta qué punto estamos llegando? ¿Pero quienes somos nosotros para decirles a estos tipos lo que tienen que hacer y cómo? Porque bueno, es muy típico de nuestra sociedad el que todo el mundo sepa de todo. Una cosa es que en un momento dado podamos tener un criterio divergente respecto a tal o cual decisión, lo cual es muy legítimo; pero otra muy diferente es “tenemos 800.000 firmas para que se rehaga la última temporada de Juego de Tronos”. Muy bien, felicidades. Ya podríais recaudar esas firmas para construir un colegio en algún país Africano, para dar becas a chavales que no pueden estudiar, para mejorar la investigación de alguna enfermedad…no sé, las cosas que se os ocurran que hay varias digo yo. Pero ¿de verdad este mundo está tan enloquecido? El final de la serie es el que es, punto. Al que le parezca bien pues perfecto, al que le parezca mal pues solo tiene que comprar los derechos y hacer él su propia versión de la serie, a ver si es capaz de hacerlo más o menos con el mismo nivel de calidad.

Personalmente, estoy muy satisfecho con el final. Creo que es muy coherente. ¿Ha terminado quizás demasiado rápido? Puede. ¿Hay cosillas que se pueden criticar? Sin duda. Por ejemplo, no me gusta cómo ha muerto Cersei. No me gusta cómo se finaliza la trama de los Caminantes Blancos. Pero creo que estas dos últimas temporadas en concreto nos han dejado grandes momentos. Y yo lloré, me emocioné viendo a Tyrion contemplando los cadáveres de sus hermanos sobre todo porque Jaime se ha ganado mi admiración en esta última tanda de episodios, ha muerto como un hombre de honor; y sobre todo, mi momento favorito de toda la serie precisamente será ese gran dragón fundiendo el trono de hierro, la causa de todos los males, de tanta sangre y fuego derramados. Como le ocurre a todo. No hay nada perfecto.

Mike Mignola y su querido Rojo

Y respecto a Hellboy. Pues personalmente la he disfrutado, me lo he pasado tremendamente bien con ella. Muy macarra, sangrienta, un tono de serie b que hacía tiempo que no se veía en el cine. Creo sin duda que es una de las películas más auténticas que veremos este año. Pero claro, llegan las hordas diciendo “es que no está Guillermo del Toro, es que no es Ron Perlman, es que no sé qué, es que esto otro”, y uno acaba hasta los c…de tanto ignorante y de tanto payaso. Hellboy no es creación de Guillermo del Toro, sino de Mike Mignola. Mucho antes que las películas, estuvo en las viñetas. Del Toro hizo su propia versión. Igual que ahora Mignola ha hecho la suya con otro director, Neil Marshall. ¿Quién se cree con derecho a decir si esto es o no es Hellboy? Es una interpretación. Personalmente, no me termina de gustar el Spiderman de Tom Holland, pero porque me gusta más el personaje de las viñetas, me gusta más esa llamada a la responsabilidad al esfuerzo personal que hay en el cómic, veremos la nueva película y a ver qué tal, pero yo no obligo a nadie a que despidan al chaval ni a que lo hagan como a mí me gusta.

En un artículo anterior ya comentamos el caso de Star Wars en el cual no me voy a detener. Tan solo voy a decir lo siguiente. ¿No es mejor dar las gracias, estar agradecidos por tener la oportunidad de ir al cine y de ver HBO, Netflix, etc. cuando hay seguramente muchas personas en el mundo que no pueden hacerlo? ¿No es mejor tener la mente abierta y disfrutar de las cosas? ¿No es mejor antes de abrir la boca leer un libro, el que sea? Lo digo por aquello de que una vez que lees, como dice Obi Wan, das el primer paso hacia un mundo sin límites. Creo que es mejor eso que quedar como ignorantes y pretenciosos por nuestros egoísmos….

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