Nos hemos caído con todo el equipo. ¡¡¡ Ay madre !!!, o como espectadores nos hacemos viejos y empezamos a no comprender qué pasa aquí o son los productores actuales los que empiezan a apostar – o siguen apostando vista la tendencia – por otro tipo cine de acción enfocado a un público menos exigente con la calidad y sólo proclive a gastarse el dinero en taquilla para consumir en modo fast-food on y olvidar al poco tiempo, ávido del siguiente capítulo de explosiones, persecuciones, chistes, gags y tontunas varias sea quien sea el personaje o qué nos cuente.
¿Por qué nos hacen esto a los que pasamos de largo la treintena? ¿quién es este tío? ¿John qué? Días después de recuperarme razono y pienso que a los montadores de tráilers hay que darles un premio: coges las escenas más impactantes de un filme (todas, oigan), dos o tres fracesillas rápidas que te den a entender lo mínimo mientras suena el ritmo del himno de la alegría a coro y claro, tú picas. Dices: me da igual que la crítica vapulee la cinta, es John McClane, esto voy a verlo sí o sí.
Y al final es que no. Esto no funciona por ninguna parte. O tal vez sí, quiero decir: bajo mi punto de vista hubiera sido mejor coger a cualquier pareja de actores medianamente conocidos y lanzar este producto como una nueva franquicia, una buddy movie parecida (salvando las distancias) a aquellas como Arma Letal u Hora Punta.
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Jai Courtney y Bruce Willis, padre e hijo…^_^ |
Pero si me pones esto y pretendes contarme que ese señor calvo y sesentón de buen ver es aquel John McClane que sufría y las pasaba realmente putas tratando de salvar a un montón de rehenes (y su sufrida señora) retenidos en el edificio Nakatomi allá por 1988-89 entonces sólo logras cabrearme. Me cabreas precisamente porque me engañas. Me vendes un personaje apelando a mi nostalgia y me das otra película de superhéroes, con todos mis respetos a las magníficas obras que vienen últimamente de personajes de la Marvel o DC.
La historia, que en este tipo de cine reconozcamos que nos importa poco, es algo bien manido: en Rusia hay un preso que es el típico testigo de algo a quien otro alguien, senador, gobernador o lo-que-sea más poderoso no conviene que atestigüe. La CIA envía a su hombre para sacar pecho norteamericano y salvarlo de aquellos que lo quieren asesinar. En este caso el agente es
Jack (
Jai Courtney pero sin los ricitos que lucía en
Espartaco: Sangre y Arena) a quien se le fastidia la operación porque su padre como buen
McClane ha metido las narices. A partir de ahí, crash, boom, bang a tutitplén y algún giro argumental de ese que dices “ah”. Fin de la historia. Pero tampoco pedíamos mucho más,
¿verdad? |
Yuliya Snigir debía aparecer en esta crítica, aunque sea solo con esta foto |
La Jungla de Cristal o sus tres posteriores secuelas no eran ni de lejos películas realistas. Hecho que no debe estar reñido con la calidad. Tenían un guión simple y directo y el más que suficiente impacto visual y ritmo. Aún recuerdo escenas como aquel Willis atándose la manguera a la cintura y saltando de esa azotea que explotaba tras él. Y no es que la recuerde de aquellos años, la volví a ver hace poco; pero aún con todo esto estoy seguro que el carisma del personaje (y el de sus secundarios, recordemos a aquel Zeus “no me toques los cojones o te meto un rayo por el culo” en La Venganza) fue lo que las convirtió en una saga mítica. E incluyo la 4.0 con reservas: hasta la aparición de aquel avión en el puente la película era bastante fiel a lo que la trilogía inicial nos planteaba, esto es, un ser humano que sufre y sangra. Que pasa dificultades. Que tiene que esforzarse para salvar la situación. Que se fastidia, refunfuña, maldice, patalea y te infla a hostias, como él dice. Humano. Porque la idea es que te identifiques fácilmente aunque sea un héroe de acción.
Pero ahora todo esto se va al traste porque alguien ha decidido que lo que vende es que una persona de sesenta años puede hacer las mismas cosas que puedan hacer tus personajes favoritos en Los Vengadores. Y no creáis que exagero: ni quince minutos lleva de película cuando sale la primera escena que tú dices “¿Y qué van a dejar para el final?”. Pues nada, porque el final es como el principio: una tras otra, a cual más ruidosa más imposible, más burra. Que hay que pasar con un todo-terreno por encima de quince coches saltando desde un puente: pues hala, ahí llevas. Que un helicóptero tiene que lanzar al personaje cincuenta metros por el aire para que se estrelle contra el suelo atravesando un ventanal, pues toma. Todo ese ruido mezclado con los diálogos y chistorretes más absurdos, infantiles y convencionales que he visto en los últimos veinte años y con las situaciones más tontas. Y es que lo que más duele es que nuestro querido personaje principal ha perdido todo su carisma: ya no sufre ni sangra. Ya entra a saco con una ametralladora y mata a cincuenta más jóvenes que él para salvar a su hijo mientras huye. Haciendo chascarrillos al mismo tiempo sobre la paternidad y sus problemas. ¡Que le grita a los malos que le dejen en paz porque está de vacaciones! (¿?¿?) Y los secundarios no van mucho más allá: el malo, pieza fundamental en este tipo de películas es el más simplón y menos efectivo de la saga.
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En esta escena solo faltan los extraterrestres y ponerles trajes vistosos para que sean Los Vengadores |
Si disfrutaste y recuerdas la trilogía original como tal vez la mejor del género no deberías ver esto. Tal vez saltártela y confiar en que la sexta entrega – ya en marcha, que el señor Willis está algo cascado – vaya por otros derroteros como consecuencia de unos resultados de taquilla que no son para tirar cohetes.
Lo mejor: el sonido, los efectos especiales y la escena inicial de títulos de crédito.
Lo peor: prácticamente todo lo demás. El torpe colofón final. Y la frase de McClane. a destiempo.
Qué lástima porque la anterior estuvo bien. Me ha hecho mucha gracia como comentabas lo de:
¿por qué nos hacen eso a los que pasamos de la treintena? jajajaja, pues si a tí te hacen eso imagínate a mí que paso de los cuarenta ;D En fin, que tienes toda la razón.
Por cierto se me olvidó comentar: la escena de la chica enseñando top está totalmente censurada. No aparece como el trailer. Veréis sólo la cara, cuello y parte del sosten. ¿WTF???
El malo, directamente, es patético. El mayor problema, no son sólo las fantasmadas, de esas hay muchas en las anteriores, aunque aquí toman un tono fuera ya de toda lógica. La comparación con Los Vengadores, es certera, en ese aspecto.
El concepto de las anteriores siempre fue el mismo, pero su guión estaba sumamente bien elaborado.
Es más, cuándo ya no te la puedes ni tomar como una película buena, con Bruce Willis, algo está fallando.
Pues està fallando el hecho de que Willis ya no es un jovenzuelo ni un "madurito" sinò un sesenton que ya no es tan selectivo en los guiones y al que se le quiere sacar "juguillo" a costa de su talento (que lo tiene) tanto dramatico como comico, y solo buscan dar salidas a bodrios de peliculas que solo pasaran a la historia como parte de su biografia.