Crónicas del Festival de Cine Europeo de Sevilla 2017: 4ª parte

Haber avisado antes…

De que era un documental. Y sobre el paso del tiempo ¡Qué son las 9 de la mañana, hombre!
Qué listo es el mar. Sabe más por viejo, que por mar. A mí también me hubiera gustado mirarlo de lejos. O desaparecer. Como Tartessos. Siento como que me estoy erosionando. El tiempo. ¡Ofú! Qué tema. Qué interesante. Cuantas cosas podemos aprender el paso del tiempo. Y miro el reloj. Las 9.05. Qué bonitos los hierbajos ondulantes, las olitas rompiendo y las dunas desmoronándose. Pero qué bonito es Doñana. ¡Hay que ver! Y miro el reloj. Las 9.06. Y cómo arrastra el viento la arena. Y los estratos. Que interesante. Y miro el reloj. Las 9.08. ¡Hay que ver que dura la vida de esos hombres! El sol. Las arrugas. Y miro el reloj. Las 9.11. Y Tartessos. Los arqueólogos siempre ahí ¡eh! Buscando, claro. Y miro el reloj. Las 9.12. Y todo es montaje, y montaje, y montaje. Y miro el reloj. Las 9.13.
¡Anda! ¡Una persona que habla! Más andaluces no podían ser. Inconfundibles. En fin, al menos el chaval y la chiquilla tienen su gracia. Pero miro el reloj. Las 9.30. Y además, hay un agaporni.

EL MAR NOS MIRA DE LEJOS (2017)
Director: Manuel Muñoz Rivas.
Reparto: documental
Género: drama.
Duración: 93 min.

Valoración 4.5 / 10

Y eso no es lo peor…

Porque aún quedan críticos en el mundo que se creen Dan Brown y comparan este documental con John Ford, con ¡Centauros del desierto!, y que, en ocasiones –y en días de independencia-, ven banderitas de Andalucía. Y el director, que no se queda atrás en mitologías y sermones bohemios, le deja por los suelos. No señor, no era esa su intención.

¿Y cuál era, según él?: el paso del tiempo. Personas que son como al última civilización, guardianes de la temporalidad de un paisaje milenario. La melancolía del tiempo que se va y la belleza y sensualidad de la tierra que siempre queda. La mejor expresión posible para un sentimiento y una idea.

En fin, pensemos que es un documental, que yo no estaba preparada, y que eran las 9 de la mañana. Como se notan los 12 meses de montaje.

Mejor hablemos con Francis Lee.

Un hombre simpático, campechano. Vamos, lo que se dice un hombre de Yorkshire. Alagado por la comparación de su película con Brokeback Mountain, que considera “desgarradora”. Pero sabedor de las diferencias. Porque la de Ang Lee tenía “otros personajes, casados, con sus vidas por separado”. Porque era más “una película sobre la aceptación”. Completamente enamorado de su tierra, es “su alma, física y emocionalmente”. De su paisaje: “un personaje por ella mismo”. Y ¿Por qué esa música country en el bar? “Porque me encanta el country, sus historias, y porque no teníamos presupuesto para Whitney Houston”. Un tío simpático Francis Lee.

Y en un momento de despiste, le veo pasar. Se sienta en un sillón en el hall del Hotel. “May I speak with you a minute?” “Yes, of course!” Y Lucía Pérez, personalmente, habló con Francis Lee. Algún día, podré contar que hable con el ganador de… ¿Quién sabe cuántos y qué premios le esperan? Espero que muchos, y buenos.

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